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CAPÍTULO 13

La naturaleza, el disfrutador y la conciencia

Texto

arjuna uvāca
prakṛtiṁ puruṣaṁ caiva
kṣetraṁ kṣetra-jñam eva ca
etad veditum icchāmi
jñānaṁ jñeyaṁ ca keśava
śrī-bhagavān uvāca
idaṁ śarīraṁ kaunteya
kṣetram ity abhidhīyate
etad yo vetti taṁ prāhuḥ
kṣetra-jña iti tad-vidaḥ

Palabra por palabra

arjunaḥ uvāca — Arjuna dijo; prakṛtim — naturaleza; puruṣam — el disfrutador; ca — también; eva — ciertamente; kṣetram — el campo; kṣetra-jñam — el conocedor del campo; eva — ciertamente; ca — también; etat — todo esto; veditum — comprender; icchāmi — yo deseo; jñānam — conocimiento; jñeyam — el objeto del conocimiento; ca — también; keśava — ¡oh, Kṛṣṇa!; śrī-bhagavān uvāca — la Personalidad de Dios dijo; idam — este; śarīram — cuerpo; kaunteya — ¡oh, hijo de Kuntī!; kṣetram — el campo; iti — así pues; abhidhīyate — se denomina; etat — este; yaḥ — aquel que; vetti — conoce; tam — él; prāhuḥ — se denomina; kṣetra-jñaḥ — el conocedor del campo; iti — así pues; tat-vidaḥ — por aquellos que conocen.

Traducción

Arjuna dijo: ¡Oh, mi querido Kṛṣṇa!, deseo saber de prakṛti [la naturaleza], de puruṣa [el disfrutador], y del campo y el conocedor del campo, así como también del conocimiento y el objeto del conocimiento. La Suprema Personalidad de Dios dijo: Este cuerpo, ¡oh, hijo de Kuntī!, se denomina el campo, y aquel que conoce este cuerpo se denomina el conocedor del campo.

Significado

Arjuna estaba interesado en saber de prakṛti (la naturaleza), puruṣa (el disfrutador), kṣetra (el campo) y kṣetra-jña (el conocedor del campo), y acerca del conocimiento y el objeto del conocimiento. Al él hacer preguntas acerca de todo eso, Kṛṣṇa dijo que este cuerpo se denomina el campo, y que aquel que conoce este cuerpo se denomina el conocedor del campo. Este cuerpo es el campo de la actividad para el alma condicionada. El alma condicionada está atrapada en la existencia material, y ella trata de enseñorearse de la naturaleza material. Y así, según su capacidad de dominar la naturaleza material, recibe un campo de actividades. Ese campo de actividades es el cuerpo. Y, ¿qué es el cuerpo? El cuerpo está hecho de sentidos. El alma condicionada quiere disfrutar del goce de los sentidos, y, conforme a su capacidad de hacerlo, se le ofrece un cuerpo, o campo de actividades. Por eso al cuerpo se lo conoce como kṣetra, o el campo de las actividades del alma condicionada. Ahora bien, la persona, que no debe identificarse con el cuerpo, se denomina kṣetra-jña, el conocedor del campo. No es muy difícil entender la diferencia que hay entre el campo y su conocedor, entre el cuerpo y el conocedor del cuerpo. Cualquier persona puede darse cuenta de que, desde la infancia hasta la vejez, pasa por muchísimos cambios de cuerpo, y, sin embargo, sigue siendo una misma persona. Así pues, existe una diferencia entre el conocedor del campo de las actividades y el propio campo. El alma viviente condicionada puede entender así que es diferente del cuerpo. Al principio se describe —dehino ’smin— que la entidad viviente se halla dentro del cuerpo y que el cuerpo va pasando de la infancia a la niñez, de la niñez a la juventud y de la juventud a la vejez, y que la persona que posee el cuerpo sabe que el cuerpo está cambiando. El propietario es claramente el kṣetra-jña. A veces pensamos «soy feliz», «soy un hombre, soy una mujer», «soy un perro», «soy un gato». Esas son designaciones corporales del conocedor. Pero el conocedor es diferente del cuerpo. Aunque usemos muchos artículos —nuestras ropas, etc.—, sabemos que somos diferentes de las cosas que usamos. De igual modo, si lo analizamos un poco, también nos daremos cuenta de que somos diferentes del cuerpo. Yo, usted, o cualquier otra persona que sea dueña de un cuerpo, recibimos el nombre de kṣetra-jña, el conocedor del campo de las actividades, y el cuerpo se denomina kṣetra, el campo en sí de las actividades.

En los primeros seis capítulos del Bhagavad-gītā se describen el conocedor del cuerpo (la entidad viviente) y la posición mediante la cual él puede entender al Señor Supremo. En los seis capítulos intermedios del Bhagavad-gītā, se describen a la Suprema Personalidad de Dios y la relación que hay entre el alma individual y la Superalma con respecto al servicio devocional. En esos capítulos se definen de un modo definitivo la posición superior de la Suprema Personalidad de Dios y la posición subordinada del alma individual. Las entidades vivientes son subordinadas en todas las circunstancias, pero por su olvido están sufriendo. Cuando ellas se iluminan por medio de las actividades piadosas, se acercan al Señor Supremo de diferentes maneras: como los afligidos, aquellos que necesitan dinero, los indagadores y aquellos que buscan conocimiento. Eso también se describe. Ahora, comenzando con el decimotercer capítulo, se explica cómo la entidad viviente se pone en contacto con la naturaleza material y cómo el Señor Supremo la libera a través de los diferentes métodos de las actividades fruitivas, el cultivo de conocimiento y el desempeño de servicio devocional. Aunque la entidad viviente es completamente diferente del cuerpo material, de alguna manera llega a relacionarse con él. Eso también se explica.

Texto

kṣetra-jñaṁ cāpi māṁ viddhi
sarva-kṣetreṣu bhārata
kṣetra-kṣetrajñayor jñānaṁ
yat taj jñānaṁ mataṁ mama

Palabra por palabra

kṣetra-jñam — el conocedor del campo; ca — también; api — ciertamente; mām — a Mí; viddhi — conoce; sarva — todas; kṣetreṣu — en los campos corporales; bhārata — ¡oh, hijo de Bharata!; kṣetra — el campo de actividades (el cuerpo); kṣetra-jñayoḥ — y el conocedor del campo; jñānam — conocimiento de; yat — aquello que; tat — eso; jñānam — conocimiento; matam — opinión; mama — Mi.

Traducción

¡Oh, vástago de Bharata!, debes saber que Yo también soy el conocedor que está en todos los cuerpos, y que entender el cuerpo y a su propietario se denomina conocimiento. Esa es Mi opinión.

Significado

Mientras se discute lo referente a este cuerpo y al conocedor del cuerpo, el alma y la Superalma, encontraremos tres diferentes temas de estudio: el Señor, la entidad viviente y la materia. En cada campo de actividades, en cada cuerpo, hay dos almas: el alma individual y la Superalma. Como la Superalma es la expansión plenaria de la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, Kṛṣṇa dice: «Yo también soy el conocedor del cuerpo, pero no el conocedor individual. Yo soy el superconocedor. Yo estoy presente en cada cuerpo como Paramātmā, o la Superalma».

Aquel que estudie muy minuciosamente, en función de este Bhagavad-gītā, el tema del campo de la actividad y el conocedor del campo, puede conseguir el conocimiento.

El Señor dice: «Yo soy el conocedor del campo de las actividades que se encuentra en cada cuerpo individual». Puede que el individuo sea el conocedor de su propio cuerpo, pero él no tiene conocimiento de otros cuerpos. La Suprema Personalidad de Dios, que está presente en forma de la Superalma en todos los cuerpos, conoce todo acerca de todos ellos. Él conoce todos los diferentes cuerpos de todas las diversas especies de vida. Puede que un ciudadano conozca todo lo referente a su parcela, pero el rey sabe no solo de su palacio, sino también de todas las propiedades que poseen los ciudadanos individuales. De modo similar, puede que uno sea el propietario del cuerpo individualmente, pero el Señor Supremo es el propietario de todos los cuerpos. El rey es el propietario original del reino, y el ciudadano es el propietario secundario. De la misma manera, el Señor Supremo es el propietario supremo de todos los cuerpos.

El cuerpo consta de sentidos. El Señor Supremo es Hṛṣīkeśa, que significa «el controlador de los sentidos». Él es el controlador original de los sentidos, tal como el rey es el controlador original de todas las actividades del estado; los ciudadanos son controladores secundarios. El Señor dice: «Yo también soy el conocedor». Esto significa que Él es el superconocedor; el alma individual conoce solo su cuerpo en particular.

En la literatura védica ello se expresa de la siguiente manera:

kṣetrāṇi hi śarīrāṇi
bījaṁ cāpi śubhāśubhe
tāni vetti sa yogātmā
tataḥ kṣetra-jña ucyate

Este cuerpo se denomina el kṣetra, y dentro de él moran el propietario del cuerpo y el Señor Supremo, quien conoce tanto el cuerpo como al propietario del cuerpo. Por consiguiente, a Él se lo llama el conocedor de todos los campos. La diferencia que hay entre el campo de las actividades, el conocedor de las actividades y el supremo conocedor de las actividades, se describe de la siguiente manera. El conocimiento perfecto acerca de la constitución del cuerpo, la constitución del alma individual y la constitución de la Superalma, se conoce como jñāna en términos de la literatura védica. Esa es la opinión de Kṛṣṇa. Entender que el alma y la Superalma son idénticas y, sin embargo, distintas, es conocimiento. Aquel que no entiende el campo de la actividad y al conocedor de la actividad, no tiene conocimiento perfecto. Uno tiene que entender la posición de prakṛti, la naturaleza, y puruṣa, el disfrutador de la naturaleza, e īśvara, el conocedor que domina o controla la naturaleza y al alma individual. Uno no debe confundir a los tres en sus diferentes capacidades. Uno no debe confundir al pintor, la pintura y el caballete. Este mundo material, que es el campo de las actividades, es la naturaleza, y el disfrutador de la naturaleza es la entidad viviente, y por encima de ambos se encuentra el controlador supremo, la Personalidad de Dios. En el lenguaje védico (Śvetāśvatara Upaniṣad 1.12) se dice: bhoktā bhogyaṁ preritāraṁ ca matvā/ sarvaṁ proktaṁ trividhaṁ brahmam etat. Existen tres concepciones Brahman: prakṛti es Brahman como el campo de las actividades, la jīva (el alma individual) también es Brahman y está tratando de controlar la naturaleza material, y el controlador de ambas también es Brahman; pero Él es el verdadero controlador.

En este capítulo también se explicará que, de los dos conocedores, uno es falible y el otro es infalible. Uno es superior y el otro es subordinado. Aquel que cree que los dos conocedores del campo son exactamente iguales, contradice a la Suprema Personalidad de Dios, quien expresa aquí de una manera muy clara: «Yo también soy el conocedor del campo de la actividad». Aquel que confunde una soga con una serpiente, no tiene conocimiento. Hay diferentes clases de cuerpos, y hay diferentes propietarios de los cuerpos. Como cada alma individual tiene su capacidad individual de enseñorearse de la naturaleza material, hay diferentes cuerpos. Pero el Supremo también está presente en ellos como controlador. La palabra ca es significativa, pues se refiere a todos los cuerpos. Esa es la opinión de Śrīla Baladeva Vidyābhūṣaṇa: Kṛṣṇa es la Superalma que se encuentra en todos y cada uno de los cuerpos, aparte del alma individual. Y Kṛṣṇa dice aquí explícitamente que verdadero conocimiento es saber que la Superalma es la controladora tanto del campo de las actividades como del disfrutador finito.

Texto

tat kṣetraṁ yac ca yādṛk ca
yad-vikāri yataś ca yat
sa ca yo yat-prabhāvaś ca
tat samāsena me śṛṇu

Palabra por palabra

tat — ese; kṣetram — campo de actividades; yat — lo que; ca — también; yādṛk — tal como es; ca — también; yat — teniendo cuáles; vikāri — cambios; yataḥ — de los cuales; ca — también; yat — qué; saḥ — él; ca — también; yaḥ — quién; yat — teniendo qué; prabhāvaḥ — influencia; ca — también; tat — eso; samāsena — en resumen; me — de Mí; śṛṇu — comprende.

