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CAPÍTULO 12

Los intercambios amorosos entre el Señor Śrī Caitanya Mahāprabhu y Jagadānanda Paṇḍita

En su Amṛta-pravāha-bhāṣya, Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura ofrece el siguiente resumen del Capítulo Doce. El capítulo habla de las transformaciones de amor extático que Śrī Caitanya Mahāprabhu manifestaba día y noche. Una vez más, los devotos de Bengala hicieron el viaje hasta Jagannātha Purī para ver a Śrī Caitanya Mahāprabhu. El organizador, como de costumbre, era Śivānanda Sena, que viajaba con su esposa e hijos. Por la tardanza en los preparativos, en cierta ocasión el Señor Nityānanda Se encontró sin lugar donde alojarse, y Se sintió molesto. Muy enfadado con Śivānanda Sena, que se encargaba de todo lo relacionado con el viaje, le dio una patada con la ira que viene del amor. Śivānanda Sena se sintió muy afortunado por haber recibido una patada de Nityānanda Prabhu, pero a su sobrino, Śrīkānta Sena, le sentó muy mal, de modo que abandonó el grupo y fue a ver a Śrī Caitanya Mahāprabhu a Jagannātha Purī antes de que llegase el resto de los devotos.

Ese año visitó también a Śrī Caitanya Mahāprabhu un devoto llamado Parameśvara dāsa Modaka‚ que fue a Jagannātha Purī con su familia. Los devotos invitaban a menudo a Śrī Caitanya Mahāprabhu para que fuese a comer con ellos. En el momento de la despedida, el Señor les habló en un tono muy agradable. Jagadānanda Paṇḍita, que el año anterior había partido con la misión de visitar a Śacīmātā llevándole prasādam y ropa, había regresado a Purī con una gran vasija de aceite de sándalo y esencias florales para dar masaje al Señor en la cabeza. Cuando el Señor Se negó a aceptar el aceite, Jagadānanda Paṇḍita, como reacción a Su negativa, rompió la vasija ante Él e inició un ayuno. El Señor trató de calmarle y pidió a Jagadānanda Paṇḍita que Le cocinase. Jagadānanda Paṇḍita se sintió tan complacido cuando Śrī Caitanya Mahāprabhu aceptó lo que había cocinado, que dejó de ayunar.

Text 1:
¡Oh, devotos!, que siempre gocéis de gran felicidad en escuchar, cantar y meditar acerca de la vida y las características de Śrī Caitanya Mahāprabhu, que son trascendentales.
Text 2:
¡Toda gloria a Śrī Caitanya Mahāprabhu, que es plenamente misericordioso! ¡Toda gloria a Nityānanda Prabhu, que es un océano de misericordia!
Text 3:
¡Toda gloria a Advaita Ācārya, que también es un océano de misericordia! ¡Toda gloria a todos los devotos de Śrī Caitanya Mahāprabhu, cuyo corazón está siempre lleno de misericordia!
Text 4:
La mente de Śrī Caitanya Mahāprabhu estaba siempre triste debido a un sentimiento de separación de Kṛṣṇa que se manifestaba en todo momento.
Text 5:
En Su llanto, el Señor decía: «¡Oh, Mi Señor Kṛṣṇa, que eres Mi vida misma! ¡Oh, hijo de Mahārāja Nanda!, ¿a dónde voy a ir? ¿Dónde podré encontrarte? ¡Oh, Suprema Personalidad que Te llevas la flauta a la boca y la haces sonar!».
Text 6:
Ésa era Su situación día y noche. Sin poder encontrar paz en la mente, pasaba las noches con gran dificultad en compañía de Svarūpa Dāmodara y Rāmānanda Rāya.
Text 7:
Mientras tanto, todos los devotos viajaron desde sus hogares en Bengala para ver a Śrī Caitanya Mahāprabhu.
Text 8:
Guiados por Śivānanda Sena, Advaita Ācārya y otros, los devotos se reunieron en Navadvīpa.
Text 9:
En Navadvīpa se juntaron también los habitantes de Kulīna-grāma y Khaṇḍa.
Text 10:
Nityānanda Prabhu estaba predicando en Bengala, de modo que Śrī Caitanya Mahāprabhu Le había dado la orden de no ir a Jagannātha Purī. Aquel año, sin embargo, fue con el resto del grupo a ver al Señor.
