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CAPÍTULO 3

Las glorias de Śrīla Haridāsa Ṭhākura

Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura ofrece el siguiente resumen del Tercer CapítuloEn Jagannātha Purī vivía una hermosa muchacha brāhmaṇa que tenía un hijo, también muy hermoso, que todos los días iba a visitar a Śrī Caitanya Mahāprabhu. Esto, sin embargo, no era muy del agrado de Dāmodara Paṇḍita, quien, por ello, dijo a Śrī Caitanya Mahāprabhu: «Si muestras tanto amor por ese niño, la gente dudará de Tu carácter». Al escuchar las palabras de Dāmodara Paṇḍita, el Señor le envió a Navadvīpa para que supervisase los asuntos de Su madre, Śacīdevī. También pidió a Dāmodara Paṇḍita que recordase especialmente a Su madre que Él a veces iba a su casa a comer lo que ella Le ofrecía. Así, siguiendo la orden de Śrī Caitanya Mahāprabhu, Dāmodara Paṇḍita fue a Navadvīpa, llevando consigo toda clase de prasādam del Señor Jagannātha.

En otra ocasión, Śrī Caitanya Mahāprabhu preguntó a Haridāsa Ṭhākura, que era conocido con el nombre de Brahma Haridāsa, cómo se liberarían en Kali-yuga los yavanas, las personas ajenas a la cultura védica. Haridāsa Ṭhākura contestó que su liberación sería posible si cantaban en voz muy alta el mantra Hare Kṛṣṇa, pues escuchar el mantra Hare Kṛṣṇa cantado en voz alta, a pesar de su muy escasa comprensión, les ayudaría.

Tras explicar este episodio, el autor del Caitanya-caritāmṛta narra también la prueba a que fue sometido Haridāsa Ṭhākura en Benāpola, una población cercana a Śāntipura. Una persona llamada Rāmacandra Khān, envidioso de Haridāsa Ṭhākura, le envió una prostituta profesional con intención de difamarle. Sin embargo, por la misericordia de Haridāsa Ṭhākura, la prostituta se liberó. Debido a su ofensa contra un vaiṣṇava puro, Rāmacandra Khān fue más tarde maldecido por Nityānanda Prabhu, lo cual supuso su ruina.

De Benāpola, Haridāsa Ṭhākura fue a Cāndapura, otra población, donde vivió en casa de Balarāma Ācārya. Luego, Haridāsa Ṭhākura fue recibido por los dos hermanos Hiraṇya y Govardhana Majumadāra, pero en el curso de una conversación, un brāhmaṇa de casta llamado Gopāla Cakravartī cometió una ofensa contra él. Debido a esa ofensa, Gopāla Cakravartī fue castigado con la lepra.

Más tarde, Haridāsa Ṭhākura se fue de Cāndapura a casa de Advaita Ācārya, donde la propia Māyādevī, la personificación de la energía externa, le puso a prueba. También ella recibió su favor y fue bendecida con el canto del mahā-mantra Hare Kṛṣṇa.

Texto 1:
Ofrezco respetuosas reverencias a los pies de loto de mi maestro espiritual y de todos los demás preceptores en la senda del servicio devocional, a todos los vaiṣṇavas y a los Seis Gosvāmīs, Śrīla Rūpa Gosvāmī, Śrīla Sanātana Gosvāmī, Raghunātha dāsa Gosvāmī, Jīva Gosvāmī, y a sus compañeros. Ofrezco respetuosas reverencias a Śrī Advaita Ācārya Prabhu, a Śrī Nityānanda Prabhu, a Śrī Caitanya Mahāprabhu, y a todos Sus devotos, encabezados por Śrīvāsa Ṭhākura. Ofrezco a continuación reverencias respetuosas a los pies de loto del Señor Kṛṣṇa y a Śrīmatī Rādhārāṇī y a todas las gopīs, comenzando por Lalitā y Viśākhā.
Texto 2:
¡Toda gloria a Śrī Caitanya Mahāprabhu! ¡Toda gloria a Nityānanda Prabhu! ¡Toda gloria a Advaita Ācārya! ¡Y toda gloria a todos los devotos de Śrī Caitanya Mahāprabhu!
Texto 3:
En Jagannātha Purī vivía un niño que había nacido en una familia brāhmaṇa de Orissa, pero que más tarde había perdido a su padre. Los rasgos del niño eran muy hermosos, y su conducta, de lo más gentil.
Textos 4-5:
El niño iba todos los días a ver a Śrī Caitanya Mahāprabhu y Le ofrecía reverencias respetuosas. Hablaba libremente con Śrī Caitanya Mahāprabhu, pues el Señor era su vida; sin embargo, a Dāmodara Paṇḍita le resultaba intolerable que el niño tuviese tanta intimidad con el Señor y que el Señor fuese tan misericordioso con él.
Texto 6:
Dāmodara Paṇḍita prohibió una y otra vez al hijo del brāhmaṇa ir a visitar al Señor, pero el niño no podía soportar quedarse en casa sin ver a Śrī Caitanya Mahāprabhu.
Texto 7:
El niño iba todos los días a ver a Śrī Caitanya Mahāprabhu, que le trataba con mucho afecto. Los niños, por naturaleza, buscan la compañía de las personas que les quieren.
Texto 8:
Dāmodara Paṇḍita no podía tolerarlo. Se sentía muy desdichado, pero no podía decir nada, pues el niño no hacía caso a sus prohibiciones.
Texto 9:
Un día, el niño fue a ver a Śrī Caitanya Mahāprabhu, y el Señor, con mucho afecto le preguntó sobre toda clase de noticias.
Texto10:
Pasado un tiempo, cuando el niño se levantó y se marchó, el intolerante Dāmodara Paṇḍita tomó la palabra.
Texto 11:
Con gran insolencia, Dāmodara Paṇḍita dijo al Señor: «Todo el mundo dice que eres un gran maestro porque instruyes a los demás, pero ahora nos vamos a enterar de qué clase de maestro eres.
Texto 12:
«Eres conocido como Gosāñi [maestro o ācārya], pero, ahora, por toda la ciudad de Puruṣottama correrán rumores acerca de Tus cualidades y Tu buena reputación. ¡Qué gran daño va a sufrir Tu posición!»
Texto 13:
Aunque Śrī Caitanya Mahāprabhu sabía que Dāmodara Paṇḍita era un devoto puro y sencillo, al escuchar sus insolentes palabras, el Señor dijo: «Mi querido Dāmodara, ¿qué tontería estás diciendo?».
Texto 14:
«Mi querido Señor, puedes actuar como gustes. Nadie puede decirte nada ni ponerte límites. Sin embargo, éste es un mundo desvergonzado. La gente puede decir cualquier cosa. ¿Cómo vas a impedírselo?
Texto 15:
«Querido Señor, Tú eres un erudito maestro. ¿Por qué no Te detienes a considerar que ese niño es hijo de una brāhmaṇī viuda? ¿Por qué eres tan afectuoso con él?
Texto 16:
«La madre del niño es absolutamente austera y casta, pero tiene un defecto natural: es joven y muy hermosa.
Texto 17:
«Y Tú, mi querido Señor, eres un hombre joven, apuesto y atractivo. Por lo tanto, es seguro que la gente murmurará de Ti. ¿Por qué tendrías que dar pie a esa posibilidad?»
Texto 18:
Tras decir esto, Dāmodara Paṇḍita guardó silencio. Śrī Caitanya Mahāprabhu sonrió, complacido en Su interior, y sopesó el atrevimiento de Dāmodara Paṇḍita.
