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CC Antya-līlā 14.53

Texto

cintātra jāgarodvegau
tānavaṁ malināṅgatā
pralāpo vyādhir unmādo
moho mṛtyur daśā daśa

Palabra por palabra

cintā — ansiedad; atra — aquí (debido a la separación de Kṛṣṇa); jāgara — desvelo; udvegau — y agitación mental; tānavam — delgadez; malina-aṅgatā — un estado de desaseo del cuerpo, casi suciedad; pralāpaḥ — hablar como un loco; vyādhiḥ — enfermedad; unmādaḥ — locura; mohaḥ — ilusión; mṛtyuḥ — muerte; daśāḥ — condiciones; daśa — diez.

Traducción

«Las diez transformaciones corporales producto de la separación de Kṛṣṇa son: ansiedad, desvelo, agitación mental, delgadez, falta de aseo, hablar como un loco, enfermedad, locura, ilusión y muerte.»

Significado

Este verso es parte de una descripción de las características de Śrīmatī Rādhārāṇī que se halla en el Ujjavala-nīlamaṇi (Vipralambha-prakaraa 153). En ese libro, Śrīla Rūpa Gosvāmī da la siguiente explicación detallada de esos diez signos.

Cintā, ansiedad. El Haṁsa-dūta (2) afirma:

yadā yāto gopī-hṛdaya-madano nanda-sadanān
mukundo gāndinyās tanayam anurundhan madhu-purīm
tadāmāṅkṣīc cintā-sariti ghana-ghūrṇāparicayair
agādhāyāṁ bādhāmaya-payasi rādhā virahiṇī

«Ante el ruego de Akrūra, Kṛṣṇa y Balarāma abandonaron la casa de Nanda Mahārāja y Se fueron a Mathurā. Esto supuso un fuerte trastorno para la mente de Śrīmatī Rādhārāṇī. En ese momento, debido a la insufrible separación de Kṛṣṇa, prácticamente Se volvió loca. El dolor y la agitación mental que pasó La hicieron ahogarse en la especulación mental, en el río de la ansiedad. Ella pensaba: “Ahora voy a morir, y, cuando muera, Kṛṣṇa seguramente regresará para verme de nuevo. Pero cuando la gente de Vṛndāvana Le diga que he muerto, ciertamente Se sentirá muy mal. Así pues, no moriré”». Ésa es la explicación de la palabra cintā.

Jāgara, desvelo. El Padyāvalī (326) afirma:

yāḥ paśyanti priyaṁ svapnedhanyās tāḥ sakhi yoṣitaḥ
asmākaṁ tu gate kṛṣṇe
gatā nidrāpi vairiṇī

Considerándose muy desdichada, Śrīmatī Rādhārāṇī Se dirigió a Su muy querida amiga Viśākhā: «Mi querida amiga, si pudiese ver a Kṛṣṇa en Mis sueños, ciertamente sería glorificada por Mi gran fortuna. Pero, ¿qué puedo hacer? También el sueño se comporta mal conmigo. En verdad, se ha vuelto Mi enemigo. Por eso, desde la partida de Kṛṣṇa, no he vuelto a dormir».

Udvega, agitación mental. Esta palabra se explica en el Haṁsa-dūta (104) de la siguiente manera:

mano me hā kaṣṭaṁ jvalati kim ahaṁ hanta karavai
na pāraṁ nāvāraṁ su-mukhi kalayāmy asya jaladheḥ
iyaṁ vande mūrdhnā sapadi tam upāyaṁ kathaya me
parāmṛśye yasmād dhṛti-kaṇikayāpi kṣaṇikayā

Śrīmatī Rādhārāṇī dijo a Lalitā: «Mi querida Lalitā, de hermoso rostro, no puedo expresar cómo arde Mi corazón. Es un océano de ansiedad, grande e insondable. Aun así, deseo ofrecer reverencias a tus pies de loto. ¿Qué voy a hacer? Por favor, reflexiona en Mi situación y aconséjame la forma de calmarme. Ése es Mi deseo».

Tānava, delgadez, se describe del siguiente modo:

udañcad-vaktrāmbhoruha-vikṛtir antaḥ-kulaṣitā
sadāhārābhāva-glapita-kuca-kokā yadu-pate
viśuṣyantī rādhā tava viraha-tāpād anu-dinaṁ
nidāghe kuly eva kraśima-paripākaṁ prathayati

Cuando Uddhava regresó a Mathurā tras visitar Vṛndāvana, el Señor Kṛṣṇa le preguntó por Rādhārāṇī y Viśākhā. La respuesta de Uddhava fue la siguiente: «¡No Te imaginas la situación de las gopīs! Śrīmatī Rādhārāṇī, sobre todo, Se halla en una condición de extremo sufrimiento debida a los sentimientos de separación. Ha adelgazado mucho, y prácticamente ha perdido todo el brillo corporal. Su corazón está inmerso en el dolor, y, debido a que ha dejado de comer, Sus senos se han vuelto negros, como por efecto de una enfermedad. Debido a la separación de Ti, todas las gopīs, y especialmente Rādhārāṇī, parecen pozos de agua que se han secado bajo el calor de un Sol abrasador».

Malina-aṅgatā, desaseo, se describe en el siguiente verso:

hima-visara-viśīrṇāmbhoja-tulyānana-śrīḥ
khara-marud-aparajyad-bandhu-jīvopamauṣṭhī
agha-hara śarad-arkottāpitendīvarākṣī
tava viraha-vipatti-mlāpitāsīd viśākhā

Uddhava dijo a Kṛṣṇa: «¡Oh, muy auspicioso Kṛṣṇa!, escúchame, por favor. El pesar causado por Tu ausencia ha hecho languidecer a Viśākhā. Sus labios tiemblan como árboles en un fuerte viento. Su hermoso rostro es como una flor de loto que se ha marchitado bajo la nieve, y sus ojos son como pétalos de loto agostados por el calor del sol otoñal».