Text 11:
También Śrīvāsa Ṭhākura estaba allí con sus tres hermanos y su esposa, Mālinī. Ācāryaratna también viajaba en compañía de su esposa.
Text 12:
Venían también la esposa de Śivānanda Sena y sus tres hijos. Rāghava Paṇḍita se unió a ellos, llevando sus famosas bolsas de comida.
Text 13:
Vāsudeva Datta, Murāri Gupta, Vidyānidhi y muchos otros devotos iban a ver a Śrī Caitanya Mahāprabhu. Todos juntos, llegaban a doscientos o trescientos.
Text 14:
En primer lugar, los devotos fueron a ver a Śacīmātā para pedirle permiso. Después, muy felices, partieron hacia Jagannātha Purī cantando en congregación el santo nombre del Señor.
Text 15:
Śivānanda Sena se encargaba de pagar las sucesivas aduanas. Mantenía a todos los devotos, y se sentía muy feliz de guiarles.
Text 16:
Śivānanda Sena cuidaba de todos y daba a cada devoto un lugar para alojarse. Conocía todos los caminos que llevaban a Orissa.
Text 17:
Un día, el grupo tuvo que parar en un control de aduanas, pero, finalmente, el recaudador dejó pasar a los devotos, y Śivānanda Sena se quedó a pagar los impuestos.
Text 18:
El grupo llegó a un pueblo y esperó bajo un árbol, pues nadie más que Śivānanda Sena sabía dónde podían alojarse.
Text 19:
Mientras esperaba, Nityānanda Prabhu comenzó a tener mucha hambre y Se enfado mucho. Como todavía no Le habían dado un alojamiento adecuado, Se puso a hablar mal de Śivānanda Sena.
Text 20:
«Śivānanda Sena no se ha preocupado de Mi alojamiento —Se quejaba—, y Me estoy muriendo de hambre. Por no haber venido todavía, maldigo a sus tres hijos a que mueran.»
Text 21:
Al escuchar la maldición, la esposa de Śivānanda Sena se echó a llorar. Justo entonces, Śivānanda regresó del puesto de peaje.
Text 22:
Llorando, su esposa le dijo: «El Señor Nityānanda ha maldecido a nuestros hijos a que mueran porque todavía no ha recibido Su alojamiento».
Text 23:
Śivānanda Sena contestó: «¡Mujer loca! ¿Por qué lloras sin motivo? Que mis tres hijos mueran en compensación por las molestias que hemos causado a Nityānanda Prabhu».
Text 24:
Dicho esto, Śivānanda Sena fue a ver a Nityānanda Prabhu, quien entonces Se levantó y le dio una patada.
Text 25:
Muy complacido de la patada recibida, Śivānanda Sena rápidamente encontró alojamiento para el Señor en casa de un lechero.
Text 26:
Śivānanda Sena tocó los pies de loto de Nityānanda Prabhu y Le llevó a Sus habitaciones. Tras dar alojamiento al Señor, Śivānanda Sena, muy complacido, dijo lo siguiente.
Text 27:
«Hoy me has aceptado como sirviente y me has castigado como merecía por mi ofensa.
Text 28:
«Mi querido Señor, Tu reprimenda es Tu misericordia sin causa. ¿Quién, en los tres mundos, puede entender Tu verdadera naturaleza?
Text 29:
«Ni siquiera el Señor Brahmā puede obtener el polvo de Tus pies de loto. Aun así, Tus pies de loto han tocado mi despreciable cuerpo.
Text 30:
«Hoy han conocido el éxito mi nacimiento, mi familia y mis actividades. Hoy he obtenido la culminación de los principios religiosos, el crecimiento económico, la satisfacción de los sentidos y, en última instancia, el servicio devocional al Señor Kṛṣṇa.»
Text 31:
Al escuchar esto, el Señor Nityānanda Se sintió muy feliz. Se levantó y, con mucho amor, abrazó a Śivānanda Sena.
Text 32:
Muy complacido con el comportamiento de Nityānanda Prabhu, Śivānanda Sena se dedicó a buscar alojamiento para todos los vaiṣṇavas, comenzando por Advaita Ācārya.
Text 33:
Una de las características de Śrī Nityānanda Prabhu es Su naturaleza contradictoria. Cuando Se enfada y da una patada a alguien, en realidad es por su beneficio.
Text 34:
El sobrino de Śivānanda Sena, Śrīkānta, que era hijo de su hermana, se sintió ofendido y, en ausencia de su tío, hizo un comentario al respecto.