Texto 19:
[Śrī Caitanya Mahāprabhu pensó:] «Este atrevimiento también es un signo de amor puro por Mí. No tengo otro amigo íntimo como Dāmodara Paṇḍita.»
Texto 20:
Con este pensamiento, Śrī Caitanya Mahāprabhu fue a cumplir con Sus deberes del mediodía. Al día siguiente, llamó a Dāmodara Paṇḍita a un lugar solitario.
Texto 21:
El Señor dijo: «Mi querido amigo Dāmodara, sería mejor que fueses a Nadia y te quedases con Mi madre.
Texto 22:
«No veo a nadie mejor que tú para protegerla, pues eres tan cuidadoso que hasta a Mí puedes amonestarme.
Texto 23:
«Tú eres el más neutral de todos Mis devotos personales. Eso es muy bueno, pues sin ser neutral no se pueden proteger los principios religiosos.
Texto 24:
«Tú puedes hacer todo lo que Yo no puedo. En verdad, puedes reñirme incluso a Mí, qué decir de reñir a los demás.
Texto 25:
«Es mejor para ti que vayas al refugio de los pies de loto de Mi madre, pues, ante ti, nadie podrá actuar de forma independiente.
Texto 26:
«Puedes venir a verme de cuando en cuando, estar aquí un breve tiempo, y luego regresar.
Texto 27:
«Ofrece de Mi parte reverencias a Mi madre millones de veces. Por favor, dile que aquí soy feliz y, de ese modo, hazla feliz a ella.
Texto 28:
«Dile que te envío para informarle de Mis actividades personales, de forma que ella pueda compartir Mi felicidad.
Texto 29:
«Hablándole de ese modo, satisfaz la mente de madre Śacī. Recuérdale también algo sumamente confidencial dándole, de parte Mía, el siguiente mensaje.
Texto 30:
«“Yo vengo a tu casa una y otra vez a comer todos los dulces y guisos de hortalizas que ofreces.
Texto 31:
«“Tú sabes que Yo vengo y como las ofrendas, pero, debido a la separación externa, lo consideras un sueño.
Texto 32:
«“En el último festival de Māgha-saṅkrānti, cocinaste para Mí variedad de guisos de hortalizas, leche condensada, pasteles y arroz dulce.
Texto 33:
«“Ofreciste los alimentos al Señor Kṛṣṇa, y de pronto, mientras meditabas, aparecí Yo, y tus ojos se llenaron de lágrimas.
Texto 34:
«“Fui allí a toda prisa y lo comí todo. Al verme comer, te sentiste muy feliz.
Texto 35:
«“Al cabo de un momento, después de secarte los ojos, viste que el plato que Me habías ofrecido estaba vacío. Entonces pensaste: ‘He soñado que Nimāi lo comía todo’.
Texto 36:
«“Sufriendo de separación externa, estabas de nuevo bajo la influencia de la ilusión, pensando que no habías ofrecido los alimentos al Señor Viṣṇu.
Texto 37:
«“Entonces fuiste a ver las cazuelas y viste que estaban todas llenas de comida. Así, después de limpiar el lugar de la ofrenda, ofreciste de nuevo los alimentos.
Texto 38:
«“De ese modo, como una y otra vez todo lo que Me ofreces, pues Me siento atraído por tu amor puro.
Texto 39:
«“Sólo por cumplir tu orden, estoy viviendo en Nīlācala [Jagannātha Purī]. Sin embargo, tú sigues arrastrándome a tu lado debido al gran amor que sientes por Mí.”»
Texto 40:
Śrī Caitanya Mahāprabhu dijo a Dāmodara Paṇḍita: «Recuerda estas cosas a madre Śacī una y otra vez y adora sus pies de loto en Mi nombre».
Texto 41:
Tras decir esto, Śrī Caitanya Mahāprabhu ordenó que trajeran toda clase de prasādam ofrecido al Señor Jagannātha. Entonces, el Señor le dio el prasādam, en paquetes separados, para ofrecer a Su madre y a diversos vaiṣṇavas.
Texto 42:
De ese modo, Dāmodara Paṇḍita fue a Nadia [Navadvīpa]. Allí fue a ver a madre Śacī y se quedó bajo la protección de sus pies de loto.
Texto 43:
Entregó todo el prasādam a grandes vaiṣṇavas como Advaita Ācārya. De ese modo, se quedó allí y actuó conforme a la orden de Śrī Caitanya Mahāprabhu.
Texto 44:
Todos sabían que Dāmodara Paṇḍita era estricto en los tratos de la vida práctica. Por esa razón, le temían y no se atrevían a hacer nada independiente.
Texto 45:
Dāmodara Paṇḍita reñía verbalmente a cualquier devoto de Śrī Caitanya Mahāprabhu en quien encontrara la más mínima desviación de la buena conducta. De ese modo establecía la norma de etiqueta.
Texto 46:
He hablado así de las reprimendas verbales de Dāmodara Paṇḍita. Al escuchar acerca de esto, los principios ateos y la ignorancia se van.
Texto 47:
Los pasatiempos de Śrī Caitanya Mahāprabhu son más profundos que millones de mares y océanos. Por lo tanto, nadie puede entender lo que hace o por qué lo hace.
Texto 48:
No conozco el significado profundo de las actividades de Śrī Caitanya Mahāprabhu. En la medida de lo posible, trataré de explicarlas externamente.
Texto 49:
Un día, como de costumbre, Śrī Caitanya Mahāprabhu fue a ver a Haridāsa Ṭhākura, y en el curso de la conversación le hizo la siguiente pregunta.
Texto 50:
«Mi querido Ṭhākura Haridāsa, en la era de Kali, la mayor parte de la gente carece de cultura védica, y por eso se les califica de yavanas. Su única preocupación es matar vacas y acabar con la cultura brahmínica. De ese modo, todos están ocupados en actos pecaminosos.
Texto 51:
«¿Cómo van a liberarse esos yavanas? Me causa mucho pesar, pero no veo la manera.»
Texto 52:
Haridāsa Ṭhākura contestó: «Mi querido Señor, no Te angusties. No Te sientas triste de ver la condición de los yavanas en la existencia material.
Texto 53:
Los yavanas están acostumbrados a decir “hā rāma, hā rāma”[“¡oh, Señor Rāmacandra”]; debido a ese nāmābhāsa, serán liberados con mucha facilidad.
Texto 54:
«El devoto avanzado en el amor extático exclama: “¡Oh, mi Señor Rāmacandra!, ¡oh, mi Señor Rāmacandra!”. Pero los yavanas también cantan: “¡hā rāma, hā rāma!”. ¡Fíjate que afortunados son!»
Texto 55:
Nāmācārya Haridāsa Ṭhākura, la autoridad en el canto del santo nombre, dijo: «Cantar el santo nombre del Señor sin intención de referirse al Señor es un ejemplo de nāmābhāsa. El poder trascendental del santo nombre no se destruye ni siquiera si se canta de ese modo.
Texto 56:
«“Si hasta un mleccha que ha sido herido de muerte por el colmillo de un jabalí y, en su agonía, grita una y otra vez ‘hā rāma, hā rāma’, alcanza la liberación, ¿qué puede decirse de quienes cantan el santo nombre con fe y veneración?”
Texto 57:
«Ajāmila fue un gran pecador durante su vida, pero en el momento de la muerte llamó casualmente a su hijo menor, que se llamaba Nārāyaṇa. En ese momento, los asistentes del Señor Viṣṇu vinieron a liberarle de los lazos de Yamarāja, el superintendente de la muerte.