Traducción

Ahora oye, por favor, Mi breve descripción de este campo de la actividad, y cómo el mismo está constituido, cuáles son sus cambios y de dónde se produce, y quién es ese conocedor del campo de las actividades y cuáles son sus influencias.

Significado

El Señor está describiendo el campo de las actividades y al conocedor del campo en sus posiciones constitucionales. Uno tiene que saber cómo está constituido este cuerpo, los materiales de los que está hecho, bajo el control de quién está funcionando, cómo están ocurriendo los cambios, de dónde proceden los cambios, cuáles son las causas, cuáles son las razones, cuál es la meta última del individuo, y cuál es la verdadera forma del alma individual. Uno debe saber también cuál es la diferencia que hay entre el alma viviente individual y la Superalma, cuáles son sus diferentes influencias, sus potenciales, etc. Uno solo tiene que entender este Bhagavad-gītā directamente con la descripción que da la Suprema Personalidad de Dios, y todo se aclarará. Pero hay que tener el cuidado de no considerar que la Suprema Personalidad de Dios que se encuentra en cada cuerpo, y el alma individual, la jīva, son idénticos. Eso es algo así como igualar al potente con el impotente.

Texto

ṛṣibhir bahudhā gītaṁ
chandobhir vividhaiḥ pṛthak
brahma-sūtra-padaiś caiva
hetumadbhir viniścitaiḥ

Palabra por palabra

ṛṣibhiḥ — por los sabios; bahudhā — de muchas formas; gītam — descrito; chandobhiḥ — por los himnos védicos; vividhaiḥ — varios; pṛthak — de diversas maneras; brahma-sūtra — del Vedānta; padaiḥ — por los aforismos; ca — también; eva — ciertamente; hetu-madbhiḥ — con la causa y el efecto; viniścitaiḥ — seguro.

Traducción

Ese conocimiento acerca del campo de las actividades y del conocedor de las actividades lo describen diversos sabios en diversos escritos védicos. Dicho conocimiento se presenta especialmente en el Vedānta-sūtra, con todo el razonamiento necesario respecto a la causa y el efecto.

Significado

La Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, es la máxima autoridad que puede explicar este conocimiento. Aun así, como una cuestión natural, los eruditos entendidos y las autoridades modelo siempre presentan pruebas procedentes de autoridades anteriores. Kṛṣṇa está explicando este punto sumamente controversial acerca de la dualidad y la no dualidad del alma y la Superalma, refiriéndose a una Escritura, el Vedānta, que se acepta como autoridad. Primero, Él dice: «Esto está de conformidad con lo que indican diferentes sabios». En lo que respecta a los sabios, además de Él mismo, Vyāsadeva (el autor del Vedānta-sūtra) es un gran sabio, y en el Vedānta-sūtra la dualidad se explica a la perfección. Y el padre de Vyāsadeva, Parāśara, también es un gran sabio, y él escribe en sus libros de religiosidad: aham tvaṁ ca tathānye..., «Nosotros— usted, yo y las diversas otras entidades vivientes —somos todos trascendentales, aunque estemos en cuerpos materiales. Ahora hemos caído en el terreno de las tres modalidades de la naturaleza material, según nuestros diferentes karmas. En consecuencia, algunos de nosotros se encuentran en niveles superiores y otros se encuentran en el seno de la naturaleza inferior. Las naturalezas superior e inferior existen debido a la ignorancia y se manifiestan en un número infinito de entidades vivientes. Pero a la Superalma, que es infalible, no la contaminan las tres cualidades de la naturaleza, y Él es trascendental». De igual modo, en los Vedas originales se hace una distinción entre el alma, la Superalma y el cuerpo, especialmente en el Kaṭha Upaniṣad. Hay muchos sabios eminentes que han explicado esto, y a Parāśara se lo considera el principal de ellos.

La palabra chandobhiḥ se refiere a las diversas Escrituras védicas. El Taittirīya Upaniṣad, por ejemplo, que es una rama del Yajur Veda, describe a la naturaleza, a la entidad viviente y a la Suprema Personalidad de Dios.

Como se dijo antes, kṣetra es el campo de las actividades, y hay dos clases de kṣetra-jña: la entidad viviente individual y la entidad viviente suprema. Como se declara en el Taittirīya Upaniṣad (2.5): brahma pucchaṁ pratiṣṭhā. Hay una manifestación de la energía del Señor Supremo conocida como anna-maya, el estado en el que se depende de comida para la existencia. Esa es una comprensión materialista acerca del Supremo. Luego, en prāṇa-maya, después de percibir a la Suprema Verdad Absoluta en la comida, uno puede percibir a la Verdad Absoluta en las señales de vida o en las formas de vida. En jñāna-maya, la comprensión se desarrolla hasta el punto de pensar, sentir y desear. Luego, se encuentra la comprensión Brahman, denominada vijñāna-maya, en la cual la mente de la entidad viviente y las señales de vida se distinguen de la entidad viviente en sí. La siguiente etapa, que es la suprema, es la ānanda-maya, la comprensión de la naturaleza supremamente bienaventurada. Así pues, en la comprensión Brahman hay cinco etapas, que se denominan brahma puccham. De ellas, las primeras tres —anna-maya, prāṇa-maya y jñāna-maya— tienen que ver con los campos de las actividades de las entidades vivientes. Trascendental a todos estos campos de actividades se halla el Señor Supremo, a quien se conoce como ānanda-maya. El Vedānta-sūtra también describe al Supremo, diciendo: ānanda-mayo ’bhyāsāt, la Suprema Personalidad de Dios está por naturaleza lleno de júbilo. Para disfrutar de Su bienaventuranza trascendental, Él se expande en vijñāna-maya, prāṇa-maya, jñāna-maya y anna-maya. En el campo de las actividades, se considera que la entidad viviente es la disfrutadora, y que el ānanda-maya es diferente de ella. Eso significa que si la entidad viviente decide disfrutar acoplándose con el ānanda-maya, se vuelve entonces perfecta. Esa es la verdadera descripción del Señor Supremo como el supremo conocedor del campo, de la entidad viviente como el conocedor subordinado, y de la naturaleza del campo de las actividades. Uno tiene que buscar esa verdad en el Vedānta-sūtra, o el Brahma-sūtra.

Aquí se menciona que los códigos del Brahma-sūtra están muy bien dispuestos según la causa y el efecto. Algunos de los sūtras, o aforismos, son na viyad aśruteḥ (2.3.2), nātmā śruteḥ (2.3.18) y parāt tu tac-chruteḥ (2.3.40). El primer aforismo se refiere al campo de las actividades, el segundo se refiere a la entidad viviente, y el tercero se refiere al Señor Supremo, el summum bonum entre todas las manifestaciones de las diversas entidades que existen.

Texto

mahā-bhūtāny ahaṅkāro
buddhir avyaktam eva ca
indriyāṇi daśaikaṁ ca
pañca cendriya-gocarāḥ
icchā dveṣaḥ sukhaṁ duḥkhaṁ
saṅghātaś cetanā dhṛtiḥ
etat kṣetraṁ samāsena
sa-vikāram udāhṛtam

Palabra por palabra

mahā-bhūtāni — los grandes elementos; ahaṅkāraḥ — ego falso; buddhiḥ — inteligencia; avyaktam — lo no manifestado; eva — ciertamente; ca — también; indriyāṇi — los sentidos; daśa ekam — once; ca — también; pañca — cinco; ca — también; indriya-go-carāḥ — objetos de los sentidos; icchā — deseo; dveṣaḥ — odio; sukham — felicidad; duḥkham — aflicción; saṅghātaḥ — el conjunto; cetanā — señales de vida; dhṛtiḥ — convicción; etat — todo esto; kṣetram — el campo de las actividades; samāsena — en resumen; sa-vikāram — con interacciones; udāhṛtam — ejemplificado.

Traducción

Los cinco grandes elementos, el ego falso, la inteligencia, lo no manifestado, los diez sentidos y la mente, los cinco objetos de los sentidos, el deseo, el odio, la felicidad, la aflicción, el conjunto, las señales de vida y las convicciones, a todos estos se los considera, en resumen, que son el campo de las actividades y sus interacciones.

Significado

De acuerdo con todas las declaraciones autoritativas de los grandes sabios, de los himnos védicos y de los aforismos del Vedānta-sūtra, se puede concluir que los componentes de este mundo son los siguientes. En primer lugar, están la tierra, el agua, el fuego, el aire y el éter. Estos son los cinco grandes elementos (mahā-bhūta). Luego, están el ego falso, la inteligencia y la etapa no manifestada de las tres modalidades de la naturaleza. Después, están los cinco sentidos para adquirir conocimiento: los ojos, los oídos, la nariz, la lengua y la piel. Luego, están los cinco sentidos de trabajo: la voz, las piernas, las manos, el ano y el órgano genital. A continuación, por encima de los sentidos, está la mente, la cual está dentro y a la que se puede llamar el sentido interno. De modo que, incluyendo a la mente, hay un total de once sentidos. Luego, están los cinco objetos de los sentidos: el olor, el sabor, la forma, la sensación del tacto y el sonido. Pues bien, el conjunto de estos veinticuatro elementos se denomina el campo de la actividad. Si uno hace un estudio analítico de estos veinticuatro elementos, puede entonces entender muy bien el campo de la actividad. Después, se encuentran el deseo, el odio, la felicidad y la aflicción, que son interacciones, representaciones de los cinco grandes elementos del cuerpo físico. Las señales de vida, representadas por la conciencia y la convicción, son la manifestación del cuerpo sutil —la mente, el ego y la inteligencia—. Esos elementos sutiles se incluyen dentro del campo de las actividades.

Los cinco grandes elementos son una representación física del ego falso, que a su vez representa la etapa primaria del ego falso técnicamente conocida como la concepción materialista, o tāmasa-buddhi, la inteligencia en el ámbito de la ignorancia. Esto, además, representa la etapa no manifestada de las tres modalidades de la naturaleza material. Las modalidades no manifestadas de la naturaleza material se denominan pradhāna.

Aquel que desea conocer en detalle los veinticuatro elementos junto con sus interacciones, debe estudiar la filosofía más detenidamente. En el Bhagavad-gītā solo se da un resumen.

El cuerpo es la representación de todos esos factores, y existen cambios que sufre el cuerpo, que son seis en total: el cuerpo nace, crece, permanece, produce derivados, luego comienza a decaer y en la última etapa se desvanece. Por lo tanto, el campo es una cosa material temporal. Sin embargo, el kṣetra-jña, el conocedor del campo, su propietario, es diferente.

Texto

amānitvam adambhitvam
ahiṁsā kṣāntir ārjavam
ācāryopāsanaṁ śaucaṁ
sthairyam ātma-vinigrahaḥ
indriyārtheṣu vairāgyam
anahaṅkāra eva ca
janma-mṛtyu-jarā-vyādhi-
duḥkha-doṣānudarśanam
asaktir anabhiṣvaṅgaḥ
putra-dāra-gṛhādiṣu
nityaṁ ca sama-cittatvam
iṣṭāniṣṭopapattiṣu
mayi cānanya-yogena
bhaktir avyabhicāriṇī
vivikta-deśa-sevitvam
aratir jana-saṁsadi
adhyātma-jñāna-nityatvaṁ
tattva-jñānārtha-darśanam
etaj jñānam iti proktam
ajñānaṁ yad ato ’nyathā

Palabra por palabra

amānitvam — humildad; adambhitvam — ausencia de orgullo; ahiṁsā — no violencia; kṣāntiḥ — tolerancia; ārjavam — sencillez; ācārya-upāsanam — acercarse a un maestro espiritual genuino; śaucam — limpieza; sthairyam — constancia; ātma-vinigrahaḥ — autocontrol; indriya-artheṣu — en lo que respecta a los sentidos; vairāgyam — renunciación; anahaṅkāraḥ — sin egoísmo falso; eva — ciertamente; ca — también; janma — del nacimiento; mṛtyu — muerte; jarā — vejez; vyādhi — y enfermedades; duḥkha — de la aflicción; doṣa — la falta; anudarśanam — observando; asaktiḥ — sin apego; anabhiṣvaṅgaḥ — sin compañía; putra — por el hijo; dāra — la esposa; gṛha-ādiṣu — el hogar, etc.; nityam — constante; ca — también; sama-cittatvam — equilibrio; iṣṭa — deseable; aniṣṭa — e indeseable; upapattiṣu — habiendo obtenido; mayi — a Mí; ca — también; ananya-yogena — por el servicio devocional puro; bhaktiḥ — devoción; avyabhicāriṇī — inquebrantable; vivikta — solitarios; deśa — a lugares; sevitvam — ambicionando; aratiḥ — sin apego; jana-saṁsadi — a la gente en general; adhyātma — relacionado con el yo; jñāna — con conocimiento; nityatvam — constancia; tattva-jñāna — del conocimiento de la verdad; artha — por el objeto; darśanam — filosofía; etat — todo esto; jñanam — conocimiento; iti — así pues; proktam — declarado; ajñānam — ignorancia; yat — aquello que; ataḥ — de esto; anyathā — otro.

