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CC Ādi-līlā 5.36

Texto

yad arīṇāṁ priyāṇāṁ ca
prāpyam ekam ivoditam
tad brahma-kṛṣṇayor aikyāt
kiraṇārkopamā-juṣoḥ

Palabra por palabra

yat—que; arīṇām—de los enemigos de la Suprema Personalidad de Dios; priyāṇām—de los devotos, que son muy queridos por la Suprema Personalidad de Dios; ca—y; prāpyam—destino; ekam—solamente uno; iva—asī pues; uditam—dicho; tat—que; brahma—del Brahman impersonal; kṛṣṇayoḥ—y de Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios; aikyāt—debido a la unidad; kiraṇa—la luz del Sol; arka—y el Sol; upamā—la comparación; juṣoḥ—lo que se entiende por.

Traducción

«Donde se ha dicho que los enemigos del Señor y los devotos alcanzan el mismo destino, es en relación con la unidad fundamental del Brahman y Śrī Kṛṣṇa. Esto puede comprenderse con la analogía del Sol y su luz, en el cual el Brahman es como la luz del Sol, y Kṛṣṇa mismo es como el Sol.»

Significado

Este verso es del Bhakti-rasāmṛta-sindhu (1.2.278) de Śrīla Rūpa Gosvāmī, que más tarde trata este mismo tema en su Lagu-Bhāgavatāmṛta (Pūrva 5.41). En este último se refiere al Viṣṇu Purāṇa (4.15.1), donde Maitreya Muni preguntó a Parāśara, en relación a Jaya y Vijaya, cómo sucedió que Hiraṇyakaśipu se convirtió después en Rāvaṇa y disfrutó de más felicidad material que los semidioses, pero sin alcanzar la salvación, mientras que cuando se convirtió en Siśupāla, peleó con Kṛṣṇa y murió, obtuvo la salvación y se fundió en el cuerpo de Śrī Kṛṣṇa. Parāśara contestó que Hiraṇyakaśipu no supo reconocer a Śrī Nṛsiṁhadeva como Śrī Viṣṇu, creyendo que Nṛsiṁhadeva era alguna entidad viviente que había alcan­zado aquella opulencia debido a actividades piadosas. Al ser dominado por la modalidad de la pasión, consideró que Nṛsiṁhadeva era una entidad viviente común, y no pudo comprender Su forma. Sin embargo, como Hiraṇyakaśipu había muerto a manos de Śrī Nṛsiṁhadeva, en su vida siguiente fue Rāvaṇa, y poseyó una opulencia ilimitada. Siendo Rāvaṇa, tuvo un ilimitado goce material, y no pudo aceptar a Śrī Rāma como Personalidad de Dios. Por tanto, aunque murió a manos de Rāma, no alcanzó sāyujya, la unidad con el cuerpo del Señor. En su cuerpo de Rāvaṇa estuvo excesivamente atraído a la esposa de Rāma, Jānaki, y a causa de esta atracción, fue capaz de ver a Śrī Rāma. Pero en lugar de aceptar a Śrī Rāma como una encarnación de Viṣṇu, Rāvaṇa pensó que era un ser viviente común. Al morir a manos de Rāma, alcanzó el privilegio de nacer como Śiśupāla, que poseyó tan inmensa opulencia que llegó a creerse rival de Kṛṣṇa. Aunque Śiśupāla siempre tuvo envidia de Kṛṣṇa, pronunciaba frecuentemente el nombre de Kṛṣṇa, y pensaba siempre en los hermosos rasgos de Kṛṣṇa. Así pues, al cantar y pensar constantemente acerca de Kṛṣṇa, aunque fuese desfavorablemente, se limpió de la contaminación de sus acciones pecaminosas. Cuando el cakra Sudarśana de Kṛṣṇa mató a Śiśupāla como a un enemigo, su constante recuerdo de Kṛṣṇa disolvió las reacciones de sus vicios, y alcanzó la salvación, llegando a ser uno con el cuerpo del Señor.