Texto 58:
«La palabra “rāma” está formada por las dos sílabas “rā” y “ma”. No están separadas y están adornadas con la amorosa palabra “hā”, que significa “¡oh!”.
Texto 59:
«Las letras del santo nombre poseen tanta potencia espiritual que actúan incluso si no se pronuncian correctamente.
Texto 60:
«“El santo nombre del Señor, que haya sido pronunciado una vez por un devoto, o que haya penetrado en su mente o en su oído, que es el canal de la recepción auditiva, ciertamente le liberará del cautiverio material, tanto si lo pronuncia bien como si lo pronuncia mal, con corrección gramatical o sin ella, debidamente unido o con sus partes separadas. ¡Oh, brāhmaṇa!, la potencia del santo nombre es, por lo tanto, realmente grande. Sin embargo, si esa vibración del santo nombre se emplea para beneficio del cuerpo material, en busca de riquezas y seguidores, o bajo la influencia de la codicia o el ateísmo —en otras palabras, si se pronuncia con ofensas—, el canto no producirá el resultado deseado en poco tiempo. Por lo tanto, se deben evitar cuidadosamente las ofensas en el canto del santo nombre del Señor.”»
Texto 61:
Nāmācārya Haridāsa Ṭhākura continuó: «Quien pronuncia el santo nombre sin ofensas, aunque sea de forma imperfecta, puede liberarse de todos los resultados de la vida pecaminosa.
Texto 62:
«“¡Oh, manantial de todas las buenas cualidades!, simplemente adora a Śrī Kṛṣṇa, el purificador de todos los purificadores, la más excelsa de las personalidades que se adoran con poesía selecta. Adórale con una mente fiel e inquebrantable, sin duplicidad y de forma muy elevada. Adora de ese modo al Señor, cuyo nombre es como el Sol, pues del mismo modo que los más tenues albores del amanecer disipan la oscuridad de la noche, un leve atisbo del santo nombre de Kṛṣṇa puede alejar toda la oscuridad de la ignorancia que surge en el corazón debido a actividades muy pecaminosas realizadas en vidas pasadas.”
Texto 63:
«La más tenue luz del santo nombre del Señor puede arrancar todas las reacciones de la vida pecaminosa.
Texto 64:
«“Mientras moría, Ajāmila cantó el santo nombre del Señor con intención de llamar a su hijo Nārāyaṇa. Sin embargo, alcanzó el mundo espiritual. ¿Qué puede decirse entonces de quienes cantan el santo nombre con fe y reverencia?”
Texto 65:
«Hasta los más tenues rayos de la refulgencia del santo nombre del Señor permiten alcanzar la liberación. Esto podemos verlo en todas las Escrituras reveladas. La demostración está en la historia de Ajāmila, en el Śrīmad-Bhāgavatam.»
Texto 66:
Al escuchar estas palabras de labios de Haridāsa Ṭhākura, la felicidad del corazón de Śrī Caitanya Mahāprabhu aumentó, pero, de modo natural, siguió preguntando.
Texto 67:
«Sobre la Tierra hay muchas entidades vivientes —dijo el Señor—. Algunas se mueven y otras son inmóviles. ¿Qué les ocurrirá a los árboles, las plantas, los insectos y demás entidades vivientes? ¿Cómo van a liberarse del cautiverio material?»
Texto 68:
Haridāsa Ṭhākura contestó: «Mi querido Señor, la liberación de todas las entidades vivientes, móviles e inmóviles, se produce sólo por Tu misericordia. Tú ya les has dado esa misericordia y las has liberado.
Texto 69:
«Tú has cantado en voz alta el mantra Hare Kṛṣṇa, y todos los seres, móviles e inmóviles, se han beneficiado de escucharlo.
Texto 70:
«Mi Señor, las entidades que se mueven y que han escuchado Tu saṅkīrtana en voz alta ya se han liberado del cautiverio del mundo material, y cuando lo escuchan las entidades vivientes inmóviles, como los árboles, se oye un eco.
Texto 71:
«Pero, en realidad, no es un eco: es el kīrtana de las entidades vivientes inmóviles. Todo esto, aunque inconcebible, es posible por Tu misericordia.
Texto 72:
«Cuando quienes siguen Tus pasos cantan por todo el mundo en voz alta el mantra Hare Kṛṣṇa, todas las entidades vivientes, móviles e inmóviles, danzan con amor devocional extático.
Texto 73:
«Mi querido Señor, Tu sirviente, Balabhadra Bhaṭṭācārya, me ha contado todos los detalles de Tu viaje a Vṛndāvana por el bosque de Jhārikhaṇḍa.
Texto 74:
«Cuando Tu devoto Vāsudeva Datta presentó a Tus pies de loto su súplica por la liberación de todas las entidades vivientes, Tú aceptaste su ruego.
Texto 75:
«Mi querido Señor, has adoptado la forma de un devoto para liberar a todas las almas caídas de este mundo.
Texto 76:
«Has predicado el canto en voz alta del mahā-mantra Hare Kṛṣṇa, y de ese modo has liberado del cautiverio material a todas las entidades vivientes móviles e inmóviles.»
Texto 77:
Śrī Caitanya Mahāprabhu contestó: «Si todas las entidades vivientes se liberan, el universo entero quedará vacío de seres vivos».
Textos 78-79:
Haridāsa dijo: «Mi Señor, mientras Te encuentres en el mundo material, Tú enviarás al cielo espiritual a todas las entidades vivientes móviles e inmóviles ya desarrolladas que forman las diversas especies. Entonces despertarás a las entidades vivientes que todavía no están desarrolladas y las ocuparás en actividades.
Texto 80:
«De ese modo entrarán en la existencia todas las entidades vivientes móviles e inmóviles, y el universo entero se llenará como antes.
Texto 81:
«En el pasado, cuando el Señor Rāmacandra Se fue de este mundo, Se llevó consigo a todas las entidades vivientes de Ayodhyā. Entonces volvió a llenar Ayodhyā con otras entidades vivientes.
Texto 82:
«Mi querido Señor, al descender al mundo material has puesto en marcha un plan, pero nadie puede entender Tu forma de actuar.
Texto 83:
«En el pasado, cuando el Señor Kṛṣṇa descendió a Vṛndāvana, liberó de la existencia material a todas las entidades vivientes del universo del mismo modo.
Texto 84:
«“Kṛṣṇa, la innaciente Suprema Personalidad de Dios, el amo de todos los amos del poder místico, libera a todas las entidades vivientes, móviles e inmóviles. Nada es asombroso en las actividades del Señor.”
Texto 85:
«“La Suprema Personalidad de Dios puede ser visto, glorificado o recordado con una actitud de envidia, pero, aun así, Él otorga la forma más íntima de liberación, que rara vez alcanzan los semidioses y los demonios. ¿Qué puede decirse entonces de quienes ya están plenamente ocupados en el servicio devocional del Señor?”
Texto 86:
«Al descender como encarnación en Navadvīpa, Tú, al igual que Kṛṣṇa, has liberado ya a todas las entidades vivientes del universo.
Texto 87:
«Tal vez alguien diga que entiende las glorias de Śrī Caitanya Mahāprabhu. Él sabrá lo que sabe, pero en lo que a mí respecta, mi conclusión es ésta.
Texto 88:
«Mi querido Señor, Tus pasatiempos son como un océano de néctar. Me es imposible concebir la grandeza de ese océano, o tan siquiera entender una sola gota.»
Texto 89:
Al escuchar todo esto, Śrī Caitanya Mahāprabhu estaba asombrado. «Ésos son realmente Mis pasatiempos más íntimos —pensó—. ¿Cómo ha podido Haridāsa entenderlos?»