Traducción

La humildad; la ausencia de orgullo; la no violencia; la tolerancia; la sencillez; el acudir a un maestro espiritual genuino; la limpieza; la constancia; el autocontrol; el renunciar a los objetos del goce de los sentidos; la ausencia de ego falso; la percepción de lo malo del nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades; el estar libre del enredo de los hijos, la esposa, el hogar y lo demás; la ecuanimidad en medio de eventos agradables y desagradables; la devoción constante y pura por Mí; el ambicionar vivir en un lugar solitario; el estar desapegado de las masas; el aceptar la importancia de la autorrealización; y la búsqueda filosófica de la Verdad Absoluta: todo eso Yo declaro que es conocimiento, y cualquier otra cosa que haya aparte de eso es ignorancia.

Significado

Algunos hombres poco inteligentes a veces confunden este proceso de conocimiento con la interacción del campo de la actividad. Pero, en realidad, este es el verdadero proceso de conocimiento. Si uno acepta este proceso, existe entonces la posibilidad de acercarse a la Verdad Absoluta. Esto no es la interacción de los veinticuatro elementos, tal como se describió antes. Este es de hecho el medio para salir del enredo de esos elementos. El alma encarnada está atrapada por el cuerpo, que es una envoltura hecha de los veinticuatro elementos, y el proceso de conocimiento tal como se describe aquí es el medio para salir de ella. De todas las descripciones del proceso de conocimiento, el punto más importante se describe en la primera línea del verso once. Mayi cānanya-yogena bhaktir avyabhicāriṇī: el proceso de conocimiento culmina en el servicio devocional puro que se le presta al Señor. De manera que, si uno no se dirige, o no es capaz de dirigirse, al servicio trascendental del Señor, entonces los otros diecinueve puntos no son de mucho valor. Pero si uno se entrega al servicio devocional con plena conciencia de Kṛṣṇa, los otros diecinueve puntos se desarrollan en uno automáticamente. Como se afirma en el Śrīmad-Bhāgavatam (5.18.12): yasyāsti bhaktir bhagavaty akiñcanā sarvair guṇais tatra samāsate surāḥ. Todas las buenas cualidades del conocimiento se desarrollan en alguien que ha llegado a la etapa del servicio devocional. El principio de aceptar a un maestro espiritual, tal como se menciona en el verso ocho, es esencial. Incluso para aquel que se entrega al servicio devocional, ello es de lo más importante. La vida trascendental comienza cuando uno acepta a un maestro espiritual genuino. La Suprema Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa, afirma aquí claramente que este proceso de conocimiento es el camino verdadero. Cualquier otra cosa que se especule más allá de esto, es una necedad.

En cuanto al conocimiento que se esboza aquí, los puntos se pueden analizar de la siguiente manera. Humildad significa que uno no debe estar ansioso de tener la satisfacción de ser honrado por otros. El concepto material de la vida lo vuelve a uno muy ansioso de recibir honor de los demás, pero desde el punto de vista de un hombre que tiene conocimiento perfecto —alguien que sabe que no es este cuerpo—, cualquier cosa, el honor o el deshonor, perteneciente a este cuerpo, es inútil. Uno no debe estar anhelando esa ilusión material. La gente está muy ansiosa de ser famosa por su religión, y, en consecuencia, a veces se observa que, sin entender los principios de la religión, uno ingresa en algún grupo que de hecho no está siguiendo principios religiosos, y luego quiere anunciarse a sí mismo como un mentor religioso. En lo que respecta al verdadero adelanto en la ciencia espiritual, uno debe hacerse un examen para ver cuánto está progresando. Se puede juzgar por estos factores.

Generalmente se entiende por no violencia el no matar o destruir el cuerpo, pero, en realidad, no violencia significa no causarles angustias a los demás. Por ignorancia, la generalidad de la gente está atrapada en el concepto material de la vida, y perpetuamente sufre los dolores materiales. Así que, a menos que uno eleve a la gente al plano del conocimiento espiritual, está practicando violencia. Uno debe tratar lo mejor que pueda de distribuir verdadero conocimiento, de modo que la gente se ilumine y abandone este enredo material. Eso es no violencia.

Tolerancia significa que uno debe estar dispuesto a soportar el insulto y el deshonor de que lo hagan objeto los demás. Si uno está dedicado al adelanto del conocimiento espiritual, será objeto de muchísimos insultos y mucho deshonor. Eso es de esperarse, porque la naturaleza material está hecha de esa manera. Hasta un niño como Prahlāda, quien, con solo cinco años de edad, estaba dedicado al cultivo del conocimiento espiritual, se vio en peligro cuando su padre se puso en contra de su devoción. El padre trató de matarlo de muchas maneras, pero Prahlāda lo toleró. Así pues, puede que haya muchos impedimentos para poder adelantar en el conocimiento espiritual, pero debemos ser tolerantes y continuar nuestro progreso con determinación.

Sencillez significa que uno debe ser tan recto, que, sin diplomacia, pueda exponerle la verdad desnuda incluso a un enemigo. En lo que se refiere a la aceptación del maestro espiritual, eso es esencial, porque sin la instrucción de un maestro espiritual genuino no se puede progresar en la ciencia espiritual. Uno debe acudir al maestro espiritual con toda humildad y ofrecerle toda clase de servicios, de modo que él tenga el agrado de conferirle sus bendiciones al discípulo. Como un maestro espiritual genuino es un representante de Kṛṣṇa, si él le otorga alguna bendición al discípulo, eso hará que el discípulo se vuelva adelantado de inmediato sin la prosecución de los principios regulativos. O si no, los principios regulativos se le harán más fáciles a aquel que haya servido al maestro espiritual sin reservas.

La limpieza es esencial para adelantar en la vida espiritual. Hay dos clases de limpieza: la externa y la interna. Limpieza externa significa darse un baño, pero para la limpieza interna uno tiene que pensar en Kṛṣṇa siempre y cantar Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare/ Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare. Ese proceso limpia de la mente el polvo del karma pasado que se ha acumulado.

Constancia significa que uno debe estar muy determinado a progresar en la vida espiritual. Sin esa determinación no se puede progresar de una manera tangible. Y autocontrol significa que no se debe aceptar nada que vaya en detrimento del sendero del progreso espiritual. Uno debe acostrumbrarse a eso y rechazar todo lo que esté en contra del sendero del progreso espiritual. Eso es verdadera renunciación. Los sentidos son tan fuertes, que siempre están ansiosos de tener su propio goce. Uno no debe complacer esas exigencias, las cuales no son necesarias. Los sentidos solo se deben complacer para mantener el cuerpo apto, de modo que uno pueda desempeñar su deber para adelantar en la vida espiritual. El sentido más importante e incontrolable de todos es el del gusto. Si uno puede controlar el órgano del gusto, la lengua, entonces hay muchas probabilidades de controlar los demás sentidos. La función de la lengua es la de saborear cosas y producir sonidos. Por consiguiente, mediante la regulación sistemática, se debe siempre ocupar la lengua en saborear los remanentes de la comida que se le ofrece a Kṛṣṇa y en cantar Hare Kṛṣṇa. En lo que respecta a los ojos, no se les debe permitir ver nada aparte de la hermosa forma de Kṛṣṇa. Eso controlará los ojos. De igual forma, los oídos se deben dedicar a oír hablar de Kṛṣṇa, y la nariz se debe dedicar a oler las flores que se le han ofrecido a Kṛṣṇa. Ese es el proceso del servicio devocional, y aquí se entiende que el Bhagavad-gītā simplemente está exponiendo la ciencia del servicio devocional. El servicio devocional es el principal y único objetivo. Algunos comentaristas del Bhagavad-gītā poco inteligentes tratan de apartar la mente del lector hacia otros asuntos, pero en el Bhagavad-gītā no hay ningún otro asunto aparte del servicio devocional.

Ego falso significa aceptar que este cuerpo es uno mismo. Cuando uno entiende que no es el cuerpo sino alma espiritual, llega a su verdadero ego. El ego está ahí. El ego falso se censura, pero no el ego verdadero. En la literatura védica (Bṛhad-āraṇyaka Upaniṣad 1.4.10) se dice: ahaṁ brahmāsmi: yo soy Brahman, yo soy espíritu. Este «yo soy», el sentido de ser, también existe en la etapa liberada de la autorrealización. Ese sentido de «yo soy» es ego, pero cuando se le aplica a este cuerpo falso, es ego falso. Cuando el sentido de ser se le aplica a la realidad, eso es ego verdadero. Hay algunos filósofos que dicen que debemos abandonar nuestro ego, pero eso no es posible hacerlo, porque ego significa identidad. Claro que, lo que sí tenemos que abandonar es la falsa identificación con el cuerpo.

Uno debe tratar de entender el dolor que implica el aceptar el nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades. En diversas Escrituras védicas hay descripciones del nacimiento. En el Śrīmad-Bhāgavatam se describe de una manera muy gráfica el mundo del embrión, la estadía del niño en el vientre de la madre, su sufrimiento, etc. Debe entenderse perfectamente bien que el nacimiento es doloroso. Como hemos olvidado cuánto hemos sufrido en el vientre de la madre, no le buscamos ninguna solución al reiterado proceso del nacimiento y la muerte. De modo similar, a la hora de la muerte hay toda clase de sufrimientos, y estos también se mencionan en las Escrituras autoritativas. Se debe discutir acerca de ellas. En lo que respecta a las enfermedades y a la vejez, todo el mundo tiene experiencia práctica de eso. Nadie quiere estar enfermo, y nadie quiere envejecer, pero no hay ninguna manera de evitarlo. A menos que se tenga una visión pesimista de esta vida material, considerando los sufrimientos del nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades, no habrá ningún incentivo para que adelantemos en la vida espiritual.

En cuanto al hecho de estar desapegado de los hijos, la esposa y el hogar, eso no quiere decir que uno no tenga ningún sentimiento por ellos. Ellos son objetos naturales de afecto, pero si no son favorables al progreso espiritual, entonces no se debe estar apegado a ellos. El mejor proceso para hacer que el hogar sea agradable es el proceso de conciencia de Kṛṣṇa. Si uno tiene plena conciencia de Kṛṣṇa, puede hacer que su hogar sea muy feliz, ya que este proceso de conciencia de Kṛṣṇa es muy sencillo. Uno solo tiene que cantar Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare/ Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare, aceptar los remanentes de la comida que se le ha ofrecido a Kṛṣṇa, discutir un poco acerca de libros tales como el Bhagavad-gītā y el Śrīmad-Bhāgavatam, y ocuparse en la adoración de la Deidad. Estas cuatro cosas harán que uno sea feliz. Uno debe adiestrar a los miembros de su familia de esa manera. Los miembros de la familia pueden sentarse por la mañana y por la noche a cantar juntos Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare/ Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare. Si uno puede amoldar su vida familiar de esa manera para cultivar conciencia de Kṛṣṇa, siguiendo esos cuatro principios, entonces no hay ninguna necesidad de cambiar la vida familiar por la vida de renunciante. Pero si la vida familiar no es apropiada, no es favorable para el adelanto espiritual, entonces se la debe abandonar. Uno debe sacrificar todo para llegar a comprender o servir a Kṛṣṇa, tal como lo hizo Arjuna. Arjuna no quería matar a sus familiares, pero cuando entendió que esos familiares eran impedimentos para llegar a comprender a Kṛṣṇa, aceptó la instrucción de Kṛṣṇa, peleó y los mató. En todos los casos, uno debe estar desapegado de la felicidad y la aflicción de la vida familiar, porque en este mundo nunca se puede ser totalmente feliz ni totalmente desdichado.