De este incidente se puede sacar la conclusión de que hasta aquel que piensa en Kṛṣṇa como enemigo, y muere a manos de Él, puede liberarse, llegando a ser uno con el cuerpo de Kṛṣṇa. ¿Cuál será entonces el destino de los devotos que piensan siempre en Kṛṣṇa de una manera favorable, como su señor o amigo? Estos devotos alcanzarán una situación mejor que en Brahmaloka, la refulgencia corporal impersonal de Kṛṣṇa. Los devotos no pueden estar situados en la refulgencia del Brahman impersonal, en la cual desean fundirse los impersonalistas. Los devotos son llevados a Vaikuṇṭhaloka o Kṛṣṇaloka.

La conversación entre Maitreya Muni y Parāśara Muni se centraba sobre si los devotos descienden al mundo material cada milenio, como Jaya y Vijaya, que fueron maldecidos por los Kumāras a este efecto. En el curso de estas enseñanzas a Maitreya sobre Hiraṇyakaśipu, Rāvaṇa y Śiśupāla, Parāśara no dijo que estos demonios habían sido anteriormente Jaya y Vijaya. Simplemente describió la transmigración a través de tres vidas. No es necesario para los habitantes de Vaikuṇṭha venir y asumir los papeles de enemigos de la Suprema Personalidad de Dios en todos los milenios en los que Él aparece. La «caída» de Jaya y Vijaya ocurrió en un milenio determinado; Jaya y Vijaya no vienen todos los milenios para actuar como demonios. Pensar que algunos miembros del séquito del Señor caen de Vaikuṇṭha cada milenio para ser demonios es totalmente erróneo.

La Suprema Personalidad de Dios tiene todas las tendencias que se pueden encontrar en la entidad viviente, porque Él es la entidad viviente principal. Por tanto, es natural que a veces el Señor Viṣṇu desee luchar. Lo mismo que Él tiene la tendencia a crear, a disfrutar, a ser un amigo, a aceptar una madre y un padre, etc., también tiene la tendencia hacia la lucha. A veces, terratenientes y reyes importantes tienen luchadores con los que practican la lucha simulada, y Viṣṇu toma disposiciones parecidas. Los demonios que luchan con la Suprema Personalidad de Dios en el mundo material, son a veces miembros de Su séquito. Cuando hay escasez de demonios y el Señor desea luchar, instiga a algunos de los habitantes de Vaikuṇṭha a que vengan y desempeñen el papel de demonios. Cuando se dice que Śiśupāla se funde en el cuerpo de Kṛṣṇa, hay que señalar que no se trataba en este caso de Jaya o Vijaya, es realmente un demonio.

En su Bṛhad-bhāgavatāṁṛta, Śrīla Sanātana Gosvāmī ha explicado que alcanzar la salvación fusionándose con la refulgencia Brahman del Señor no puede aceptarse como el mayor éxito en la vida, puesto que demonios como Kaṁsa, que fueron famosos por matar brāhmaṇas y vacas, alcanzaron esta forma de salvación. Para los devotos, esta salvación es abominable. Los devotos están realmente en una posición trascendental, mientras que los no devotos son candidatos a unas condiciones de vida infernales. Siempre hay una diferencia entre la vida de un devoto y la de un demonio, y su comprensión espiritual es tan diferente como el cielo y el infierno.

Los demonios tienen la costumbre de ser siempre maliciosos hacia los devotos, y de matar brāhmaṇas y vacas. Para los demonios, fundirse en la refulgencia Brahman puede que sea algo muy glorioso, pero para los devotos es algo infernal. La finalidad de la vida del devoto es alcanzar la perfección en el amor a la Suprema Personalidad de Dios. Los que aspiran a fundirse en la refulgencia Brahman son tan abominables como los demonios. Los devotos que aspiran a relacionarse con el Señor Supremo para ofrecerle servicio de amor trascendental son muy superiores.