Texto 90:
Muy satisfecho con las afirmaciones de Haridāsa Ṭhākura, Śrī Caitanya Mahāprabhu le abrazó. Externamente, sin embargo, evitó cualquier otro comentario sobre el tema.
Texto 91:
Se trata de una característica de la Suprema Personalidad de Dios. Aunque quiere ocultar Su opulencia, ante Sus devotos no puede hacerlo. Esto es bien sabido en todas partes.
Texto 92:
«¡Oh, mi Señor!, en la naturaleza material todo está limitado por el tiempo, el espacio y el pensamiento. Sin embargo, como Tus características son inigualables e insuperables, trascienden siempre esas limitaciones. A veces, Tú cubres esas características mediante Tu propia energía, pero, no obstante, Tus devotos puros pueden verte siempre y en toda circunstancia.»
Texto 93:
Śrī Caitanya Mahāprabhu fue entonces a ver a Sus devotos personales y comenzó a hablarles de las cualidades trascendentales de Haridāsa Ṭhākura como si tuviese cientos de bocas.
Text 94:
Śrī Caitanya Mahāprabhu obtiene un gran placer de glorificar a Sus devotos y, de entre los devotos, Haridāsa Ṭhākura es el más grande.
Texto 95:
Las cualidades trascendentales de Haridāsa Ṭhākura son incontables e insondables. Se puede hablar de una parte de ellas, pero contarlas todas es imposible.
Texto 96:
En el Caitanya-maṅgala, Śrīla Vṛndāvana dāsa Ṭhākura ha explicado en cierta medida las cualidades de Haridāsa Ṭhākura.
Texto 97:
Nadie puede explicar todas las cualidades de Haridāsa Ṭhākura. Se puede hablar un poco de ellas para la propia purificación.
Texto 98:
¡Oh, devotos de Śrī Caitanya Mahāprabhu!, por favor, escuchad algo acerca de las cualidades de Haridāsa Ṭhākura que Śrīla Vṛndāvana dāsa Ṭhākura no ha explicado en detalle.
Texto 99:
Después de abandonar su hogar, Haridāsa Ṭhākura pasó algún tiempo en el bosque de Benāpola.
Texto 100:
Haridāsa Ṭhākura se construyó una choza en un bosque solitario. Allí plantó una planta de tulasī, ante la cual cantaba el santo nombre del Señor 300.000 veces al día. Cantaba todo el día y toda la noche.
Texto 101:
Para el sustento del cuerpo, iba a casa de algún brāhmaṇa y pedía un poco de comida. Su influencia espiritual era tan grande que todos los que vivían en las cercanías le adoraban.
Texto 102:
Un terrateniente llamado Rāmacandra Khān era el zamīndāra del distrito. Sentía mucha envidia de los vaiṣṇavas y, por lo tanto, era un gran ateo.
Text 103:
Las muestras de respeto que la gente ofrecía a Haridāsa Ṭhākura le resultaban intolerables. Así pues, Rāmacandra Khān trazó diferentes planes para deshonrarle.
Texto 104:
Por mucho que lo intentó, no logró encontrar ningún defecto en el carácter de Haridāsa Ṭhākura. Entonces llamó a las prostitutas del lugar y puso un marcha un plan para desacreditar a Su Santidad.
Texto 105:
Rāmacandra Khān dijo a las prostitutas: «Hay un mendicante que se llama Haridāsa Ṭhākura. Pensad la manera de apartarle de sus votos de austeridad».
Texto 106:
De entre las prostitutas, fue elegida una joven muy atractiva. La prostituta prometió: «En tres días atraeré la mente de Haridāsa Ṭhākura».
Texto107:
Rāmacandra Khān dijo a la prostituta: «Mi alguacil irá contigo, y tan pronto como te vea con Haridāsa Ṭhākura, le detendrá y os traerá a los dos a mi presencia».
Texto 108:
La prostituta contestó: «Primero deja que me una a él una vez; la segunda vez llevaré conmigo a tu alguacil para detenerle».
Texto 109:
Esa noche, después de vestirse de un modo muy atractivo, la prostituta, llena de júbilo, fue a la choza de Haridāsa Ṭhākura.
Texto 110:
Tras ofrecer reverencias a la planta de tulasī, fue a la puerta de Haridāsa Ṭhākura, le ofreció reverencias y se quedó allí, de pie.
Texto 111:
Exponiendo a la vista parte de su cuerpo, se sentó en el umbral de la puerta y le habló con palabras muy dulces.
Texto 112:
«Mi querido Ṭhākura, ¡oh, gran predicador, gran devoto!, eres tan hermoso y tan joven. ¿Qué mujer podría controlar la mente al verte?
Texto 113:
«Estoy ansiosa por unirme contigo. Mi mente arde de deseo. Si no puedo tenerte, no podré mantener cuerpo y alma juntos.»
Textos 114-115:
Haridāsa Ṭhākura contestó: «Te aceptaré, sin duda alguna, pero tendrás que esperar a que termine de rezar mis vueltas diarias de rosario. Hasta ese momento, por favor, siéntate y escucha el canto del santo nombre. Tan pronto como termine, satisfaré tu deseo».
Texto 116:
Al escuchar esto, la prostituta esperó allí sentada, mientras Haridāsa Ṭhākura rezaba en su rosario hasta el despuntar del alba.
Texto 117:
Cuando vio que ya era de día, la prostituta se levantó y se marchó. Entonces fue ante Rāmacandra Khān y le informó de lo ocurrido.
Texto 118:
«Hoy Haridāsa Ṭhākura me ha prometido que disfrutará conmigo. Mañana, sin la menor duda, nos uniremos».
Texto 119:
A la noche siguiente, cuando la prostituta regresó, Haridāsa Ṭhākura le dio muchas esperanzas.
Texto 120:
«Anoche te decepcioné. Perdona mi ofensa, por favor. Ciertamente, te aceptaré.
Texto 121:
«Por favor, siéntate y escucha el canto del mahā-mantra Hare Kṛṣṇa hasta que termine mi rezo diario. Puedes estar segura de que entonces satisfaré tu deseo».
Texto 122:
Tras ofrecer reverencias a la planta de tulasī y a Haridāsa Ṭhākura, la prostituta se sentó a la puerta. Escuchando a Haridāsa Ṭhākura rezar el mantra Hare Kṛṣṇa, también ella repetía: «¡Oh, mi Señor Hari!, ¡oh, mi Señor Hari!».
Texto 123:
Al final de la noche, la prostituta estaba inquieta. Al notarlo, Haridāsa Ṭhākura le dijo lo siguiente.
Texto 124:
«He hecho voto de rezar diez millones de nombres en un mes. He hecho el voto, pero ahora estoy a punto de cumplirlo.
Texto 125:
«Yo pensé que hoy podría terminar el yajña que estoy realizando, mi canto del mantra Hare Kṛṣṇa. He hecho todo lo que he podido, rezando el santo nombre toda la noche, pero todavía no he terminado.
Texto 126:
«Mañana seguro que terminaré, y habré cumplido mi voto. Entonces podré disfrutar contigo con plena libertad.»
Texto 127:
La prostituta fue a ver a Rāmacandra Khān y le informó de lo ocurrido. Al día siguiente llegó más temprano, nada más caer la tarde, y se quedó con Haridāsa Ṭhākura.
Texto 128:
Tras ofrecer reverencias a la planta de tulasī y a Haridāsa Ṭhākura, se sentó en el umbral de la estancia. De ese modo se puso a escuchar a Haridāsa Ṭhākura mientras rezaba; ella misma repetía también el santo nombre del Señor, «Hari, Hari».