La felicidad y la aflicción son factores concomitantes de la vida material. Uno debe aprender a tolerar, tal como se aconseja en el Bhagavad-gītā. El ir y venir de la felicidad y la aflicción nunca se podrá impedir, así que uno debe estar desapegado del modo de vida materialista y mantener el equilibrio automáticamente en ambos casos. Por lo general, cuando conseguimos algo deseable nos sentimos muy felices, y cuando obtenemos algo desagradable nos afligimos. Pero si de hecho nos encontramos en la posición espiritual, esas cosas no nos van a agitar. Para llegar a esa etapa, tenemos que practicar el servicio devocional inquebrantable. Prestarle servicio devocional a Kṛṣṇa sin desviación significa dedicarse a los nueve procesos del servicio devocional —cantar, oír, adorar, ofrecer respetos, etc.— tal como se describe en el último verso del noveno capítulo. Se debe seguir ese proceso.

Naturalmente, cuando uno se adapta al modo espiritual de la vida, no quiere mezclarse con hombres materialistas. Eso iría en contra de su carácter. Uno puede examinarse a sí mismo viendo cuánto se inclina a vivir en un lugar solitario, sin compañías poco recomendables. De un modo natural, el devoto no siente gusto en actividades deportivas innecesarias o en ir al cine o disfrutar de alguna función social, porque él entiende que todas esas cosas son simplemente una pérdida de tiempo. Hay muchos investigadores y filósofos que estudian la vida sexual o algún otro asunto, pero según el Bhagavad-gītā ese trabajo de investigación y esa especulación filosófica carecen de todo valor. Ello es más o menos una insensatez. Según el Bhagavad-gītā, uno debe investigar, mediante el discernimiento filosófico, la naturaleza del alma. Uno debe hacer una investigación para entender el ser. Aquí se recomienda eso.

En lo que respecta a la autorrealización, aquí se afirma de un modo claro que el bhakti-yoga es especialmente práctico para ello. En cuanto se habla de devoción, se debe considerar la relación que hay entre la Superalma y el alma individual. El alma individual y la Superalma no pueden ser uno, al menos no en la concepción bhakti, la concepción devocional de la vida. Este servicio del alma individual hacia el Alma Suprema es eterno, nitya, tal como se expresa claramente. Así que el bhakti, o el servicio devocional, es eterno. Uno debe establecerse en esa convicción filosófica.

En el Śrīmad-Bhāgavatam (1.2.11) se explica eso. Vadanti tat tattva-vidas tattvaṁ yaj jñānam advayam. «Aquellos que verdaderamente son conocedores de la Verdad Absoluta, saben que al Ser se lo comprende en tres diferentes fases: como Brahman, Paramātmā y Bhagavān». Bhagavān es la última palabra en la comprensión de la Verdad Absoluta; por consiguiente, uno debe llegar a ese plano de comprensión de la Suprema Personalidad de Dios, y de ese modo dedicarse al servicio devocional del Señor. Esa es la perfección del conocimiento.

Comenzando con la práctica de la humildad y yendo hasta el punto de la comprensión de la Verdad Suprema, la Absoluta Personalidad de Dios, este proceso es como una escalera que va de la planta baja hasta el último piso. Ahora bien, en esa escalera hay muchísima gente que ha llegado al primer piso, al segundo, al tercero, etc., pero a menos que uno llegue al último piso, que consiste en llegar a comprender a Kṛṣṇa, estará en una etapa inferior del conocimiento. Si alguien quiere competir con Dios y al mismo tiempo adelantar en el conocimiento espiritual, fracasará. Se dice bien claro que sin humildad la comprensión no es verdaderamente posible. Creerse Dios es de lo más engreído. Aunque la entidad viviente siempre es pateada por las estrictas leyes de la naturaleza material, no obstante, por ignorancia, piensa: «Yo soy Dios». El comienzo del conocimiento lo constituye, pues, amānitva, la humildad. Uno debe ser humilde y saber que está subordinado al Señor Supremo. Debido a la rebelión en contra del Señor Supremo, uno queda subordinado a la naturaleza material. Se debe saber esa verdad y estar convencido de ella.

Texto

jñeyaṁ yat tat pravakṣyāmi
yaj jñātvāmṛtam aśnute
anādi mat-paraṁ brahma
na sat tan nāsad ucyate

Palabra por palabra

jñeyam — lo conocible; yat — lo cual; tat — eso; pravakṣyāmi — ahora explicaré; yat — lo cual; jñātvā — conociendo; amṛtam — néctar; aśnute — se saborea; anādi — sin principio; mat-param — subordinado a Mí; brahma — espíritu; na — ni; sat — causa; tat — eso; na — ni; asat — efecto; ucyate — se dice que es.

Traducción

Ahora te he de explicar lo conocible, con lo cual probarás lo eterno. El Brahman, el espíritu, el cual no tiene principio y está subordinado a Mí, yace más allá de la causa y el efecto de este mundo material.

Significado

El Señor ha explicado el campo de las actividades y al conocedor del campo. Él ha explicado también el proceso para conocer al conocedor del campo de las actividades. Ahora, Él comienza a explicar lo conocible: primero el alma y luego la Superalma. Por medio del conocimiento acerca del conocedor —tanto el alma como la Superalma—, uno puede saborear el néctar de la vida. Como se explica en el segundo capítulo, la entidad viviente es eterna. Eso también se confirma aquí. No existe una fecha específica en que la jīva haya nacido. Ni tampoco puede nadie averiguar la historia de la manifestación de la jīvātmā como producto del Señor Supremo. Por lo tanto, no tiene principio. La literatura védica confirma eso: na jāyate mriyate vā vipaścit (Kaṭha Upaniṣad 1.2.18). El conocedor del cuerpo nunca nace ni nunca muere, y está colmado de conocimiento.

En la literatura védica (Śvetāśvatara Upaniṣad 6.16) también se declara que, en forma de la Superalma, el Señor Supremo es pradhāna-kṣetrajña-patir guṇeśaḥ, el principal conocedor del cuerpo, y el amo de las tres modalidades de la naturaleza material. En las smṛti se dice: dāsa-bhūto harer eva nānyasyaiva kadācana. Las entidades vivientes están eternamente al servicio del Señor Supremo. Esto también lo confirma el Señor Caitanya en Sus enseñanzas. De manera que, la descripción de Brahman que se menciona en este verso se refiere al alma individual, y cuando la palabra Brahman se le aplica a la entidad viviente, se sobrentiende que esta es vijñāna-brahma, en contraposición al ānanda-brahma. El ānanda-brahma es el Brahman Supremo, la Personalidad de Dios.

Texto

sarvataḥ pāṇi-pādaṁ tat
sarvato ’kṣi-śiro-mukham
sarvataḥ śrutimal loke
sarvam āvṛtya tiṣṭhati

Palabra por palabra

sarvataḥ — en todas partes; pāṇi — manos; pādam — piernas; tat — eso; sarvataḥ — en todas partes; akṣi — ojos; śiraḥ — cabezas; mukham — caras; sarvataḥ — en todas partes; śruti-mat — con oídos; loke — en el mundo; sarvam — todo; āvṛtya — cubriendo; tiṣṭhati — existe.

Traducción

Por doquier están Sus manos y Sus piernas, y Sus ojos, Sus cabezas y Sus caras, y Él tiene oídos por todas partes. De ese modo existe la Superalma, omnipresente en todo.

Significado

Así como el Sol existe y difunde sus rayos ilimitados, así mismo existe la Superalma, o la Suprema Personalidad de Dios. Él existe en Su forma omnipresente, y en Él existen todas las entidades vivientes individuales, desde el primer gran maestro, Brahmā, hasta las pequeñas hormigas. Existen infinidad de cabezas, piernas, manos y ojos, e infinidad de entidades vivientes. Todo ello existe en y sobre la Superalma. Por lo tanto, la Superalma es omnipresente. Sin embargo, el alma individual no puede decir que tiene sus manos, piernas y ojos en todas partes. Eso no es posible. Si ella cree que mientras se encuentra bajo la influencia de la ignorancia no está consciente de que sus manos y piernas están difundidas por doquier, pero que cuando adquiera el debido conocimiento llegará a esa etapa, su pensamiento es contradictorio. Eso significa que como el alma individual ha quedado condicionada por la naturaleza material, no es suprema. El Supremo es diferente del alma individual. El Señor Supremo puede extender Su mano ilimitadamente; el alma individual no puede hacerlo. En el Bhagavad-gītā, el Señor dice que si alguien le ofrece una flor, una fruta o un poco de agua, Él la acepta. Si el Señor se encuentra lejos, ¿cómo puede aceptar cosas? He ahí la omnipotencia del Señor: aunque se encuentra en Su propia morada, sumamente lejos de la Tierra, puede extender Su mano para aceptar lo que cualquiera le ofrezca. Esa es Su potencia. En la Brahma-saṁhitā (5.37) se dice: goloka eva nivasaty akhilātma-bhūtaḥ, aunque Él siempre está dedicado a disfrutar de pasatiempos en Su planeta trascendental, es omnipresente. El alma individual no puede decir que es omnipresente. Luego este verso describe al Alma Suprema, la Personalidad de Dios, no al alma individual.

Texto

sarvendriya-guṇābhāsaṁ
sarvendriya-vivarjitam
asaktaṁ sarva-bhṛc caiva
nirguṇaṁ guṇa-bhoktṛ ca

Palabra por palabra

sarva — de todos; indriya — sentidos; guṇa — cualidades; ābhāsam — la fuente original; sarva — todos; indriya — sentidos; vivarjitam — estando sin; asaktam — sin apego; sarva-bhṛt — el que mantiene a todos; ca — también; eva — ciertamente; nirguṇam — sin cualidades materiales; guṇa bhoktṛ — amo de las guṇas; ca — también.

Traducción

La Superalma es la fuente original de todos los sentidos, y, sin embargo, no tiene sentidos. Él es libre, aunque es el sustentador de todos los seres vivientes. Él trasciende las modalidades de la naturaleza, y al mismo tiempo es el amo de todas las modalidades de la naturaleza material.

Significado

Aunque el Señor Supremo es la fuente de todos los sentidos de las entidades vivientes, no tiene sentidos materiales como ellas. En realidad, las almas individuales tienen sentidos espirituales, pero en la vida condicionada se cubren con los elementos materiales, y, por consiguiente, las actividades de los sentidos se exhiben a través de la materia. Los sentidos del Señor Supremo no se cubren de ese modo. Sus sentidos son trascendentales y, en consecuencia, se denominan nirguṇa. La palabra guṇa se refiere a las modalidades materiales, pero los sentidos de Él no tienen una cobertura material. Se ha de entender que Sus sentidos no son exactamente como los nuestros. Pese a que Él es la fuente de todas las actividades de nuestros sentidos, Él tiene Sus sentidos trascendentales, los cuales no están contaminados. Esto se explica muy bien en el Śvetāśvatara Upaniṣad (3.19), en el verso apāṇi-pādo javano grahītā. La Suprema Personalidad de Dios no tiene manos que estén contaminadas por lo material, pero tiene Sus manos y acepta todos los sacrificios que se le ofrezcan. Esa es la diferencia que hay entre el alma condicionada y la Superalma. Él no tiene ojos materiales, pero sí tiene ojos, pues, de lo contrario, ¿cómo podría ver? Él lo ve todo —pasado, presente y futuro—. Él vive dentro del corazón del ser viviente, y Él sabe lo que hemos hecho en el pasado, lo que estamos haciendo ahora, y lo que nos espera en el futuro. Eso también se confirma en el Bhagavad-gītā: Él lo conoce todo, pero nadie lo conoce a Él. Se dice que el Señor Supremo no tiene piernas como nosotros, pero Él puede viajar por el espacio debido a que tiene piernas espirituales. En otras palabras, el Señor no es impersonal; Él tiene Sus ojos, piernas, manos y todo lo demás, y como nosotros somos parte integral del Señor Supremo, también tenemos esas cosas. Pero Sus manos, piernas, ojos y sentidos no están contaminados por la naturaleza material.