Text 35:
«Mi tío es bien conocido por ser uno de los devotos íntimos de Śrī Caitanya Mahāprabhu, pero el Señor Nityānanda Prabhu afirma Su superioridad dándole una patada.»
Text 36:
Tras decir esto, Śrīkānta, que no era más que un muchacho, dejó el grupo y viajó en solitario hasta la morada de Śrī Caitanya Mahāprabhu.
Text 37:
Cuando ofreció reverencias al Señor, Śrīkānta llevaba todavía la camisa y la chaqueta. Por eso Govinda le dijo: «Mi querido Śrīkānta, primero quítate esas ropas».
Text 38:
Al escuchar a Govinda hacer esta advertencia a Śrīkānta, Śrī Caitanya Mahāprabhu dijo: «No le molestes. Deja que Śrīkānta haga lo que quiera, pues ha venido aquí con la mente afligida».
Text 39:
Śrī Caitanya Mahāprabhu preguntó a Śrīkānta acerca de todos los vaiṣṇavas, y el muchacho Le dio noticia de ellos, nombrándoles uno tras otro.
Text 40:
Cuando escuchó al Señor decir: «Está afligido», Śrīkānta Sena comprendió que el Señor es omnisciente.
Text 41:
Por esa razón, mientras hacía la relación de los vaiṣṇavas, no mencionó que el Señor Nityānanda había dado una patada a Śivānanda Sena. Entre tanto, los devotos llegaron y fueron a ver al Señor.
Text 42:
Śrī Caitanya Mahāprabhu les recibió a todos, tal y como había hecho en años anteriores. Las mujeres, sin embargo, vieron al Señor desde una cierta distancia.
Text 43:
El Señor dispuso de nuevo el alojamiento de los devotos y, a continuación, les llamó para comer los remanentes de los alimentos ofrecidos al Señor Jagannātha.
Text 44:
Śivānanda Sena presentó sus tres hijos a Śrī Caitanya Mahāprabhu. Como eran hijos suyos, el Señor fue muy misericordioso con los muchachos.
Text 45:
El Señor Caitanya preguntó el nombre del más pequeño, y Śivānanda Sena hizo saber al Señor que se llamaba Paramānanda dāsa.
Texts 46-47:
En cierta ocasión, Śivānanda Sena había visitado a Śrī Caitanya Mahāprabhu en Su morada y el Señor le había dicho: «Cuando tu hijo nazca, dale el nombre de Purī dāsa».
Text 48:
El niño estaba en el vientre de la esposa de Śivānanda, y nació cuando Śivānanda regresó a casa.
Text 49:
Conforme a la orden del Señor, el niño recibió el nombre de Paramānanda dāsa, y el Señor, bromeando le llamaba Purī dāsa.
Text 50:
Cuando Śivānanda Sena presentó el niño a Śrī Caitanya Mahāprabhu, el Señor metió el dedo de Su pie en la boca del niño.
Text 51:
Nadie puede atravesar el océano de la buena fortuna de Śivānanda Sena, pues el Señor consideraba a toda la familia de Śivānanda la Suya propia.
Text 52:
El Señor almorzó en compañía de todos los devotos, y, después de lavarse las manos y la boca, dio una orden a Govinda.
Text 53:
«Mientras estén en Jagannātha Purī —dijo—, la esposa y los hijos de Śivānanda Sena deben recibir los remanentes de Mi comida.»
Text 54:
Parameśvara era un confitero que vivía en Nadia, cerca de la casa de Śrī Caitanya Mahāprabhu.
Text 55:
Cuando era niño, el Señor visitaba una y otra vez la casa de Parameśvara Modaka. El confitero daba al Señor leche y dulces, y el Señor los comía.
Text 56:
Parameśvara Modaka sentía afecto por el Señor desde que era un niño, y ese año estaba entre los que habían ido a ver al Señor a Jagannātha Purī.
Text 57:
Cuando ofreció reverencias al Señor, dijo: «Soy el mismo Parameśvara». Al verle, el Señor le hizo preguntas con mucho afecto.
Text 58:
Śrī Caitanya Mahāprabhu dijo: «Parameśvara, bendito seas. ¡Qué bien que hayas venido!».
Text 59:
Al escuchar el nombre de Mukundāra Mātā, el Señor Caitanya titubeó, pero, por el afecto que sentía hacia Parameśvara, no dijo nada.