Texto 129:
«Hoy podré terminar de rezar —le dijo Haridāsa Ṭhākura—. Entonces satisfaré todos tus deseos.»
Texto 130:
Cuando la noche llegó a su fin, Haridāsa Ṭhākura todavía seguía rezando, pero, por su compañía, la mente de la prostituta había cambiado.
Texto 131:
La prostituta, ahora purificada, se postró a los pies de loto de Haridāsa Ṭhākura y confesó que Rāmacandra Khān la había enviado para corromperle.
Texto 132:
«Debido a mi profesión de prostituta, —dijo—, he cometido un número ilimitado de pecados. Mi señor, sé misericordioso conmigo. Libera mi alma degradada.»
Texto 133:
Haridāsa Ṭhākura contestó: «Lo sé todo acerca de la conspiración de Rāmacandra Khān. No es más que un tonto ignorante. Por eso sus actividades no me hacen sentir infeliz.
Texto 134:
«El mismo día en que Rāmacandra Khān planeó su intriga contra mí, me habría ido de aquí inmediatamente, pero, como tú viniste a mí, me quedé tres días más para liberarte.»
Texto 135:
La prostituta dijo: «Por favor, actúa como maestro espiritual mío. Instrúyeme acerca de los deberes con que puedo liberarme de la existencia material».
Texto 136:
Haridāsa Ṭhākura contestó: «Ve a casa inmediatamente y reparte todas tus propiedades entre los brāhmaṇas. Después, regresa a este lugar y quédate aquí para siempre cultivando conciencia de Kṛṣṇa.
Texto 137:
«Canta constantemente el mantra Hare Kṛṣṇa y ofrece servicio a la planta de tulasī, regándola y ofreciéndole oraciones. De ese modo, muy pronto recibirás la oportunidad de refugiarte en los pies de loto de Kṛṣṇa.»
Texto 138:
Tras dar a la prostituta estas instrucciones sobre el proceso de cantar el mantra Hare Kṛṣṇa, Haridāsa Ṭhākura se levantó y se fue, cantando constantemente «Hari, Hari».
Texto 139:
A continuación, la prostituta repartió entre los brāhmaṇas todos sus bienes domésticos, siguiendo la orden de su maestro espiritual.
Texto 140:
La prostituta se afeitó la cabeza conforme a los principios vaiṣṇavas y se quedó a vivir en aquella habitación, vestida con una simple tela. Siguiendo los pasos de su maestro espiritual, rezaba el mahā-mantra Hare Kṛṣṇa 300.000 veces al día. Rezaba todo el día y toda la noche.
Texto 141:
Siguiendo los pasos de su maestro espiritual, adoraba a la planta de tulasī. En lugar de comer siguiendo hábitos regulares, se contentaba con masticar la comida que le daban como limosna, y, si no le daban nada, ayunaba. De ese modo, comiendo frugalmente y ayunando, conquistó sus sentidos, y tan pronto como tuvo los sentidos controlados, en su persona aparecieron signos de amor por Dios.
Texto 142:
De ese modo, la prostituta llegó a ser célebre como devota. Llegó a ser muy avanzada en la vida espiritual, y muchos grandes vaiṣṇavas iban a verla.
Texto 143:
Al ver el sublime carácter de la prostituta, todos estaban asombrados. Todos glorificaban la influencia de Haridāsa Ṭhākura y le ofrecían reverencias.
Texto 144:
Por inducir a una prostituta a perturbar a Haridāsa Ṭhākura, Rāmacandra Khān hizo brotar una semilla de ofensa a sus pies de loto. Más tarde la semilla formó un árbol, y cuando el árbol dio frutos, Rāmacandra Khān los comió.
Text 145:
Esa ofensa a los pies de loto de un devoto excelso ha dado como resultado una maravillosa narración. Aprovechando la oportunidad que brindan esos incidentes, explicaré lo sucedido. ¡Oh, devotos!, escuchad, por favor.
Texto 146:
Rāmacandra Khān era por naturaleza un no devoto. Ahora, tras haber ofendido los pies de loto de Haridāsa Ṭhākura, se volvió igual que un ateo demoníaco.
Texto 147:
Por blasfemar contra el culto vaiṣṇava, y por insultar a los devotos durante mucho tiempo, ahora recibía los resultados de sus ofensivas actividades.
Text 148:
El Señor Nityānanda, cuando regresó a Bengala para predicar el culto del bhakti, el amor por Dios, comenzó a viajar por todo el país.
Texto 149:
Con dos objetivos —propagar el culto del bhakti y derrotar y someter a los ateos—, el Señor Nityānanda, el más dedicado devoto del Señor, viajaba por todo el país.
Texto 150:
El Señor Nityānanda, que es omnisciente porque es la Suprema Personalidad de Dios, fue a casa de Rāmacandra Khān y se sentó en el altar del Durgā-maṇḍapa.
Texto 151:
Como la multitud llenó el Durgā-maṇḍapa y el patio, Rāmacandra Khān, que estaba dentro de la casa, envió a su sirviente a hablar con el Señor Nityānanda.
Texto 152:
El sirviente dijo al Señor Nityānanda: «Mi querido Señor, Rāmacandra Khān me ha enviado para que Te aloje en casa de algún hombre común.
Texto 153:
«Puedes ir a casa de algún lechero, pues los establos son bastante espaciosos, mientras que aquí, en el Durgā-maṇḍapa, no hay espacio suficiente para todos Tus seguidores.»
Texto 154:
Al escuchar esta orden del sirviente de Rāmacandra Khān, Nityānanda Prabhu Se enfadó mucho y salió. Riendo en voz muy alta, dijo lo siguiente.
Texto 155:
«Rāmacandra Khān ha dicho bien. Este lugar no es bueno para Mí. Es buen lugar para los que matan vacas y comen carne.»
Texto 156:
Dicho esto, el Señor Nityānanda Se levantó y Se marchó enfadado. Para castigar a Rāmacandra Khān, ni siquiera Se quedó en el pueblo.
Texto 157:
Rāmacandra Khān ordenó al sirviente que cavase la tierra en el lugar en que Se había sentado Nityānanda Prabhu.
Texto 158:
Para purificar el templo Durgā-maṇḍapa y el patio, Rāmacandra Khān lo regó y limpió todo con una mezcla de agua y estiércol de vaca. Su mente, sin embargo, seguía insatisfecha.
Texto 159:
Los negocios de Rāmacandra Khān no eran del todo limpios, pues había tratado de evadir el pago de un impuesto sobre la renta. Irritado, el ministro de hacienda del gobierno se presentó en su casa.
Texto 160:
El ministro musulmán se alojó en el Durgā-maṇḍapa de Rāmacandra Khān. En aquel mismo lugar, mató una vaca y cocinó su carne.
Texto 161:
Hizo detener a Rāmacandra Khān, con su esposa e hijos, y saqueó su casa y todo el pueblo durante tres días seguidos.
Texto 162:
En aquella misma sala cocinó carne de vaca tres días seguidos. Al día siguiente se marchó, acompañado de sus seguidores.
Texto 163:
El ministro musulmán quitó a Rāmacandra Khān su posición, sus riquezas y sus seguidores. El pueblo entero quedó desierto durante muchos días.
Texto 164:
En el lugar donde se insulta a un devoto avanzado, por la culpa de un hombre tienen que padecer toda la ciudad o región.