El Bhagavad-gītā también confirma que, cuando el Señor aparece, aparece tal como es, por medio de Su potencia interna. A Él no lo contamina la energía material, porque Él es el Señor de la energía material. En la literatura védica se dice que todo Su cuerpo es espiritual. Él tiene Su forma eterna, denominada sac-cid-ānanda-vigraha. Él está colmado de todas las opulencias. Él es el propietario de todas las riquezas y el dueño de todas las energías. Él es sumamente inteligente y está colmado de conocimiento. Estas son algunas de las características propias de la Suprema Personalidad de Dios. Él es el sustentador de todas las entidades vivientes y el testigo de todas las actividades. Hasta donde podemos entender en la literatura védica, el Señor Supremo siempre es trascendental. Aunque no vemos Su cabeza, cara, manos o piernas, Él las tiene, y cuando nos elevemos a la situación trascendental podremos ver la forma del Señor. Debido a los sentidos contaminados por lo material no podemos ver Su forma. En consecuencia, los impersonalistas, que aún están afectados por lo material, no pueden entender a la Personalidad de Dios.

Texto

bahir antaś ca bhūtānām
acaraṁ caram eva ca
sūkṣmatvāt tad avijñeyaṁ
dūra-sthaṁ cāntike ca tat

Palabra por palabra

bahiḥ — fuera; antaḥ — dentro; ca — también; bhūtānām — de todas las entidades vivientes; acaram — inmóviles; caram — móviles; eva — también; ca — y; sūkṣmatvāt — debido a que es sutil; tat — eso; avijñeyam — incognoscible; dūra-stham — muy lejos; ca — también; antike — cerca; ca — y; tat — eso.

Traducción

La Verdad Suprema existe dentro y fuera de todos los seres vivientes, los móviles y los inmóviles. Como Él es sutil, se encuentra más allá de la capacidad que tienen los sentidos materiales de ver o conocer. Aunque está sumamente lejos, también está cerca de todo.

Significado

La literatura védica nos hace saber que Nārāyaṇa, la Persona Suprema, reside tanto dentro como fuera de cada entidad viviente. Él está presente tanto en el mundo espiritual como en el mundo material. Aunque Él está muy lejos, aun así está cerca de nosotros. Eso es lo que declara la literatura védica. Āsīno dūraṁ vrajati śayāno yāti sarvataḥ (Kaṭha Upaniṣad 1.2.21). Y como Él siempre está inmerso en la dicha trascendental, no podemos entender cómo está disfrutando de toda Su opulencia. Nosotros no podemos ver ni entender con estos sentidos materiales. Por lo tanto, en el idioma védico se dice que para entenderlo a Él, nuestra mente y sentidos materiales no pueden actuar. Pero aquel que se ha purificado la mente y los sentidos por medio de la práctica del proceso de conciencia de Kṛṣṇa en el servicio devocional, puede verlo a Él siempre. En la Brahma-saṁhitā se confirma que el devoto en quien se ha desarrollado amor por el Dios Supremo, puede verlo a Él siempre, ininterrumpidamente. Y en el Bhagavad-gītā (11.54) se confirma que a Él solo se lo puede ver y entender por medio del servicio devocional. Bhaktyā tv ananyayā śakyaḥ.

Texto

avibhaktaṁ ca bhūteṣu
vibhaktam iva ca sthitam
bhūta-bhartṛ ca taj jñeyaṁ
grasiṣṇu prabhaviṣṇu ca

Palabra por palabra

avibhaktam — sin división; ca — también; bhūteṣu — en todos los seres vivientes; vibhaktam — dividido; iva — como si; ca — también; sthitam — situado; bhūta-bhartṛ — el que mantiene a todas las entidades vivientes; ca — también; tat — eso; jñeyam — comprenderse; grasiṣṇu — devorando; prabhaviṣṇu — desarrollando; ca — también.

Traducción

Aunque la Superalma parece estar dividida entre todos los seres, nunca está dividida. Él existe como una unidad. Aunque Él es el sustentador de cada entidad viviente, debe entenderse que Él las devora y las produce a todas.

Significado

El Señor está situado en forma de la Superalma en el corazón de todos. ¿Significa eso que Él se ha dividido? No. En realidad, Él es uno. A este respecto se da el ejemplo del sol. Al mediodía, el sol se encuentra en su puesto. Pero si uno recorre unos cinco mil kilómetros en todas las direcciones y pregunta «¿dónde está el sol?», todo el mundo dirá que lo tiene por encima de sí. En la literatura védica se da ese ejemplo para mostrar que, aunque Él no está dividido, se encuentra como si lo estuviera. También se dice en la literatura védica que un Viṣṇu está presente en todas partes por medio de Su omnipotencia, tal como el sol se les aparece a muchas personas en muchos lugares. Y el Señor Supremo, aunque es el sustentador de cada entidad viviente, devora todo en el momento de la aniquilación. Eso se confirmó en el undécimo capítulo, cuando el Señor dijo que Él había ido a devorar a todos los guerreros que se habían reunido en Kurukṣetra. Él mencionó, además, que en la forma del tiempo Él también devora. Él es el aniquilador, el destructor de todos. Cuando ocurre la creación, Él los manifiesta a todos a partir de su estado original, y en el momento de la aniquilación los devora. Los himnos védicos confirman el hecho de que Él es el origen de todas las entidades vivientes y el lugar de reposo de todas ellas. Después de la creación, todo descansa en Su omnipotencia, y después de la aniquilación, todo vuelve de nuevo a descansar en Él. Esas son las confirmaciones que dan los himnos védicos. Yato vā imāni bhūtāni jāyante yena jātāni jīvanti yat prayanty abhisaṁviśanti tad brahma tad vijijñāsasva (Taittirīya Upaniṣad 3.1).

Texto

jyotiṣām api taj jyotis
tamasaḥ param ucyate
jñānaṁ jñeyaṁ jñāna-gamyaṁ
hṛdi sarvasya viṣṭhitam

Palabra por palabra

jyotiṣām — en todos los objetos luminosos; api — también; tat — eso; jyotiḥ — la fuente de luz; tamasaḥ — la oscuridad; param — más allá de; ucyate — se dice; jñānam — conocimiento; jñeyam — para conocerse; jñāna-gamyam — acercarse por el conocimiento; hṛdi — en el corazón; sarvasya — de cada cual; viṣṭhitam — situado.

Traducción

Él es la fuente de luz de todos los objetos luminosos. Él está más allá de la oscuridad de la materia y no está manifestado. Él es el conocimiento, Él es el objeto del conocimiento, y Él es la meta del conocimiento. Él está situado en el corazón de todos.

Significado

La Superalma, la Suprema Personalidad de Dios, es la fuente de luz de todos los objetos luminosos, tales como el Sol, la Luna y las estrellas. La literatura védica nos hace saber que en el reino espiritual no hay necesidad de sol ni luna, porque ahí se tiene la refulgencia del Señor Supremo. En el mundo material, ese brahma-jyotir, la refulgencia espiritual del Señor, está cubierto por el mahat-tattva, los elementos materiales; por lo tanto, en este mundo material requerimos de la asistencia del Sol, la Luna, la electricidad, etc., para que haya luz. Pero en el mundo espiritual no hay necesidad de esas cosas. En la literatura védica se afirma claramente que, debido a Su refulgencia luminosa, todo está iluminado. Queda claro, pues, que Él no está situado en el mundo material. Él se encuentra en el mundo espiritual, que está sumamente lejos, en el cielo espiritual. Eso también se confirma en la literatura védica. Āditya-varṇaṁ tamasaḥ parastāt (Śvetāśvatara Upaniṣad 3.8). Él es tal como el Sol, eternamente luminoso, pero se encuentra mucho más allá de la oscuridad de este mundo material.

Su conocimiento es trascendental. La literatura védica confirma que el Brahman es conocimiento trascendental concentrado. A aquel que está ansioso de ser trasladado a ese mundo espiritual, el Señor Supremo, que está situado en el corazón de todos, le da conocimiento. Un mantra védico (Śvetāśvatara Upaniṣad 6.18) dice: taṁ ha devam ātma-buddhi-prakāśaṁ mumukṣur vai śaraṇam ahaṁ prapadye. Si uno realmente quiere la liberación, debe entregarse a la Suprema Personalidad de Dios. En lo que se refiere a la meta última del conocimiento, la misma también se confirma en la literatura védica: tam eva viditvāti mṛtyum eti. «Solo si se lo conoce a Él, puede uno salir de los contornos del nacimiento y la muerte» (Śvetāśvatara Upaniṣad 3.8).

Él está situado en el corazón de todos como controlador supremo. El Supremo tiene piernas y manos distribuidas por doquier, y eso no se puede decir del alma individual. En consecuencia, se debe admitir que hay dos conocedores del campo de la actividad: el alma individual y la Superalma. Las manos y piernas de uno se distribuyen de un modo local, pero las manos y piernas de Kṛṣṇa se distribuyen por todas partes. Eso se confirma en el Śvetāśvatara Upaniṣad (3.17): sarvasya prabhum īśānaṁ sarvasya śaraṇam bṛhat. Esa Suprema Personalidad de Dios, la Superalma, es el prabhu, o amo, de todas las entidades vivientes; por lo tanto, Él es el refugio último de todas ellas. Luego no se puede negar el hecho de que la Suprema Superalma y el alma individual siempre son diferentes.

Texto

iti kṣetraṁ tathā jñānaṁ
jñeyaṁ coktaṁ samāsataḥ
mad-bhakta etad vijñāya
mad-bhāvāyopapadyate

Palabra por palabra

iti — así pues; kṣetram — el campo de las actividades (el cuerpo); tathā — también; jñānam — conocimiento; jñeyam — lo conocible; ca — también; uktam — descrito; samāsataḥ — en resumen; mat-bhaktaḥ — Mi devoto; etat — todo esto; vijñāya — después de comprender; mat-bhāvāya — a Mi naturaleza; upapadyate — llega.

Traducción

Así pues, Yo he descrito de un modo resumido el campo de las actividades [el cuerpo], el conocimiento y lo conocible. Solo Mis devotos pueden entender esto perfectamente y llegar así a Mi naturaleza.

Significado

El Señor ha descrito en resumen el cuerpo, el conocimiento y lo conocible. Este conocimiento es de tres cosas: el conocedor, lo conocible y el proceso para conocer. Todo ello en conjunto se denomina vijñāna, o la ciencia del conocimiento. Los devotos puros del Señor pueden entender el conocimiento perfecto directamente. Los demás son incapaces de entender. Los monistas dicen que en la última etapa esas tres cosas se vuelven una, pero los devotos no aceptan eso. Conocimiento y cultivo de conocimiento son cosas que significan entenderse a uno mismo con conciencia de Kṛṣṇa. Nos estamos dejando llevar por la conciencia material, pero en cuanto trasladamos hacia las actividades de Kṛṣṇa toda la conciencia y comprendemos que Kṛṣṇa lo es todo, adquirimos entonces verdadero conocimiento. En otras palabras, el conocimiento no es más que la etapa preliminar del proceso de entender el servicio devocional a la perfección. Eso se explicará muy claramente en el capítulo quince.

Ahora bien, para resumir, uno puede entender que los versos 6 y 7, comenzando con mahā-bhūtāni y yendo hasta cetanā-dhṛtiḥ, analizan los elementos materiales y ciertas manifestaciones de las señales de vida. Todo ello se une para formar el cuerpo, o el campo de las actividades. Y los versos que van del 8 al 12, desde amānitvam hasta tattva-jñānārtha-darśanam, describen el proceso del conocimiento por el cual se llega a entender a los dos tipos de conocedores del campo de las actividades, es decir, al alma y a la Superalma. Luego, los versos que van del 13 al 18, comenzando con anādi mat-param y yendo hasta hṛdi sarvasya viṣṭhitam, describen al alma y al Señor Supremo, o la Superalma.