Text 60:
Una relación íntima lleva a veces a las personas a pasar por alto la etiqueta formal. De ese modo, con su conducta simple y afectuosa, Parameśvara en realidad complació al Señor en el corazón.
Text 61:
Todos los devotos se ocuparon en la ceremonia de limpiar el templo de Guṇḍicā y danzaron ante el carro del Ratha-yātrā, tal y como habían hecho en el pasado.
Text 62:
Durante cuatro meses seguidos, los devotos asistieron a todos los festivales. Las esposas, como Mālinī, ofrecieron a Śrī Caitanya Mahāprabhu invitaciones a almorzar.
Text 63:
Los devotos habían traído toda clase de alimentos bengalíes que gustaban a Śrī Caitanya Mahāprabhu. Además, en sus casas cocinaron cereales y hortalizas y los ofrecieron al Señor.
Text 64:
Durante el día, Śrī Caitanya Mahāprabhu Se ocupaba en diversas actividades con Sus devotos, pero de noche sentía intensamente la separación de Kṛṣṇa y solía llorar.
Text 65:
De ese modo, el Señor pasó los cuatro meses de la estación de las lluvias ocupado en diversos pasatiempos, y después ordenó a los devotos bengalíes que regresasen a sus hogares.
Text 66:
Todos los devotos de Bengala invitaban periódicamente a Śrī Caitanya Mahāprabhu a almorzar, y el Señor les hablaba con palabras muy dulces.
Text 67:
«Todos vosotros venís a verme cada año —dijo el Señor—. Sin duda, venir aquí y después regresar debe de causaros muchas incomodidades.
Text 68:
«Me gustaría prohibiros que vinierais, pero disfruto tanto de vuestra compañía que Mi deseo de estar con vosotros no hace más que aumentar.
Text 69:
«Ordené a Śrī Nityānanda Prabhu que no saliese de Bengala, pero ha desobedecido Mi orden y ha venido a verme. ¿Qué puedo decir?
Text 70:
«Por Su misericordia sin causa, también Advaita Ācārya ha venido. Estoy en deuda con Él por Su afectuosa conducta. Me es imposible saldar esa deuda.
Text 71:
«Todos Mis devotos vienen aquí sólo por Mí. Olvidando el hogar y la familia, viajan por caminos muy difíciles para venir aquí a toda prisa.
Text 72:
«Yo no paso fatigas ni dificultades, pues Me quedo aquí, en Nīlācala, Jagannātha Purī, y no Me muevo lo más mínimo. Todo ello, gracias a vosotros.
Text 73:
«Soy un mendicante y no tengo dinero. ¿Cómo puedo recompensaros por vuestra generosidad?
Text 74:
«Este cuerpo es todo lo que tengo, y por ello os lo entrego. Ahora, si lo deseáis, podéis venderlo donde más os plazca. Es propiedad vuestra.»
Text 75:
Cuando los devotos escucharon estas dulces palabras del Señor Śrī Caitanya Mahāprabhu, su corazón se derretía y derramaban lágrimas sin cesar.
Text 76:
El Señor estrechó entre Sus brazos a todos Sus devotos, y, mientras les abrazaba, lloraba sin cesar.
Text 77:
Todos se quedaron allí, incapaces de marchar, y de ese modo pasaron otros cinco o siete días.
Text 78:
Advaita Prabhu y el Señor Nityānanda Prabhu presentaron estas palabras a los pies de loto del Señor: «De forma natural, el mundo entero está en deuda contigo por Tus atributos trascendentales.
Text 79:
«Pero Tú, con Tus dulces palabras, atas de nuevo a Tus devotos. En esas circunstancias, ¿quién puede irse a otra parte?»
Text 80:
Entonces Śrī Caitanya Mahāprabhu les calmó serenamente, y Se despidió de cada uno de ellos.
Text 81:
En particular, el Señor aconsejó a Nityānanda Prabhu: «Tú no debes venir aquí una y otra vez. En Bengala tendrás Mi compañía».
Text 82:
Los devotos de Śrī Caitanya Mahāprabhu comenzaron el viaje llorando, mientras el Señor Se quedaba, muy triste, en Su morada.
Text 83:
El Señor ató a todos con Su misericordia trascendental. ¿Quién puede pagar su deuda por la misericordia de Śrī Caitanya Mahāprabhu?