Pralāpa, hablar como un loco, se explica en el Lalita-mādhava con las siguientes palabras:

kva nanda-kula-candramāḥ kva śikhi-candra-kālaṅkṛtiḥ
kva mandra-muralī-ravaḥ kva nu surendra-nīla-dyutiḥ
kva rāsa-rasa-tāṇḍavī kva sakhi jīva-rakṣauṣadhir
nidhir mama suhṛttamaḥ kva tava hanta hā dhig vidhiḥ

Éste es el lamento de Śrīmatī Rādhārāṇī por Su amado Kṛṣṇa, que estaba lejos del hogar. La mujer cuyo marido ha dejado el hogar para ir a una tierra extraña recibe el nombre de proṣita-bhartṛkā. Lamentándose por Kṛṣṇa de la misma forma que esa mujer se lamenta por su esposo, Śrīmatī Rādhārāṇī decía: «Querida amiga mía, ¿dónde está la gloria de la familia de Mahārāja Nanda, que lleva en la cabeza un adorno en forma de media luna? ¿Dónde está Kṛṣṇa, cuya tez es como la joya indranīla y que tan bien sabe tocar la flauta? ¿Dónde está Tu amigo, el mejor de todos los hombres, tan experto en danzar en el círculo de la danza rāsa? ¿Dónde está Él, que es la verdadera medicina para salvarme de morir del mal del corazón? Tengo que condenar a la Providencia, que tantos pesares Me ha causado separándome de Kṛṣṇa».

Vyādhi, enfermedad, se describe también en el Lalita-mādhava:

uttāpī puṭa-pākato ’pi garala-grāmād api kṣobhaṇo
dambholer api duḥsahaḥ kaṭur alaṁ hṛn-magna-śūlyād api
tīvraḥ prauḍha-visūcikāni cayato ’py uccair mamāyaṁ balī
marmāṇy adya bhinatti gokula-pater viśleṣa-janmā jvaraḥ

Muy afligida por el dolor de la separación de Kṛṣṇa, Śrīmatī Rādhārāṇī decía: «Mi querida Lalitā, escúchame, por favor. No puedo soportar el sufrimiento de la fiebre de la separación de Kṛṣṇa, ni puedo explicártelo. Es como fundir oro en un pote de barro. Esta fiebre causa más sufrimiento que el veneno, y penetra más profundamente que el rayo. Sufro como alguien a punto de morir del cólera. Para darme tanto dolor, esta fiebre, en verdad, tiene que ser muy fuerte».

Unmāda, locura, se explica con las siguientes palabras:

bhramati bhavana-garbhe nirnimittaṁ hasantī
prathayati tava vārtāṁ cetanācetaneṣu
luṭhati ca bhuvi rādhā kampitāṅgī murāre
viṣama-viraha-khedodgāri-vibhrānta-cittā

Uddhava dijo a Kṛṣṇa: «Mi querido Kṛṣṇa, las gopīs están tan afligidas por Tu ausencia que se han vuelto prácticamente locas. ¡Oh, Murāri!, en casa, Śrīmatī Rādhārāṇī ríe sin motivo, y, como una loca, pregunta por Ti a todas las entidades vivientes sin distinción, incluso a las piedras. Rueda por el suelo, incapaz de soportar la agonía de Tu ausencia».

Moha, ilusión, se explica con la siguientes palabras:

nirundhe dainyābdhiṁ harati guru-cintā paribhavaṁ
vilumpaty unmādaṁ sthagayati balād bāṣpa-laharīm
idānīṁ kaṁsāre kuvalaya-dṛśaḥ kevalam idaṁ
vidhatte sācivyaṁ tava viraha-mūrcchā-sahacarī

Lalitā escribió a Kṛṣṇa la siguiente carta de parte de Śrīmatī Rādhārāṇī: «Mi querido Kṛṣṇa, Śrīmatī Rādhārāṇī ha caído al suelo inconsciente, con la mente muy agitada por verse separada de Ti. ¡Oh, enemigo de Kaṁsa!, ahora que Te has convertido en un político de primera categoría, se supone que está en Tus manos procurar alivio a todos. Por eso, por favor, ten en consideración la súplica de Śrīmatī Rādhārāṇī, o muy pronto Te llegarán noticias de Su muerte. Tal vez entonces Te lamentes, aunque ahora estés tan contento».

Mṛtyu, muerte, se explica en el Haṁsa-dūta (96):

aye rāsa-krīḍā-rasika mama sakhyaṁ nava-navā
purā baddhā yena praṇaya-laharī hanta gahanā
sa cen muktāpekṣas tvam asi dhig imāṁ tūla-śakalaṁ
yad etasyā nāsā-nihitam idam adyāpi calati

En la siguiente carta, Lalitā riñó a Kṛṣṇa por haberse quedado en Mathurā: «Por el simple hecho de danzar en el círculo de la danza rāsa, Tú atrajiste el amor de Śrīmatī Rādhārāṇī. ¿Por qué ahora Te muestras tan indiferente con mi querida amiga Rādhārāṇī? Ella yace casi inconsciente, pensando en Tus pasatiempos. Yo comprobaré si está viva poniéndole unas fibras de algodón debajo de la nariz, y, si todavía vive, La reñiré».