Así pues, se han descrito tres cosas: el campo de la actividad (el cuerpo), el proceso para entender, y tanto al alma como a la Superalma. Aquí se señala en especial que solo los devotos puros del Señor pueden entender de una manera clara esas tres cosas. De modo que, para esos devotos, El Bhagavad-gītā es absolutamente útil; ellos son los que pueden llegar a la meta suprema: la naturaleza del Señor Supremo, Kṛṣṇa. En otras palabras, solo los devotos, y nadie más, pueden entender el Bhagavad-gītā y obtener el resultado deseado.

Texto

prakṛtiṁ puruṣaṁ caiva
viddhy anādī ubhāv api
vikārāṁś ca guṇāṁś caiva
viddhi prakṛti-sambhavān

Palabra por palabra

prakṛtim — naturaleza material; puruṣam — las entidades vivientes; ca — también; eva — ciertamente; viddhi — debes saber; anādī — sin principio; ubhau — ambos; api — también; vikārān — transformaciones; ca — también; guṇān — las tres modalidades de la naturaleza; ca — también; eva — ciertamente; viddhi — conoce; prakṛti — naturaleza material; sambhavān — se producen de.

Traducción

Se debe saber que la naturaleza material y las entidades vivientes no tienen principio. Sus transformaciones y las modalidades de la materia son productos de la naturaleza material.

Significado

Con el conocimiento que se da en este capítulo, uno puede entender el cuerpo (el campo de las actividades) y a los conocedores del cuerpo (tanto al alma individual como a la Superalma). El cuerpo es el campo de la actividad, y está hecho de naturaleza material. El alma individual que está encarnada y que está disfrutando de las actividades del cuerpo, es el puruṣa, o la entidad viviente. Ella es uno de los conocedores, y el otro es la Superalma. Desde luego, hay que entender que tanto la Superalma como la entidad individual son diferentes manifestaciones de la Suprema Personalidad de Dios. La entidad viviente se encuentra en la categoría de Sus energías, y la Superalma está en la categoría de Sus expansiones personales.

Tanto la naturaleza material como la entidad viviente son eternas. Es decir, ellas existían antes de la creación. La manifestación material procede de la energía del Señor Supremo, y así mismo ocurre con las entidades vivientes, pero las entidades vivientes proceden de la energía superior. Tanto las entidades vivientes como la naturaleza material existían antes de que este cosmos se manifestara. La naturaleza material estaba absorbida en la Suprema Personalidad de Dios, Mahā-Viṣṇu, y cuando fue necesario se manifestó por intermedio del mahat-tattva. De igual modo, las entidades vivientes también están en Él, y como están condicionadas, se muestran adversas a servir al Señor Supremo. Por eso no se les permite entrar en el cielo espiritual. Pero con la aparición de la naturaleza material, esas entidades vivientes reciben de nuevo la oportunidad de actuar en el mundo material y prepararse para entrar en el mundo espiritual. Ese es el misterio de esta creación material. En realidad, la entidad viviente es en un principio parte integral espiritual del Señor Supremo, pero debido a su naturaleza rebelde, queda condicionada dentro de la naturaleza material. A decir verdad, no importa cómo esas entidades vivientes o entidades superiores del Señor Supremo se han puesto en contacto con la naturaleza material. Sin embargo, la Suprema Personalidad de Dios sabe realmente cómo y por qué ocurrió eso. En las Escrituras, el Señor dice que aquellos que están atraídos por esta naturaleza material, se están sometiendo a una dura lucha por la existencia. Pero, sobre la base de las descripciones de estos pocos versos, debemos saber con toda certeza que, todas las transformaciones e influencias de la naturaleza material que proceden de las tres modalidades, también son productos de la naturaleza material. Todas las transformaciones y variedades que están en relación con las entidades vivientes, se deben al cuerpo. En lo que respecta al espíritu, todas las entidades vivientes son iguales.

Texto

kārya-kāraṇa-kartṛtve
hetuḥ prakṛtir ucyate
puruṣaḥ sukha-duḥkhānāṁ
bhoktṛtve hetur ucyate

Palabra por palabra

kārya — del efecto; kāraṇa — y la causa; kartṛtve — en lo que respecta a la creación; hetuḥ — el instrumento; prakṛtiḥ — naturaleza material; ucyate — se dice que es; puruṣaḥ — la entidad viviente; sukha — de la felicidad; duḥkhānām — y la aflicción; bhoktṛtve — en el goce; hetuḥ — el instrumento; ucyate — se dice que es.

Traducción

Se dice que la naturaleza es la causa de todas las causas y efectos materiales, mientras que la entidad viviente es la causa de los diversos sufrimientos y disfrutes que hay en este mundo.

Significado

Los diferentes tipos de cuerpo y de sentidos que hay entre las entidades vivientes se deben a la naturaleza material. Hay 8.400.000 diferentes especies de vida, y estas variedades son creaciones de la naturaleza material. Ellas surgen de los diferentes placeres de los sentidos de la entidad viviente, la cual, en consecuencia, desea vivir en un cuerpo u otro. Cuando a ella se la pone en diferentes cuerpos, disfruta de diferentes clases de felicidad y aflicción. Su felicidad y aflicción materiales se deben a su cuerpo, y no a ella misma de por sí. En su estado original, no hay ninguna duda de su disfrute; por lo tanto, ese es su estado verdadero. A causa del deseo de enseñorearse de la naturaleza material, ella se encuentra en el mundo material. En el mundo espiritual no hay tal cosa. El mundo espiritual es puro, pero en el mundo material todos se esfuerzan mucho por conseguir diferentes clases de placeres para el cuerpo. Puede que sea más claro decir que este cuerpo es un efecto de los sentidos. Los sentidos son instrumentos para complacer los deseos. Ahora bien, todo ello —el cuerpo y los sentidos que sirven de instrumentos— lo ofrece la naturaleza material, y, como se pondrá de manifiesto en el siguiente verso, la entidad viviente es bendecida o condenada por una serie de circunstancias, de conformidad con el deseo y la actividad que tuvo en el pasado. Según los deseos y las actividades de uno, la naturaleza material lo pone en diversas residencias. El propio ser es la causa de su presencia en esas residencias, y del disfrute o sufrimiento que lo acompañan. Una vez que se lo coloca en un determinado tipo de cuerpo, queda bajo el control de la naturaleza, porque el cuerpo, siendo materia, actúa de acuerdo con las leyes de la naturaleza. En ese momento, la entidad viviente no tiene ningún poder para cambiar esa ley. Supóngase que a una entidad se la pone en un cuerpo de perro. Tan pronto como eso ocurre, tiene que actuar como un perro. Ella no puede actuar de otra manera. Y si la entidad viviente es puesta en un cuerpo de cerdo, se ve forzada entonces a comer excremento y a actuar como un cerdo. De forma similar, si a la entidad viviente se la pone en un cuerpo de semidiós, tiene que actuar de conformidad con su cuerpo. Esa es la ley de la naturaleza. Pero en todas las circunstancias, la Superalma está con el alma individual. Eso se explica en los Vedas (Muṇḍaka Upaniṣad 3.1.1) de la siguiente manera: dvā suparṇā sayujā sakhāyaḥ. El Señor Supremo es tan bueno con la entidad viviente, que siempre acompaña al alma individual, y en todas las circunstancias está presente en forma de la Superalma, o Paramātmā.

Texto

puruṣaḥ prakṛti-stho hi
bhuṅkte prakṛti-jān guṇān
kāraṇaṁ guṇa-saṅgo ’sya
sad-asad-yoni-janmasu

Palabra por palabra

puruṣaḥ — la entidad viviente; prakṛti-sthaḥ — estando situada en la energía material; hi — ciertamente; bhuṅkte — disfruta; prakṛti-jān — producida por la naturaleza material; guṇān — las modalidades de la naturaleza; kāraṇam — la causa; guṇa-saṅgaḥ — contacto con las modalidades de la naturaleza; asya — de la entidad viviente; sat-asat — bueno y malo; yoni — especies de vida; janmasu — en los nacimientos.

Traducción

La entidad viviente que se halla en el seno de la naturaleza material sigue así los caminos de la vida, disfrutando de las tres modalidades de la naturaleza. Ello se debe a su contacto con esa naturaleza material. De ese modo se encuentra con el bien y el mal entre las diversas especies.

Significado

Este verso es muy importante para lograr una comprensión de cómo las entidades vivientes transmigran de un cuerpo a otro. En el segundo capítulo se explica que la entidad viviente transmigra de un cuerpo a otro tal como uno se cambia de ropa. Este cambio de ropa se debe a su apego a la existencia material. Mientras ella esté cautivada por esta manifestación falsa, tiene que seguir transmigrando de un cuerpo a otro. Debido a su deseo de enseñorearse de la naturaleza material, ella es puesta en esas circunstancias desagradables. Bajo la influencia del deseo material, la entidad nace a veces como semidiós, otras veces como hombre, otras como bestia, como ave, como gusano, como un ser acuático, como un hombre santo o como un insecto. Así está ocurriendo. Y, en todos los casos, la entidad viviente se cree la ama de sus circunstancias, aunque se encuentra bajo la influencia de la naturaleza material.

Aquí se explica la manera en que ella es puesta en esos diferentes cuerpos. Se debe al contacto con las diferentes modalidades de la naturaleza. Uno tiene que elevarse, pues, por encima de las tres modalidades materiales, y situarse en la posición trascendental. Eso se denomina conciencia de Kṛṣṇa. A menos que uno se sitúe en el plano de conciencia de Kṛṣṇa, su conciencia material lo obligará a trasladarse de un cuerpo a otro, porque uno tiene deseos materiales desde un tiempo inmemorial. Pero uno tiene que cambiar ese concepto. Ese cambio únicamente se puede efectuar si se oye a las fuentes autoritativas. El mejor ejemplo se da aquí: Arjuna está oyendo a Kṛṣṇa exponer la ciencia de Dios. Si la entidad viviente se somete a ese proceso de oír, perderá el deseo de dominar la naturaleza material, deseo que ha acariciado por mucho tiempo, y gradual y proporcionalmente, a medida que reduzca su viejo deseo de dominar, llegará a disfrutar de la felicidad espiritual. En un mantra védico se dice que, a medida que uno se vuelve entendido en compañía de la Suprema Personalidad de Dios, va disfrutando proporcionalmente de su eterna vida bienaventurada.

Texto

upadraṣṭānumantā ca
bhartā bhoktā maheśvaraḥ
paramātmeti cāpy ukto
dehe ’smin puruṣaḥ paraḥ

Palabra por palabra

upadraṣṭā — superintendente; anumantā — sancionador; ca — también; bhartā — amo; bhoktā — disfrutador supremo; maha-īsvaraḥ — el Señor Supremo; parama-ātmā — la Superalma; iti — también; ca — y; api — en verdad; uktaḥ — se dice; dehe — en este cuerpo; asmin — este; puruṣaḥ — disfrutador; paraḥ — trascendental.

Traducción

Sin embargo, en este cuerpo hay otro disfrutador, uno trascendental, quien es el Señor, el propietario supremo, quien existe como supervisor y sancionador, y a quien se conoce como la Superalma.

Significado

Aquí se afirma que la Superalma, que se encuentra siempre con el alma individual, es la representación del Señor Supremo. Ella no es una entidad viviente ordinaria. Como los filósofos monistas consideran que el conocedor del cuerpo es uno, creen que no hay diferencia entre la Superalma y el alma individual. Para aclarar esto, el Señor dice que Él es la representación de Paramātmā que hay en cada cuerpo. Él es diferente del alma individual; Él es para, trascendental. El alma individual disfruta de las actividades de un determinado campo, pero la Superalma no está presente como disfrutador finito ni como alguien que participa en las actividades corporales, sino como el testigo, el supervisor, el sancionador y el disfrutador supremo. Su nombre es Paramātmā, no ātmā, y Él es trascendental. Está bien claro que el ātmā y Paramātmā son diferentes. La Superalma, el Paramātmā, tiene piernas y manos por todas partes, mas no así el alma individual. Y como el Paramātmā es el Señor Supremo, está presente internamente para sancionar el deseo de disfrute material que tiene el alma individual. Sin la sanción del Señor Supremo, el alma individual no puede hacer nada. El individuo es bhukta, o el sostenido, y el Señor es bhoktā, o el sustentador. Hay infinidad de entidades vivientes, y Él se queda en ellas en calidad de amigo.