Texto 165:
Haridāsa Ṭhākura caminó hasta llegar al pueblo de Cāndapura. Allí se alojó en casa de Balarāma Ācārya.
Texto 166:
Hiraṇya y Govardhana era los tesoreros del gobierno en aquella parte del país. Su sacerdote se llamaba Balarāma Ācārya.
Text 167:
Balarāma Ācārya recibió el favor de Haridāsa Ṭhākura, y estaba muy apegado a él. Por esa razón, le hospedó en el pueblo con toda clase de cuidados y atenciones.
Text 168:
Haridāsa Ṭhākura dispuso de una choza solitaria, donde se dedicaba a cantar el mahā-mantra Hare Kṛṣṇa. Tomaba prasādam en casa de Balarāma Ācārya.
Texto 169:
Raghunātha dāsa, que era el hijo de Govardhana Majumadāra y que más tarde sería Raghunātha dāsa Gosvāmī, era en aquella época un niño dedicado a sus estudios. Todos los días iba a ver a Haridāsa Ṭhākura.
Texto 170:
Naturalmente, Haridāsa Ṭhākura era misericordioso con él. Gracias a la misericordiosa bendición de este vaiṣṇava, Raghunātha dāsa alcanzaría más tarde el refugio de los pies de loto de Śrī Caitanya Mahāprabhu.
Texto 171:
En casa de Hiraṇya y Govardhana se organizaron conferencias, en el curso de las cuales se glorificó a Haridāsa Ṭhākura. ¡Oh, devotos!, escuchad, por favor, esa maravillosa historia.
Texto 172:
Un día, Balarāma Ācārya pidió con gran humildad a Haridāsa Ṭhākura que fuese con él a la reunión de los Majumadāra, Hiraṇya y Govardhana. De ese modo, Balarāma Ācārya fue allí con Haridāsa Ṭhākura.
Texto 173:
Nada más ver a Haridāsa Ṭhākura, los dos hermanos se levantaron y se postraron a sus pies de loto. A continuación, con gran respeto, le ofrecieron un lugar para sentarse.
Texto 174:
En aquella reunión había muchos sabios eruditos, brāhmaṇas y caballeros respetables. También los dos hermanos, Hiraṇya y Govardhana, eran muy eruditos.
Texto 175:
Todos los presentes comenzaron a hablar de las grandes cualidades de Haridāsa Ṭhākura como si tuviesen cinco bocas. Al escuchar esto, los dos hermanos se sentían sumamente felices.
Texto 176:
En la reunión se mencionó que Haridāsa Ṭhākura rezaba los santos nombres de Kṛṣṇa 300.000 veces al día. Todos los sabios eruditos comentaron entonces las glorias del santo nombre.
Texto 177:
Unos decían: «Quien canta el santo nombre del Señor se libera completamente de las reacciones de la vida pecaminosa».

Otros decían: «Por el simple hecho de cantar el santo nombre del Señor, el ser vivo se libera del cautiverio material».
Texto 178:
Haridāsa Ṭhākura protestó: «Esas dos bendiciones no son el verdadero resultado del canto del santo nombre. Realmente, quien canta el santo nombre sin ofensas ve despertar su amor extático por los pies de loto de Kṛṣṇa».
Texto 179:
«“Cuando una persona es verdaderamente avanzada y disfruta cantando el santo nombre del Señor, que le es muy querido, se agita y canta en voz alta el santo nombre. Ríe también y llora, se agita y canta como un loco, sin preocuparse por extraños.”»
Texto 180:
«La liberación y la extinción de las reacciones de la vida pecaminosa son dos subproductos concomitantes del canto del santo nombre del Señor. Tenemos un ejemplo en el resplandor de las primeras luces del alba.
Text 181:
«“Del mismo modo que el Sol naciente disipa de inmediato toda la oscuridad del mundo, que es profunda como un océano, el santo nombre del Señor, cantado una sola vez sin ofensas, disipa todas las reacciones de la vida pecaminosa de un ser vivo. ¡Toda gloria a ese santo nombre del Señor, que es auspicioso para el mundo entero!”»
Texto 182:
Tras recitar este verso, Haridāsa Ṭhākura dijo: «¡Oh, sabios eruditos!, explicad, por favor, el significado de este verso».

Sin embargo, los allí presentes pidieron a Haridāsa Ṭhākura: «Es mejor que expliques tú el significado de ese importante verso».
Texto 183:
Haridāsa Ṭhākura dijo: «El Sol disipa la oscuridad de la noche incluso antes de hacerse visible, con las primeras luces del alba.
Texto 184:
«Con las primeras luces del alba desaparece el temor a los ladrones, fantasmas y demonios, y cuando el Sol se hace realmente visible, todo se manifiesta, y todo el mundo da inicio a sus actividades religiosas y a sus deberes regulativos.
Texto 185:
«De forma similar, el primer indicio del surgir del canto sin ofensas del santo nombre del Señor disipa de inmediato las reacciones de la vida pecaminosa. Y cuando el santo nombre se recita sin ofensas, despierta en nosotros el servicio con amor extático a los pies de loto de Kṛṣṇa.
Texto 186:
«La liberación es un resultado insignificante, derivado de un atisbo del despertar del canto sin ofensas del santo nombre.
Texto 187:
«“Mientras moría, Ajāmila cantó el santo nombre del Señor con intención de llamar a su hijo Nārāyaṇa. Sin embargo, alcanzó el mundo espiritual. ¿Qué puede decirse entonces de quienes cantan el santo nombre con fe y reverencia?”
Texto 188:
«La liberación, que es inaceptable para el devoto puro, se puede obtener de Kṛṣṇa sin la menor dificultad.
Texto 189:
«“Mis devotos nunca prefieren sālokya, sārṣṭi, sārūpya, sāmīpya o la unidad conmigo —incluso si Yo les ofrezco esas formas de liberación— antes que servirme a Mí.”»
Texto 190:
En casa de Hiraṇya y Govardhana Majumadāra, el recaudador en jefe de los impuestos era oficialmente una persona llamada Gopāla Cakravartī.
Texto 191:
Gopāla Cakravartī vivía en Bengala. Su deber como recaudador en jefe de los impuestos era recaudar 1.200.000 monedas para depositar en el tesoro del emperador.
Texto 192:
Era culto, joven y físicamente agraciado, pero la afirmación de que un simple atisbo del despertar del santo nombre del Señor bastase para alcanzar la liberación, le resultó intolerable.
Texto 193:
Aquel joven, Gopāla Cakravartī, se irritó mucho al escuchar las palabras de Haridāsa Ṭhākura y le criticó inmediatamente: «¡Oh, asamblea de sabios eruditos!, —dijo—, ved la conclusión del devoto emotivo.
Texto 194:
«La liberación es difícil de lograr incluso cuando se alcanza la plenitud del conocimiento absoluto, tras millones de millones de vidas, pero este hombre dice que se puede alcanzar con un simple despertar de un atisbo del santo nombre.»
Texto 195:
Haridāsa Ṭhākura dijo: «¿Por qué lo dudas? Las Escrituras reveladas dicen que la liberación puede obtenerse con un simple atisbo del canto sin ofensas del santo nombre.
Texto 196:
«Para el devoto que disfruta de la bienaventuranza trascendental del servicio devocional, la liberación es de lo más insignificante. Por eso, los devotos puros nunca desean alcanzar la liberación.
Texto 197:
«“Mi querido Señor, ¡oh, amo del universo!, por haberte visto directamente, mi bienaventuranza trascendental ha tomado la forma de un gran océano. Desde ese océano, ahora comprendo que cualquier otra supuesta felicidad, incluso brahmānanda, es como el agua que cabe en la huella de un ternero.”»