Text 84:
Śrī Caitanya Mahāprabhu es la Personalidad de Dios completamente independiente, y hace danzar a todos conforme a Su deseo. Por eso, abandonando Su compañía, los devotos regresaron a sus hogares en distintas regiones del país.
Text 85:
Como una marioneta danza conforme a la voluntad del titiritero, todo se lleva a cabo por la voluntad del Señor. ¿Quién puede entender las características de la Suprema Personalidad de Dios?
Text 86:
El año anterior, Jagadānanda Paṇḍita, siguiendo la orden del Señor, había regresado a la ciudad de Nadia para ver a Śacīmātā.
Text 87:
Cuando llegó, ofreció oraciones a sus pies de loto. A continuación le entregó la prenda de vestir y el prasādam del Señor Jagannātha.
Text 88:
Ofreció reverencias a Śacīmātā en nombre del Señor Caitanya Mahāprabhu y le comunicó todas las oraciones de sumisión que el Señor le ofrecía.
Text 89:
Madre Śacī se sintió muy complacida de la venida de Jagadānanda. Él le hablaba del Señor Caitanya Mahāprabhu, y ella escuchaba día y noche.
Text 90:
Jagadānanda Paṇḍita dijo: «Mi querida madre, a veces el Señor viene aquí y come todos los alimentos que tú has ofrecido.
Text 91:
«Después de comerlo todo, el Señor dice: “Hoy, Mi madre Me ha llenado hasta el cuello.
Text 92:
«Yo voy allí y como los alimentos que Mi madre ofrece, pero ella no puede entender que Yo lo como directamente. Cree estar soñando”.
Text 93:
Śacīmātā dijo: «Yo desearía que Nimāi comiese todas las verduras tan buenas que Le cocino. Ése es mi deseo.
Text 94:
«A veces pienso que Nimāi las ha comido, pero después pienso que sólo estaba soñando.»
Text 95:
De ese modo, Jagadānanda Paṇḍita y madre Śacī hablaban día y noche de la felicidad de Śrī Caitanya Mahāprabhu.
Text 96:
Jagadānanda Paṇḍita visitó a todos los demás devotos de Nadia. Todos estaban muy felices de tenerle entre ellos.
Text 97:
A continuación, Jagadānanda Paṇḍita fue a ver a Advaita Ācārya, quien también Se sintió muy feliz de estar con él.
Text 98:
Vāsudeva Datta y Murāri Gupta estaban tan complacidos de ver a Jagadānanda Paṇḍita que le retenían en sus hogares y no le dejaban marcharse.
Text 99:
De labios de Jagadānanda Paṇḍita escucharon narraciones confidenciales acerca de Śrī Caitanya Mahāprabhu y, con la gran felicidad de escuchar acerca del Señor, se olvidaron de sí mismos.
Text 100:
Siempre que Jagadānanda Paṇḍita iba a visitar la casa de un devoto, ese devoto sentía tanta felicidad que inmediatamente se olvidaba de sí mismo.
Text 101:
¡Toda gloria a Jagadānanda Paṇḍita! Él goza del favor de Śrī Caitanya Mahāprabhu en tal medida que todo el que le encuentra piensa: «Ahora he obtenido la compañía directa de Śrī Caitanya Mahāprabhu».
Text 102:
Jagadānanda Paṇḍita pasó algún tiempo en casa de Śivānanda Sena; allí prepararon unos dieciséis śeṭas de aceite de sándalo perfumado.
Text 103:
Con el aceite aromático llenaron una vasija grande. Jagadānanda Paṇḍita la llevó hasta Nīlācala, Jagannātha Purī, con muchísimo cuidado.
Text 104:
Jagadānanda confió el aceite a Govinda, y le pidió: «Por favor, utiliza este aceite para dar masaje al cuerpo del Señor».
Text 105:
Govinda dijo entonces a Śrī Caitanya Mahāprabhu: «Jagadānanda Paṇḍita ha traído aceite de sándalo perfumado.
Text 106:
«Su deseo es que Su Señoría Se aplique un poco de ese aceite en la cabeza, de modo que la presión sanguínea debida a la bilis y el aire baje de forma considerable.
Text 107:
«En Bengala ha preparado una vasija grande de ese aceite, y la ha traído hasta aquí con muchísimo cuidado.»
Text 108:
El Señor contestó: «Un sannyāsī no usa aceites, y mucho menos aceites perfumados como éste. Llévatelo de aquí inmediatamente.»