Lo cierto es que cada entidad viviente individual es por siempre parte integral del Señor Supremo, y ambos están muy íntimamente relacionados como amigos. Pero la entidad viviente tiene la tendencia a rechazar la sanción del Señor Supremo y actuar de un modo independiente, en un intento por dominar la naturaleza; y como tiene esa tendencia, se la llama energía marginal del Señor Supremo. La entidad viviente puede situarse, o bien en la energía material, o bien en la energía espiritual. Mientras esté condicionada por la energía material, el Señor Supremo, en Su carácter de amigo, la Superalma, se queda con ella tan solo para hacer que regrese a la energía espiritual. El Señor siempre está ansioso de llevarla de vuelta a la energía espiritual, pero la entidad individual, debido a su diminuta independencia, rechaza continuamente la compañía de la luz espiritual. Este mal uso de la independencia es la causa de su lucha material en el seno de la naturaleza condicionada. Por lo tanto, el Señor siempre la está instruyendo desde dentro y desde fuera. Desde fuera le da instrucciones tales como las que se exponen en el Bhagavad-gītā, y desde dentro trata de convencerla de que sus actividades en el campo material no conducen a la verdadera felicidad. «Tan solo abandónalas y vuelve tu fe hacia Mí. Solo entonces serás feliz» —dice Él—. Así pues, la persona inteligente que pone su fe en el Paramātmā o la Suprema Personalidad de Dios, comienza a avanzar hacia una vida eterna y bienaventurada de conocimiento.

Texto

ya evaṁ vetti puruṣaṁ
prakṛtiṁ ca guṇaiḥ saha
sarvathā vartamāno ’pi
na sa bhūyo ’bhijāyate

Palabra por palabra

yaḥ — cualquiera que; evam — así pues; vetti — comprende; puruṣam — la entidad viviente; prakṛtim — la naturaleza material; ca — y; guṇaiḥ — las modalidades de la naturaleza material; saha — con; sarvathā — de todas las maneras; vartamānaḥ — estando situado; api — a pesar de; na — nunca; saḥ — él; bhūyaḥ — otra vez; abhijāyate — nace.

Traducción

Aquel que entienda esta filosofía relativa a la naturaleza material, la entidad viviente y la interacción de las modalidades de la naturaleza, es seguro que logra la liberación. Él no nacerá aquí de nuevo, sea cual fuere su posición actual.

Significado

El tener una clara comprensión de la naturaleza material, la Superalma, el alma individual y la correlación que hay entre ellas, lo vuelve a uno merecedor de liberarse y volverse hacia la atmósfera espiritual, sin estar forzado a regresar a esta naturaleza material. Ese es el resultado del conocimiento. El propósito del conocimiento es el de entender con claridad que la entidad viviente ha caído en esta existencia material por casualidad. Mediante su esfuerzo personal, realizado en compañía de autoridades, de personas santas y de un maestro espiritual, tiene que entender su posición, y luego volver al estado de conciencia espiritual o conciencia de Kṛṣṇa mediante la comprensión del Bhagavad-gītā tal como lo explica la Personalidad de Dios. En ese caso es seguro que jamás vendrá de nuevo a esta existencia material; ella será trasladada al mundo espiritual, para una vida eterna y bienaventurada de conocimiento.

Texto

dhyānenātmani paśyanti
kecid ātmānam ātmanā
anye sāṅkhyena yogena
karma-yogena cāpare

Palabra por palabra

dhyānena — por medio de la meditación; ātmani — dentro del ser; paśyanti — ven; kecit — algunos; ātmānam — la Superalma; ātmanā — por medio de la mente; anye — otros; sāṅkhyena — de la discusión filosófica; yogena — por medio del sistema de yoga; karma-yogena — por medio de las actividades sin deseo fruitivo; ca — también; apare — otros.

Traducción

Algunos perciben a través de la meditación a la Superalma que se encuentra dentro de ellos, otros a través del cultivo de conocimiento, y aun otros a través del trabajo sin deseos fruitivos.

Significado

El Señor le informa a Arjuna que, en lo que se refiere al hombre y su búsqueda de la autorrealización, las almas condicionadas se pueden dividir en dos grupos. Aquellos que son ateos, agnósticos y escépticos, están más allá del sentido de la comprensión espiritual. Pero hay otros que son fieles en su comprensión de la vida espiritual, y a ellos se los conoce como devotos introspectivos, filósofos y trabajadores que han renunciado a los resultados fruitivos. A aquellos que siempre tratan de establecer la doctrina del monismo, también se los cuenta entre los ateos y agnósticos. En otras palabras, solo los devotos de la Suprema Personalidad de Dios son verdaderamente aptos para el entendimiento espiritual, porque ellos entienden que, más allá de esta naturaleza material, se encuentran el mundo espiritual y la Suprema Personalidad de Dios, quien se expande como Paramātmā, la Superalma que está en todos, la Divinidad omnipresente. Desde luego, también existen aquellos que tratan de entender a la Suprema Verdad Absoluta por medio del cultivo de conocimiento, y a ellos se los puede contar entre los de la clase de los fieles. Los filósofos sāṅkhya descomponen este mundo material en veinticuatro elementos, y colocan al alma individual como el elemento número veinticinco. Cuando ellos sean capaces de entender que la naturaleza del alma espiritual es trascendental a los elementos materiales, también serán capaces de entender que por encima del alma individual se encuentra la Suprema Personalidad de Dios. Él es el vigésimo sexto elemento. Así pues, gradualmente, ellos también llegan al plano del servicio devocional con conciencia de Kṛṣṇa. Aquellos que trabajan sin resultados fruitivos también tienen una actitud perfecta. A ellos se les da la oportunidad de avanzar hasta el plano del servicio devocional con conciencia de Kṛṣṇa. Aquí se afirma que hay cierta gente que tiene la conciencia pura y que trata de encontrar a la Superalma por medio de la meditación, y cuando ellos descubren a la Superalma dentro de sí mismos, se sitúan en el plano trascendental. De igual modo, hay otros que también tratan de entender al Alma Suprema mediante el cultivo de conocimiento, y hay otros que cultivan el sistema de haṭha-yoga y que tratan de satisfacer a la Suprema Personalidad de Dios por medio de actividades infantiles.

Texto

anye tv evam ajānantaḥ
śrutvānyebhya upāsate
te ’pi cātitaranty eva
mṛtyuṁ śruti-parāyaṇāḥ

Palabra por palabra

anye — otros; tu — pero; evam — este; ajānantaḥ — sin conocimiento espiritual; śrutvā — por oír; anyebhyaḥ — a otros; upāsate — comienzan a adorar; te — ellos; api — también; ca — y; atitaranti — trascienden; eva — ciertamente; mṛtyum — el sendero de la muerte; śruti-parāyaṇāḥ — inclinado al proceso de oír.

Traducción

Además, existen aquellos que, aunque no están versados en el conocimiento espiritual, comienzan a adorar a la Persona Suprema al oír a otros hablar de Él. Debido a su tendencia a oír a las autoridades, ellos también trascienden la senda del nacimiento y la muerte.

Significado

Este verso es en especial aplicable a la sociedad moderna, porque en la sociedad moderna prácticamente no hay ninguna educación acerca de asuntos espirituales. Puede que algunas personas parezcan ser ateas, agnósticas o filosóficas, pero en realidad no hay ningún conocimiento de filosofía. En cuanto al hombre común, si es una buena alma, hay entonces la posibilidad de que avance por oír. Ese proceso de oír es muy importante. El Señor Caitanya, quien predicó en el mundo moderno acerca del cultivo de conciencia de Kṛṣṇa, hizo mucho énfasis en el proceso de oír, porque si el hombre común tan solo oye a las fuentes autoritativas, puede progresar, especialmente, según el Señor Caitanya, si oye la vibración trascendental Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare/ Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare. Se dice, por lo tanto, que todos los hombres deberían beneficiarse de oír a almas iluminadas, y gradualmente llegar a ser capaces de entenderlo todo. Si es así, la adoración del Señor Supremo se llevará a efecto sin lugar a dudas. El Señor Caitanya ha dicho que en esta era nadie necesita cambiar su posición, pero uno debe abandonar el esfuerzo por entender la Verdad Absoluta mediante el razonamiento especulativo. Uno debe aprender a volverse el sirviente de aquellos que tienen conocimiento acerca del Señor Supremo. Si uno es lo suficientemente afortunado como para refugiarse en un devoto puro, oírlo hablar de la autorrealización y seguir sus pasos, poco a poco se irá elevando a la posición de devoto puro. En este verso, en particular, se recomienda mucho el proceso de oír, y eso es muy apropiado. Aunque a menudo el hombre común no es tan capaz como los llamados filósofos, el oír fielmente a una persona autoritativa lo ayudará a uno a trascender esta existencia material e ir de vuelta a Dios, de vuelta al hogar.

Texto

yāvat sañjāyate kiñcit
sattvaṁ sthāvara-jaṅgamam
kṣetra-kṣetrajña-saṁyogāt
tad viddhi bharatarṣabha

Palabra por palabra

yāvat — todo lo que; sañjāyate — llega a existir; kiñcit — cualquier cosa; sattvam — existencia; sthāvara — inmóvil; jaṅgamam — móvil; kṣetra — del cuerpo; kṣetra-jña — y el conocedor del cuerpo; saṁyogāt — por la unión de; tat viddhi — debes saber; bharata-ṛṣabha — ¡oh, tú, el principal de los Bhāratas!

Traducción

¡Oh, tú, el principal de los Bhāratas!, has de saber que todo lo que veas que existe, tanto lo móvil como lo inmóvil, es únicamente una combinación del campo de las actividades y el conocedor del campo.

Significado

Tanto la naturaleza material como la entidad viviente, que existían antes de la creación del cosmos, se explican en este verso. Todo lo creado no es más que una combinación de la entidad viviente y la naturaleza material. Hay muchas manifestaciones que no se mueven, tales como los árboles, las montañas y las colinas, y hay muchas existencias que se mueven, y todas ellas no son más que combinaciones de la naturaleza material y la naturaleza superior, la entidad viviente. Sin el toque de la naturaleza superior —la entidad viviente—, nada puede crecer. La relación que hay entre la naturaleza material y la naturaleza espiritual existe eternamente, y esa combinación la efectúa el Señor Supremo; de manera que, Él es el controlador tanto de la naturaleza superior como de la inferior. La naturaleza material es creada por Él, y la naturaleza superior es puesta en el seno de esa naturaleza material, y de ese modo ocurren todas esas actividades y manifestaciones.

Texto

samaṁ sarveṣu bhūteṣu
tiṣṭhantaṁ parameśvaram
vinaśyatsv avinaśyantaṁ
yaḥ paśyati sa paśyati

Palabra por palabra

samam — igualmente; sarveṣu — en todas; bhūteṣu — entidades vivientes; tiṣṭhantam — residiendo; parama-īśvaram — la Superalma; vinaśyatsu — en lo destruible; avinaśyantam — no destruido; yaḥ — cualquiera que; paśyati — ve; saḥ — él; paśyati — realmente ve.

Traducción

Aquel que ve que la Superalma acompaña al alma individual en todos los cuerpos, y que entiende que ni el alma ni la Superalma que están dentro del cuerpo destruible son destruidas jamás, realmente ve.

Significado

Todo aquel que mediante las buenas companías pueda ver tres cosas que están unidas —el cuerpo, el propietario del cuerpo, o el alma individual, y el amigo del alma individual—, verdaderamente tiene conocimiento. A menos que uno tenga la compañía de un verdadero conocedor de los asuntos espirituales, no podrá ver esas tres cosas. Aquellos que no tienen esa clase de compañía, son ignorantes; ellos solo ven el cuerpo, y creen que cuando el cuerpo es destruido, todo se acaba. Pero en realidad no es así. Después de la destrucción del cuerpo, tanto el alma como la Superalma aún existen, y ellas siguen existiendo eternamente en diversas formas móviles e inmóviles. La palabra sánscrita parameśvara se traduce a veces como «el alma individual», porque el alma es el amo del cuerpo, y después de la destrucción del cuerpo se traslada a otra forma. De esa manera, ella es el amo. Pero hay otros que interpretan esa palabra parameśvara con el significado de Superalma. En cualquiera de los dos casos, tanto la Superalma como el alma individual continúan. Ellas no son destruidas. Aquel que puede ver las cosas de ese modo, puede verdaderamente ver lo que está ocurriendo.

