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CC Ādi-līlā 4.62

Texto

ānandāṁśe hlādinī, sad-aṁśe sandhinī
cid-aṁśe samvit — yāre jñāna kari’ māni

Palabra por palabra

ānanda-aṁśe—en la porción de bienaventuranza; hlādinī—la energía de placer; sat-aṁśe—en la porción eterna; sandhinī—la energía de existencia expansiva; cit-aṁśe—en la porción conocedora; samvit—la energía completa de conocimiento; yāre—la cual; jñāna kari’—como conocimiento; māni—yo acepto.

Traducción

Hlādinī es Su aspecto de bienaventuranza; sandhinī el de existencia eterna y samvit el de cognición, que también se acepta como conocimiento.

Significado

En su tesis Bhagavat-sandarbha (103), Śrīla Jīva Gosvāmī explica las potencias del Señor como sigue: La potencia trascendental con que la Suprema Personalidad de Dios mantiene Su existencia, se llama sandhinī. La potencia trascendental con la cual Él Se conoce a Sí mismo y hace que otros Le conozcan, se llama samvit. La potencia trascendental por la cual posee bienaventuranza trascendental y es la causa de que Sus devotos tengan bienaventuranza, se llama hlādinī.

La exhibición total de estas potencias se llama viśuddha-sattva, y este nivel de variedad espiritual se muestra incluso en el mundo material, cuando el Señor desciende. Por tanto, los pasatiempos y manifestaciones del Señor en el mundo material no son en absoluto materiales; pertenecen al estado trascendental puro. La Bhagavad-gītā confirma que todo el que comprende la naturaleza trascendental del advenimiento, las actividades y la partida del Señor es elegible para ser liberado del cautiverio material, al dejar el presente tabernáculo material. Puede entrar en el reino espiritual para relacionarse con la Suprema Personalidad de Dios e intercambiar la potencia hlādinī en correspondencia con Él. En la modalidad mundana de la bondad, hay indicios de pasión e ignorancia. Por tanto, la bondad mundana, al estar mezclada, se llama miśra-sattva. Pero la variedad trascendental de viśuddha-sattva está completamente libre de toda cualidad mundana. Por tanto, viśuddha-sattva es la atmósfera apropiada en la cual se tiene la experiencia de la Suprema Personalidad de Dios y de Sus pasatiempos trascendentales. La variedad espiritual es eternamente independiente de toda condición material, y es idéntica a la Suprema Personalidad de Dios, siendo absolutas las dos. El Señor y Sus devotos perciben simultáneamente la potencia hlādinī directamente por el poder de la potencia samvit.

Las modalidades de la naturaleza material controlan a las almas condicionadas, pero la Suprema Personalidad de Dios nunca está bajo la influencia de estas modalidades, como lo corroboran todas las Escrituras védicas, directa e indirectamente. El mismo Śrī Kṛṣṇa dice en el Canto Undécimo del Śrīmad-Bhāgavatam (11.25.12): sattvaṁ rajas tama iti guṇā jīvasya naiva me: «Las modalidades materiales de bondad, pasión e ignorancia están conectadas con las almas condicionadas, pero nunca conmigo, la Suprema Personalidad de Dios». El Viṣṇu Purāṇa confirma esto como sigue:

sattvādayo na santīśeyatra na prākṛtā gunāḥ
sa śuddhaḥ sarva-śuddhebhyaḥ
pumān ādyaḥ prasīdatu

«La Suprema Personalidad de Dios, Viṣṇu, está más allá de las tres cualidades, bondad, pasión e ignorancia. No existe en Él cualidad material alguna. ¡Que esa persona original, Nārāyaṇa, que está en un nivel completamente trascendental, Se sienta complacida con nosotros!». En el Canto Décimo del Śrīmad-Bhāgavatam (10.27.4), Indra alaba a Kṛṣṇa como sigue:

viśuddha-sattvaṁ tava dhāma śāntaṁ
tapo-mayaṁ dhvasta-rajas-tamaskam
māyā-mayo ’yaṁ guṇa-sampravāho
na vidyate te ’grahaṇānubandhaḥ

«Mi amado Señor, Tu morada es viśuddha-sattva, nunca turbada por las cualidades materiales, y, en ella, las actividades son de servicio de amor trascendental a Tus pies. La bondad, austeridad y penitencia de los devotos realzan estas actividades, que nunca están contaminadas por la pasión ni la ignorancia. Las cualidades materiales no pueden alcanzarte bajo ninguna circunstancia».

Cuando las modalidades de la naturaleza material no se manifiestan, se dice que predomina la bondad. Cuando se manifiestan exteriormente, produciendo en su actividad la variedad de la existencia material, se dice que predomina la pasión. Y cuando hay falta de actividad y variedad, predomina la ignorancia. En otras palabras, la modalidad de la reflexión es bondad, la actividad es pasión, y la inactividad es ignorancia. Por encima de todas estas manifestaciones cualitativas mundanas está viśuddha-sattva. Cuando es predominada por la potencia sandhinī, se percibe como la existencia de todo lo que es. Cuando es predominada por la potencia samvit, se percibe como el conocimiento en el plano trascendental. Y cuando es predominada por la potencia hlādinī, se percibe como el amor más íntimo por Dios. Viśuddha-sattva, la manifestación simultánea de estas tres potencias en una, es el rasgo principal del reino de Dios.

La Verdad Absoluta es, por tanto, la sustancia de la realidad, manifiesta eternamente en tres energías. La manifestación de la energía interna del Señor es la variedad inconcebible, el mundo espiritual; la manifestación de la energía marginal comprende las entidades vivientes; y la manifestación de la energía externa es el cosmos material. Por tanto, la Verdad Absoluta incluye estos cuatro principios: la Suprema Personalidad de Dios, Su energía interna, Su energía marginal y Su energía externa. La forma del Señor y las expansiones de Su forma como svayaṁ-rūpa y vaibhava-prakāśa son quienes disfrutan directamente de la energía interna, que es quien exhibe eternamente el mundo espiritual, la más confidencial de las manifestaciones de energía. La manifestación externa, la energía material, procura la cubierta corporal de las entidades vivientes condicionadas, desde Brahmā hasta la insignificante hormiga. Esta energía que recubre se manifiesta bajo las tres modalidades de la naturaleza material, y se percibe de diversas maneras por las entidades vivientes, tanto en las formas de vida elevadas como en las inferiores.

Cada una de estas tres divisiones de la potencia interna, las energías sandhinī, samvit y hlādinī, tiene influencia sobre una de las potencias externas que guían a las almas condicionadas. Esta influencia manifiesta las tres modalidades cualitativas de la naturaleza material, probando de forma concluyente que las entidades vivientes, la potencia marginal, son eternamente servidoras del Señor y que, por tanto, están dirigidas, bien por la potencia interna, bien por la externa.