Text 109:
«Entrega ese aceite al templo de Jagannātha, donde lo pueden quemar en las lámparas. De ese modo, el trabajo que se ha tomado Jagadānanda en preparar el aceite será un perfecto éxito.»
Text 110:
Cuando Govinda llevó este mensaje a Jagadānanda Paṇḍita, Jagadānanda guardó silencio y no dijo una palabra.
Text 111:
Al cabo de diez días, Govinda dijo de nuevo a Śrī Caitanya Mahāprabhu: «Jagadānanda Paṇḍita ha expresado su deseo de que Su Señoría acepte el aceite».
Text 112:
Al escuchar esto, el Señor, muy enfadado, dijo: «¿Y por qué no pagar a un masajista para que Me dé masajes?
Text 113:
«¿He entrado en la orden de sannyāsa para disfrutar de esos placeres? Aceptar ese aceite sería Mi ruina, y todos vosotros os reiríais de Mí.
Text 114:
«Cualquiera que pasase por la calle, al oler ese aceite en Mi cabeza, Me tomaría por un dārī sannyāsī, un sannyāsī tántrico que vive con mujeres.»
Text 115:
Al escuchar estas palabras de Śrī Caitanya Mahāprabhu, Govinda guardó silencio. A la mañana siguiente, Jagadānanda fue a ver al Señor.
Text 116:
Śrī Caitanya Mahāprabhu dijo a Jagadānanda Paṇḍita: «Mi querido Paṇḍita, tú Me has traído aceite de Bengala, pero no puedo aceptarlo porque pertenezco a la orden de vida de renuncia.
Text 117:
«Entrega el aceite al templo de Jagannātha para que lo quemen en las lámparas. De ese modo, no habrá sido en vano el trabajo que te ha llevado prepararlo.»
Text 118:
Jagadānanda Paṇḍita contestó: «¿Quién Te cuenta esas historias falsas? Yo no he traído ningún aceite de Bengala».
Text 119:
Con estas palabras, Jagadānanda Paṇḍita sacó la vasija de aceite de la habitación y, tirándola al suelo en el patio, la rompió ante Śrī Caitanya Mahāprabhu.
Text 120:
Tras romper la vasija, Jagadānanda Paṇḍita regresó a su casa, echó el cerrojo y se acostó.
Text 121:
Tres días más tarde, Śrī Caitanya Mahāprabhu Se presentó a la puerta de su habitación y dijo: «Mi querido Jagadānanda Paṇḍita, levántate, por favor.
Text 122:
«Mi almuerzo de hoy quiero que lo cocines tú personalmente. Ahora voy a ver al Señor en el templo. Volveré al mediodía.»
Text 123:
Una vez que Śrī Caitanya Mahāprabhu, tras estas palabras, Se hubo marchado, Jagadānanda Paṇḍita se levantó, se bañó y se puso a cocinar toda clase de hortalizas estofadas.
Text 124:
Cumplidos Sus deberes rituales del mediodía, el Señor regresó para almorzar. Jagadānanda Paṇḍita lavó los pies del Señor y Le ofreció un asiento.
Text 125:
Había cocinado arroz de calidad y, después de mezclarlo con ghī, había formado un montículo en una hoja de banano. Alrededor, en cuencos de corteza de banano, había servido también estofados de hortalizas.
Text 126:
Sobre el arroz y los guisos había flores de tulasī, y frente al Señor había pasteles, arroz dulce y otros tipos de prasādam de Jagannātha.
Text 127:
El Señor dijo: «Extiende otra hoja con una ración de arroz y verduras, de modo que hoy podamos almorzar juntos tú y Yo».
Text 128:
Śrī Caitanya Mahāprabhu alzó las manos, dispuesto a no tocar el prasādam, hasta que Jagadānanda Paṇḍita, con mucho afecto y amor, dijo lo siguiente.
Text 129:
«Por favor, toma prasādam Tú primero, y yo comeré más tarde. No desatenderé Tu petición.»
Text 130:
Śrī Caitanya Mahāprabhu aceptó entonces el almuerzo, sintiéndose muy feliz. Después de probar los guisos de hortalizas, volvió a hablar.
Text 131:
«Hasta cuando cocinas enfadado —dijo—, preparas una comida deliciosa. Eso demuestra que Kṛṣṇa está muy complacido contigo.»