Texto

samaṁ paśyan hi sarvatra
samavasthitam īśvaram
na hinasty ātmanātmānaṁ
tato yāti parāṁ gatim

Palabra por palabra

samam — igualmente; paśyan — viendo; hi — ciertamente; sarvatra — en todo lugar; samavasthitam — igualmente situadas; īśvaram — la Superalma; na — no; hinasti — se degrada; ātmanā — por la mente; ātmānam — el alma; tataḥ — entonces; yāti — llega a; parām — el trascendental; gatim — destino.

Traducción

Aquel que ve que la Superalma está presente de la misma manera en todas partes, en cada ser viviente, no se degrada por la mente. De ese modo, él se dirige al destino trascendental.

Significado

La entidad viviente, al aceptar su existencia material, ha quedado en una posición diferente a la que tiene en su existencia espiritual. Pero si uno entiende que el Supremo se encuentra en todas partes en Su manifestación Paramātmā, es decir, si uno puede ver la presencia de la Suprema Personalidad de Dios en cada cosa viviente, no se degrada a sí mismo con una mentalidad destructiva, y, en consecuencia, avanza gradualmente hacia el mundo espiritual. Por lo general, la mente está adicta a procesos para complacer los sentidos; pero cuando la mente gira hacia la Superalma, uno se vuelve adelantado en lo referente a la comprensión espiritual.

Texto

prakṛtyaiva ca karmāṇi
kriyamāṇāni sarvaśaḥ
yaḥ paśyati tathātmānam
akartāraṁ sa paśyati

Palabra por palabra

prakṛtyā — por la naturaleza material; eva — ciertamente; ca — también; karmāṇi — actividades; kriyamāṇāni — son ejecutadas; sarvaśaḥ — en todos los aspectos; yaḥ — cualquiera que; paśyati — ve; tathā — también; ātmānam — él mismo; akartāram — el que no hace; saḥ — él; paśyati — ve perfectamente.

Traducción

Aquel que puede ver que todas las actividades las realiza el cuerpo, el cual está hecho de naturaleza material, y que ve que el ser no hace nada, realmente ve.

Significado

Este cuerpo lo hace la naturaleza material bajo la dirección de la Superalma, y cualesquiera actividades que ocurren en relación con el cuerpo, no son obras de uno. Todo lo que se supone que hay que hacer, ya sea para la felicidad o para la aflicción, uno es forzado a hacerlo a causa de la constitución del cuerpo. El ser, sin embargo, es ajeno a todas esas actividades corporales. Este cuerpo se nos da conforme a nuestros deseos pasados. Para complacer deseos, a uno se le da el cuerpo, con el cual uno actúa como corresponde. Hablando en términos prácticos, el cuerpo es una máquina para complacer deseos, diseñada por el Señor Supremo. Debido a los deseos, uno es puesto en circunstancias difíciles para sufrir o disfrutar. Cuando esa visión trascendental de la entidad viviente se desarrolla, hace que uno se separe de las actividades del cuerpo. Aquel que tiene semejante visión es un verdadero vidente.

Texto

yadā bhūta-pṛthag-bhāvam
eka-stham anupaśyati
tata eva ca vistāraṁ
brahma sampadyate tadā

Palabra por palabra

yadā — cuando; bhūta — de las entidades vivientes; pṛthak-bhāvam — identidades separadas; eka-stham — situadas en una; anupaśyati — trata de ver a través de la autoridad; tataḥ eva — después; ca — también; vistāram — la expansión; brahma — el Absoluto; sampadyate — llega a; tadā — en ese momento.

Traducción

Cuando un hombre sensato deja de ver diferentes identidades que se deben a diferentes cuerpos materiales, y ve cómo se manifiestan los seres por todas partes, llega a la concepción Brahman.

Significado

Cuando uno puede ver que los diversos cuerpos de las entidades vivientes surgen debido a los diferentes deseos del alma individual y que no le pertenecen de hecho al alma en sí, uno verdaderamente ve. En medio de la concepción material de la vida, vemos que alguien es un semidiós, y que alguien más es un ser humano, un perro, un gato, etc. Eso es visión material, no verdadera visión. Esa diferenciación material se debe a una concepción material de la vida. Después de la destrucción del cuerpo material, el alma espiritual es una. El alma espiritual, debido al contacto con la naturaleza material, recibe diferentes tipos de cuerpos. Cuando uno puede ver eso, adquiere visión espiritual; así pues, al estar libre de diferenciaciones tales como las de hombre, animal, grande, bajo, etc., uno se purifica la conciencia y es capaz de cultivar conciencia de Kṛṣṇa en el plano de su identidad espiritual. La manera en que entonces uno ve las cosas, se explicará en el siguiente verso.

Texto

anāditvān nirguṇatvāt
paramātmāyam avyayaḥ
śarīra-stho ’pi kaunteya
na karoti na lipyate

Palabra por palabra

anāditvāt — debido a la eternidad; nirguṇatvāt — debido a que es trascendental; parama — más allá de la naturaleza material; ātmā — espíritu; ayam — esto; avyayaḥ — inagotable; śarīra-sthaḥ — que mora en el cuerpo; api — aunque; kaunteya — ¡oh, hijo de Kuntī!; na karoti — nunca hace nada; na lipyate — ni se enreda.

Traducción

Aquellos que tienen la visión de la eternidad pueden ver que el alma imperecedera es trascendental y eterna, y que se encuentra más allá de las modalidades de la naturaleza. Pese al contacto con el cuerpo material, ¡oh, Arjuna!, el alma ni hace nada, ni se enreda.

Significado

La entidad viviente parece nacer, debido al nacimiento del cuerpo material, pero en realidad es eterna; la entidad viviente no nace, y a pesar de estar situada en un cuerpo material, es trascendental y eterna. Así pues, ella no puede ser destruida. La entidad viviente está colmada de bienaventuranza por naturaleza. Ella no se ocupa en ninguna actividad material; en consecuencia, las actividades que se ejecutan debido al contacto de ella con los cuerpos materiales, no la enredan.

Texto

yathā sarva-gataṁ saukṣmyād
ākāśaṁ nopalipyate
sarvatrāvasthito dehe
tathātmā nopalipyate

Palabra por palabra

yathā — como; sarva-gatam — omnipresente; saukṣmyāt — debido a que es sutil; ākāśam — el cielo; na — nunca; upalipyate — se mezcla; sarvatra — en todas partes; avasthitaḥ — situada; dehe — en el cuerpo; tathā — así; ātmā — el ser; na — nunca; upalipyate — se mezcla.

Traducción

El cielo, debido a su naturaleza sutil, no se mezcla con nada, aunque es omnipresente. De igual modo, el alma que posee la visión Brahman no se mezcla con el cuerpo, pese a encontrarse en ese cuerpo.

Significado

El aire entra en el agua, en el barro, en el excremento y en cualquier otra cosa que exista; aun así, no se mezcla con nada. De la misma manera, la entidad viviente, aunque se encuentre en diversas clases de cuerpos, está aparte de ellos, por su naturaleza sutil. Luego es imposible ver con los ojos materiales cómo la entidad viviente está en contacto con este cuerpo, y cómo deja de estarlo después de la destrucción del mismo. Ningún científico puede determinar eso.

Texto

yathā prakāśayaty ekaḥ
kṛtsnaṁ lokam imaṁ raviḥ
kṣetraṁ kṣetrī tathā kṛtsnaṁ
prakāśayati bhārata

Palabra por palabra

yathā — como; prakāśayati — ilumina; ekaḥ — uno; kṛtsnam — el todo; lokam — universo; iman — este; raviḥ — el Sol; kṣetram — este cuerpo; kṣetrī — el alma; tathā — análogamente; kṛtsnam — todo; prakāśayati — ilumina; bhārata — ¡oh, hijo de Bharata!

Traducción

¡Oh, hijo de Bhārata!, así como solo el Sol ilumina todo este universo, así mismo la entidad viviente, que es una dentro del cuerpo, ilumina todo el cuerpo mediante la conciencia.

Significado

Existen varias teorías en relación con la conciencia. Aquí en el Bhagavad-gītā se da el ejemplo del Sol y la luz del Sol. Así como el Sol está situado en un solo lugar pero ilumina todo el universo, así mismo una pequeña partícula de alma espiritual, aunque está situada en el corazón de este cuerpo, ilumina todo el cuerpo mediante la conciencia. De modo que, la conciencia es la prueba de la presencia del alma, tal como los rayos solares o la luz son la prueba de la presencia del Sol. Cuando el alma está presente en el cuerpo, hay conciencia por todo el cuerpo, y en cuanto el alma se ha ido del cuerpo, deja de haber conciencia. Cualquier hombre inteligente puede entender esto con facilidad. Por lo tanto, la conciencia no es un producto de las combinaciones de la materia. La conciencia es el signo característico de la entidad viviente. Y aunque la conciencia de la entidad viviente es cualitativamente igual que la conciencia suprema, no es suprema, porque la conciencia de un determinado cuerpo no comparte la de otro. Pero la Superalma, que está situada en todos los cuerpos como amiga del alma individual, está consciente de todos los cuerpos. Esa es la diferencia que hay entre la conciencia suprema y la conciencia individual.

Texto

kṣetra-kṣetrajñayor evam
antaraṁ jñāna-cakṣuṣā
bhūta-prakṛti-mokṣaṁ ca
ye vidur yānti te param

Palabra por palabra

kṣetra — del cuerpo; kṣetra-jñayoḥ — del propietario del cuerpo; evam — así pues; antaram — la diferencia; jñāna-cakṣuṣā — mediante la visión del conocimiento; bhūta — de la entidad viviente; prakṛti — de la naturaleza material; mokṣam — la liberación; ca — también; ye — aquellos que; viduḥ — conocen; yānti — se dirigen; te — ellos; param — al Supremo.

Traducción

Aquellos que ven con los ojos del conocimiento la diferencia que hay entre el cuerpo y el conocedor del cuerpo, y que además pueden entender el proceso por el cual se logra la liberación del cautiverio de la naturaleza material, llegan a la meta suprema.

Significado

La esencia de este decimotercer capítulo es que uno debe saber cuál es la diferencia que hay entre el cuerpo, el propietario del cuerpo y la Superalma. Uno debe reconocer el proceso de la liberación, tal como se describe en los versos que van del ocho al doce. Entonces podrá uno seguir hacia el destino supremo.

Una persona fiel debe primero tener alguna buena compañía para oír hablar de Dios, y de ese modo irse iluminando gradualmente. Si uno acepta a un maestro espiritual, puede aprender a distinguir entre la materia y el espíritu, y eso se vuelve el punto de apoyo para una mayor comprensión espiritual. El maestro espiritual, por medio de diversas instrucciones, les enseña a sus discípulos a liberarse del concepto material de la vida. Por ejemplo, en el Bhagavad-gītā observamos que Kṛṣṇa está instruyendo a Arjuna para liberarlo de consideraciones materialistas.

Uno puede entender que este cuerpo es materia; se lo puede analizar con sus veinticuatro elementos. El cuerpo es la manifestación física. La mente y los efectos psicológicos son la manifestación sutil. Y las señales de vida son el producto de la interacción de esos aspectos. Pero por encima de eso existe el alma, y también existe la Superalma. El alma y la Superalma son dos. Este mundo material funciona en virtud de la unión del alma y los veinticuatro elementos materiales. Aquel que puede ver que toda esta manifestación material está constituida por esa combinación del alma y los elementos materiales, y que también puede ver la situación del Alma Suprema, se vuelve merecedor de ser trasladado al mundo espiritual. Estas cosas son para que se las contemple y entienda, y uno debe llegar a tener una comprensión cabal de este capítulo con la ayuda del maestro espiritual.

Así terminan los significados de Bhaktivedanta correspondientes al capítulo decimotercero del Śrīmad Bhagavad-gītā, titulado «La naturaleza, el disfrutador y la conciencia».