Texto 198:
Gopāla Cakravartī dijo: «Si nāmābhāsa no es suficiente para liberar a una persona, entonces puedes estar seguro de que te cortaré la nariz».
Texto 199:
Haridāsa Ṭhākura, aceptando el desafío de Gopāla Cakravartī, dijo: «Si nāmābhāsa no otorga la liberación, yo mismo, ciertamente, me cortaré la nariz».
Texto 200:
Al escuchar el desafío, todos los participantes en la reunión se agitaron mucho y se levantaron creando un gran tumulto. Hiraṇya y Govardhana Majumadāra riñeron inmediatamente al brāhmaṇa recaudador de impuestos.
Texto 201:
El sacerdote Balarāma Ācārya riñó a Gopāla Cakravartī: «¡Lógico necio! —dijo—. ¿Qué sabes tú del servicio devocional al Señor?
Text 202:
«Has insultado a Haridāsa Ṭhākura, y por ello tu posición se ha vuelto muy peligrosa. No te esperes nada de bueno.»
Texto 203:
Entonces, Haridāsa Ṭhākura se levantó dispuesto a marcharse, y los Majumadāras, los jefes de Gopāla Cakravartī, cesaron allí mismo a su empleado, y le despidieron de su trabajo.
Texto 204:
Los dos Majumadāras, con todos los participantes en la reunión, se postraron a los pies de loto de Haridāsa Ṭhākura. Haridāsa Ṭhākura, sin embargo, sonreía, y les habló con una voz muy dulce.
Texto 205:
«Ninguno de vosotros tiene culpa de nada, —dijo—. En verdad, ni siquiera ese ignorante y supuesto brāhmaṇa tiene culpa de nada, pues está acostumbrado a la especulación árida y a la lógica.
Texto 206:
«Las glorias del santo nombre no se pueden entender simplemente con la lógica y la argumentación. Por eso, a este hombre le es completamente imposible entender las glorias del santo nombre.
Texto 207:
«Podéis iros a casa. Que el Señor Kṛṣṇa os conceda Sus bendiciones. No os sintáis tristes porque me hayan insultado.»
Texto 208:
Al regresar a su casa, Hiraṇya dāsa Majumadāra ordenó que, a partir de entonces, no se le permitiera la entrada a Gopāla Cakravartī.
Texto 209:
Tres días después, el brāhmaṇa cayó enfermo de lepra. Como resultado, su muy erguida nariz se pudrió y cayó.
Texto 210:
Los dedos de los pies y de las manos del brāhmaṇa eran hermosos como capullos dorados de campaka, pero la lepra los marchitó y, poco a poco, se pudrieron.
Texto 211:
Asombrados de ver a Gopāla Cakravartī en aquel estado, todos alababan la influencia de Haridāsa Ṭhākura y le ofrecían reverencias.
Texto 212:
Haridāsa Ṭhākura era un vaiṣṇava, de modo que no tomó en serio la ofensa del brāhmaṇa; pero la Suprema Personalidad de Dios no pudo tolerarla, y por ello hizo sufrir al brāhmaṇa las consecuencias.
Texto 213:
Es característico del devoto puro el perdonar cualquier ofensa que un ignorante sinvergüenza pueda cometer contra él. Sin embargo, una de las características de Kṛṣṇa es que no puede tolerar las blasfemias contra Sus devotos.
Texto 214:
Haridāsa Ṭhākura se sintió infeliz al saber que el brāhmaṇa Gopāla Cakravartī había caído enfermo de lepra. Así, tras informar a Balarāma Ācārya, el sacerdote de Hiraṇya Majumadāra, se marchó a Śāntipura, donde vivía Advaita Ācārya.
Texto 215:
Al reunirse con Advaita Ācārya, Haridāsa Ṭhākura le ofreció reverencias y muestras de respeto. Advaita Ācārya, a su vez, le abrazó y le dio muestras de respeto.
Texto 216:
En un lugar solitario a orillas del Ganges, Advaita Ācārya preparó una vivienda en forma de cueva para Haridāsa Ṭhākura y le habló del verdadero significado del Śrīmad-Bhāgavatam y la Bhagavad-gītā a la luz del servicio devocional.
Texto 217:
Haridāsa Ṭhākura recibía alimento todos los días en casa de Advaita Ācārya. Los dos juntos saboreaban el néctar de los discursos acerca de Kṛṣṇa.
Texto 218:
Haridāsa Ṭhākura dijo: «Mi querido Advaita Ācārya, tengo algo que decir a Tu Señoría. Todos los días me das caridad en forma de comida. ¿Qué necesidad hay de ello?
Texto 219:
«Señor, Tú vives en una sociedad de muy grandes brāhmaṇas y aristócratas, pero, sin el menor temor o vergüenza me adoras a mí, que soy una persona de baja clase.
Texto 220:
«Mi querido Señor, Tu comportamiento se aparta de lo normal. En verdad, a veces hasta siento temor de hablar contigo. Pero te pido, por favor, la gracia de protegerme del comportamiento de la sociedad.»
Texto 221:
Advaita Ācārya contestó: «Mi querido Haridāsa, no tengas miedo. Actuaré en estricta conformidad con los principios de las Escrituras reveladas.
Texto 222:
«Darte de comer a ti es como alimentar a diez millones de brāhmaṇas —dijo Advaita Ācārya—. Por lo tanto, acepta este śrāddha-pātra.» De ese modo, Advaita Ācārya le hizo comer.
Text 223:
Advaita Ācārya estaba siempre absorto en el pensamiento de cómo liberar a las almas caídas del mundo entero. «El mundo entero está lleno de no devotos —pensaba—. ¿Cómo van a liberarse?».
Text 224:
Con la firme determinación de liberar a todas las almas caídas, Advaita Ācārya Se resolvió a hacer que Kṛṣṇa descendiera a este mundo. Con este voto, comenzó a ofrecer agua del Ganges y hojas de tulasī para adorar al Señor.
Text 225:
De forma similar, Haridāsa Ṭhākura cantaba en su cueva a orillas del Ganges con intención de hacer descender a Kṛṣṇa.
Text 226:
Debido al servicio devocional de esas dos personas, el Señor Śrī Caitanya Mahāprabhu descendió como encarnación. Él predicó el santo nombre del Señor y el amor extático por Kṛṣṇa para liberar al mundo entero.
Text 227:
Hay otro episodio acerca de la extraordinaria conducta de Haridāsa Ṭhākura. Causa asombro el escucharlo.
Text 228:
Escuchad acerca de esos hechos sin presentar áridos argumentos, pues esos episodios están más allá de nuestro raciocinio material. Hay que creer en ellos y tener fe.
Text 229:
Un día, Haridāsa Ṭhākura, sentado en su cueva, recitaba en voz muy alta el santo nombre del Señor.
Text 230:
Era una noche muy clara debido a la luz de la Luna, que daba un aspecto deslumbrante a las olas del Ganges. Todas las direcciones aparecían claras y luminosas.
Text 231:
Todo el que veía la belleza de la cueva, con la planta de tulasī en un altar muy limpio, quedaba asombrado y con el corazón satisfecho.
Text 232:
En ese momento, en aquel hermoso escenario, se presentó en el patio una mujer. La belleza de su cuerpo era tan brillante que iluminó todo el lugar de un matiz amarillo.
Text 233:
El aroma de su cuerpo perfumaba todas las direcciones, y el tintineo de sus alhajas cautivaba el oído.