Text 132:
«Como Él mismo probará la comida, Kṛṣṇa te hace cocinar muy bien.
Text 133:
«¡Qué nectáreo el arroz que ofreces a Kṛṣṇa! ¿Quién puede calcular el límite de tu buena fortuna?»
Text 134:
Jagadānanda Paṇḍita contestó: «Quien lo va a comer es quien lo ha cocinado. En lo que a mí respecta, me he limitado a buscar los ingredientes».
Text 135:
Jagadānanda Paṇḍita continuó ofreciendo al Señor toda clase de platos de hortalizas. El Señor continuaba comiendo muy feliz, y, por temor a contrariarle, no decía nada.
Text 136:
Jagadānanda Paṇḍita estaba tan deseoso de servir al Señor que Le obligó a comer diez veces más de lo que solía.
Text 137:
Una y otra vez, cuando el Señor deseaba levantarse, Jagadānanda Paṇḍita Le servía más estofados de verduras.
Text 138:
Śrī Caitanya Mahāprabhu no Se atrevía a decirle que no Le sirviese más. Así, continuó comiendo, temeroso de que Jagadānanda ayunase si Él Se negaba.
Text 139:
Finalmente, el Señor dijo con mucho respeto: «Mi querido Jagadānanda, ya Me has hecho comer diez veces más de lo que tengo por costumbre. Ahora, por favor, no Me sirvas más».
Text 140:
Śrī Caitanya Mahāprabhu Se levantó y Se lavó las manos y la boca, mientras Jagadānanda Paṇḍita traía especias, un collar de flores y pasta de madera de sándalo.
Text 141:
Tras aceptar la pasta de sándalo y el collar de flores, el Señor Se sentó y dijo: «Ahora debes comer tú. Que Yo te vea».
Text 142:
Jagadānanda contestó: «Mi Señor, Tú ve a descansar. Yo tomaré prasādam después de que termine de preparar algunas cosas.
Text 143:
«Rāmāi Paṇḍita y Raghunātha Bhaṭṭa han sido los cocineros, y quiero darles un poco de arroz y verduras.»
Text 144:
Śrī Caitanya Mahāprabhu dijo entonces a Govinda: «Tú quédate aquí. Cuando el paṇḍita haya comido, ven a decírmelo».
Text 145:
Dicho esto, Śrī Caitanya Mahāprabhu Se marchó. Jagadānanda Paṇḍita, entonces, dijo a Govinda lo siguiente.
Text 146:
«Corre a dar masaje a los pies del Señor —dijo—. Puedes decirle: “El paṇḍita acaba de sentarse a almorzar”.
Text 147:
«Te guardaré remanentes de la comida del Señor. Cuando Se haya dormido, ven y toma tu parte.»
Text 148:
Jagadānanda Paṇḍita sirvió entonces los remanentes de la comida del Señor a Rāmāi, Nandāi, Govinda y Raghunātha Bhaṭṭa.
Text 149:
Él mismo comió también los remanentes de la comida de Śrī Caitanya Mahāprabhu. Entonces, el Señor envió de nuevo a Govinda.
Text 150:
El Señor le dijo: «Ve y mira si Jagadānanda Paṇḍita está comiendo. Después, vuelve rápidamente y házmelo saber».
Text 151:
Al ver que Jagadānanda Paṇḍita comía realmente, Govinda fue a decírselo al Señor, quien, ya tranquilo, Se retiró a dormir.
Text 152:
Así continuaron las afectuosas relaciones de Jagadānanda Paṇḍita y el Señor Śrī Caitanya Mahāprabhu, exactamente como las relaciones entre Satyabhāmā y el Señor Kṛṣṇa que se narran en el Śrīmad-Bhāgavatam.
Text 153:
¿Quién puede calcular el límite de la fortuna de Jagadānanda Paṇḍita? Él mismo es el ejemplo de su propia buena fortuna.
Text 154:
Todo el que escuche acerca de las relaciones de amor entre Jagadānanda Paṇḍita y Śrī Caitanya Mahāprabhu, o que lea el libro de Jagadānanda titulado Prema-vivarta, podrá entender qué es el amor. Además, alcanzará el amor extático por Kṛṣṇa.
Text 155:
Orando a los pies de loto de Śrī Rūpa y Śrī Raghunātha, siempre deseando su misericordia, yo, Kṛṣṇadāsa, narro el Śrī Caitanya-caritāmṛta, siguiendo sus pasos.