Text 234:
Nada más llegar, la mujer ofreció reverencias a la planta de tulasī y, tras caminar alrededor de ella, se acercó a la puerta de la cueva donde estaba Haridāsa Ṭhākura.
Text 235:
Con las manos juntas, ofreció reverencias a los pies de loto de Haridāsa Ṭhākura. Entonces, desde la puerta, le habló con una voz muy dulce.
Text 236:
«Mi querido amigo, —dijo—, tú eres el amigo del mundo entero. Eres tan hermoso y cualificado. He venido aquí sólo para unirme contigo.
Text 237:
«Mi querido señor, ten la bondad de aceptarme y sé misericordioso conmigo, pues todas las personas santas se caracterizan por su bondad con los pobres y los caídos.»
Text 238:
Dichas estas palabras, adoptó varias posturas cuya vista impacientarían hasta al más grande filósofo.
Text 239:
Haridāsa Ṭhākura era inamovible, pues estaba profundamente determinado. Mostrándose muy misericordioso con ella, comenzó a hablarle.
Text 240:
«He recibido iniciación y he hecho el voto de completar un gran sacrificio, recitando el santo nombre un determinado número de veces cada día.
Text 241:
«Mientras no he cumplido ese voto de rezar, no deseo nada más. Cuando termino de rezar, entonces puedo hacer lo que quiera.
Text 242:
«Siéntate a la puerta y escucha mientras recito el mahā-mantra Hare Kṛṣṇa. Tan pronto como termine de rezar, te satisfaré como deseas.»
Text 243:
Dicho esto, Haridāsa Ṭhākura continuó rezando el santo nombre del Señor. De ese modo, la mujer que estaba sentada ante él escuchaba mientras él recitaba el santo nombre.
Text 244:
Haridāsa rezó sin cesar hasta que llegó la mañana. Al ver la luz del alba, la mujer se levantó y se fue.
Text 245:
Por tres días fue a ver a Haridāsa Ṭhākura con la misma actitud, mostrando posturas femeninas que confundirían la mente del propio Señor Brahmā.
Text 246:
Haridāsa Ṭhākura estaba siempre absorto en pensar en Kṛṣṇa y en el santo nombre de Kṛṣṇa. Por eso, las poses femeninas de la mujer eran como llantos en el bosque.
Text 247:
Al final de la noche del tercer día, la mujer dijo lo siguiente a Haridāsa Ṭhākura.
Text 248:
«Mi querido señor, llevas tres días engañándome con falsas promesas, pues veo que pasa el día y pasa la noche, y no terminas nunca de rezar el santo nombre.»
Text 249:
Haridāsa Ṭhākura dijo: «Mi querida amiga, ¿qué puedo hacer yo? He hecho un voto. ¿Cómo podría abandonarlo?».
Text 250:
Tras ofrecer reverencias a Haridāsa Ṭhākura, la mujer dijo: «Yo soy la energía ilusoria de la Suprema Personalidad de Dios. He venido aquí para ponerte a prueba.
Text 251:
«En el pasado he cautivado la mente del mismísimo Brahmā, qué decir de otros. Tú mente es la única que no he logrado atraer.
Texts 252-253:
«Mi querido señor, tú eres el devoto más elevado. El simple hecho de verte y escuchar tu canto del santo nombre de Kṛṣṇa me ha purificado la conciencia. Ahora deseo cantar el santo nombre del Señor. Por favor, sé bondadoso conmigo, instruyéndome acerca del éxtasis del canto del mahā-mantra Hare Kṛṣṇa.
Text 254:
«Ahora, debido a la encarnación del Señor Caitanya, hay una inundación del néctar eterno del amor por Dios, y todas las entidades vivientes flotan en esa inundación. El mundo entero está agradecido al Señor.
Text 255:
«Todo el que no flota en esa inundación está realmente condenado. Esa persona no podrá liberarse en un millón de kalpas.
Text 256:
«En el pasado, recibí de labios del Señor Śiva el santo nombre del Señor Rāma, pero ahora, debido a tu compañía, siento un deseo intenso de cantar el santo nombre del Señor Kṛṣṇa.
Text 257:
«Ciertamente, el santo nombre del Señor Rāma concede la liberación, pero el santo nombre de Kṛṣṇa nos transporta al otro lado del océano de nesciencia y, finalmente, nos da amor extático por Kṛṣṇa.
Text 258:
«Por favor, dame el santo nombre de Kṛṣṇa y hazme de ese modo afortunada, para que también yo pueda flotar en la inundación de amor por Dios inaugurada por Śrī Caitanya Mahāprabhu.»
Text 259:
Dichas estas palabras, Māyā adoró los pies de loto de Haridāsa Ṭhākura, quien la inició diciendo: «Simplemente canta el mahā-mantra Hare Kṛṣṇa».
Text 260:
Tras recibir esa instrucción de Haridāsa Ṭhākura, Māyā se marchó, muy complacida. Por desgracia, algunas personas no tienen fe en estas narraciones.
Text 261:
Por lo tanto, explicaré las razones por las que la gente debe tener fe. Todo el que las escuche, se llenará de fe.
Text 262:
Cuando el Señor Caitanya Se encarnó para inaugurar el movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa, en la Tierra nacieron también personalidades como el Señor Brahmā, el Señor Śiva y los Cuatro Kumāras, hechizados por el amor extático por el Señor Kṛṣṇa.
Text 263:
Todos ellos, desde el gran sabio Nārada a devotos como Prahlāda Mahārāja, vinieron a la Tierra como seres humanos, cantando juntos los santos nombres del Señor Kṛṣṇa y bailando y flotando en la inundación del amor por Dios.
Text 264:
La diosa de la fortuna y otros, hechizados por el amor por Kṛṣṇa, descendieron también en forma de seres humanos y saborearon el santo nombre del Señor con amor.
Text 265:
Qué decir de otros, hasta Kṛṣṇa, el hijo de Nanda Mahārāja, desciende personalmente para saborear el néctar del amor por Dios en la forma del canto de Hare Kṛṣṇa.
Text 266:
¿Qué tiene de maravilloso que la sirvienta de Kṛṣṇa, Su energía externa, pida amor por Dios? Sin la misericordia de un devoto y sin el canto del santo nombre del Señor, no es posible alcanzar amor por Dios.
Text 267:
En las actividades del Señor Śrī Caitanya Mahāprabhu, los tres mundos danzan y cantan, por haber entrado en contacto con el amor por Dios. Ésa es la característica de Sus pasatiempos.
Text 268:
El santo nombre de Kṛṣṇa es tan atractivo que todo el que lo canta —incluyendo a todas las entidades vivientes, móviles e inmóviles, y hasta el propio Señor Kṛṣṇa— se llena de amor por Kṛṣṇa. Ése es el efecto del canto del mahā-mantra Hare Kṛṣṇa.
Text 269:
He escuchado de labios de Raghunātha dāsa Gosvāmī todo lo que Svarūpa Dāmodara Gosvāmī registró en sus notas acerca de los pasatiempos de Śrī Caitanya Mahāprabhu.
Text 270:
He explicado brevemente estos pasatiempos. Todo lo he escrito por misericordia de Śrī Caitanya Mahāprabhu, pues yo soy un ser vivo insignificante.
Text 271:
No he hablado más que de un fragmento de las glorias de Haridāsa Ṭhākura. Escuchar esto satisface los oídos de todos los devotos.
Text 272:
Orando a los pies de loto de Śrī Rūpa y Śrī Raghunātha, siempre deseando su misericordia, yo, Kṛṣṇadāsa, narro el Śrī Caitanya-caritāmṛta, siguiendo sus pasos.